Cuando los de la primera división se marcharon, me detuve a apreciar el cielo nocturno. Gracias a que estaba despejado, eran visibles algunas estrellas. Estas titilaban, a pesar de la contaminación de la ciudad. No pude dejar de reflexionar respecto a estos astros tan luminosos, porque al vivir en el pasado, era posible que su luz ya se hubiera extinguido. En miles de años, perderían su forma y, en el futuro, la mayoría se convertirían en supernovas o nebulosas. Incluso, quizás estas ya serían agujeros negros. Eso me hacía pensar en cómo algo tan resplandeciente y bello podía volverse una fuerza destructora tan voraz, capaz de habitar en la profundidad del universo.
A pesar de que estaba abstraída en mis pensamientos, las bajas temperaturas me forzaron a dejar mi disociación e ingresé al edificio para resguardarme. Como seguía impactada por lo sucedido, caminé por todos los pasillos del recinto buscando un rincón donde desaparecer, un espacio, una esquina en la que esconderme y poder liberar mis emociones.
Al encontrar abierta la sala de entrenamiento, entré sin prender la luz y apoyé mi espalda en una de las paredes del cuarto, dejándome caer al suelo. El sitio estaba helado y mi teléfono vibraba demasiado. Sabía, por instinto, que era Reno. Iba a contestar, pero empecé a llorar al recordar la actitud del comandante. Sus amenazas y sus cuestionamientos me habían lastimado. Abracé mis piernas para esconder mi rostro. Iba a cantar para tranquilizarme, cuando las luces de la habitación se encendieron. El vicecapitán Hoshina había llegado a entrenar. Al verme me habló con su carisma de siempre.
— Kowase ¿Qué haces aquí tan tarde?
Intenté verle a pesar de que las lágrimas no me permitían distinguir las cosas con claridad.
— ¿Qué pasa? ¿Rompiste con tu novio?
Con un tono burlón intentó bromear; sin embargo, yo no me reí. Entonces se acercó, con la parsimonia que solo él parece tener, para sentarse a mi lado en el piso mientras yo no podía detener mi llanto.
— Vamos, no llores así o te dolerá la cabeza.
Me dio la mano y durante un instante, nos quedamos callados apreciando la compañía del otro. El silencio que reinó en el lugar hizo parecer que nos conocíamos de toda la vida, que no eran necesarias las palabras.
En el momento en que nos volvimos a mirar, me decidí a consultarle por aquello que me agobiaba.
— Vicecapitán... ¿Usted qué opina?... ¿Cree que soy humana?
Él sonrío como si yo hubiera dicho un chiste.
— ¿De dónde sacaste esa pregunta?
Le conté lo que me había pasado al dejar el hospital y luego de escuchar todo mi testimonio, se aguantó su rabia y dijo.
— Yo creo que solo eres una persona brillante... A la gente le da miedo aquello que brilla demasiado... sobre todo cuando es con luz propia y por eso responden así. Oh, y tampoco imagino que me estés seduciendo o al menos no con mala intención.
Reímos, aunque yo no podía calmarme y empecé a tiritar. El vicecapitán Hoshina me abrazó con delicadeza y vigor. Me sentí una niña otra vez. Una pequeña a la que tienen que mimar sus padres para estar bien.
Cerré los ojos, escondí mi cara en su hombro y correspondí a su abrazo. Era reconfortante su apoyo. Al mirarlo me di cuenta que de nuevo estábamos demasiado cerca uno del otro, tanto que podía sentir como el latido de su corazón se aceleraba. Puse mis manos en sus mejillas y le agradecí por darme ánimos. Cuando nuestras miradas coincidieron, pude ver como sus ojos brillaban. Mientras nos aproximábamos aún más, mi teléfono reclamó mi atención otra vez. Estaba recibiendo una nueva llamada. El vicecapitán me hizo un gesto para que contestara. Yo asentí y me senté bien para responder con calma. Como suponía, era Reno.
— ¿Estás bien? ¿Qué pasó? Te esperé todo el día. Casi voy a buscarte – dijo Ichikawa.
— Tranquilo, estoy bien.
— ¿Segura? ¿Entonces porque no me llamaste? No me vuelvas a dar estos sustos.
— Como usted diga, señor — reí un poco.
— ¿Y ahora dónde estás? ¿Llegaste a la base?
— Sí.
— ¿En qué parte te encuentras?
— Estoy cerca de la biblioteca.
— Voy para allá, necesito estar contigo un momento.
Al escuchar que venía Reno, el vicecapitán se levantó y, sin verme, se quedó de pie unos segundos. Se dirigió a la puerta y antes de perderlo de vista, le dije.
— Volvamos a conversar aquí, mañana a esta hora...
No respondió y siguió su camino, alejándose sin despedirse.
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Dreamy Sky Starry
FanfictionFan fic sobre Soshiro Hoshina de Kaiju no.8 x Oc "En mis sueños siempre domina la oscuridad. En ella reina una calma capaz de presagiar la gran tormenta. Al menos así era, antes de conocerle". Basado en la obra de Naoya Matsumoto.