16: Passion

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El rumor de los autos se mezcló con el brillo de los edificios y los múltiples colores de los anuncios pintaron las veredas con su luz despampanante. En ese ambiente destellante, los sonidos de la vida nocturna acallaron todo aquello que queríamos decirnos.

Ante mi intranquilidad por nuestro silencio, Soshiro tomó mi mano en un gesto que hizo desaparecer todos mis pensamientos negativos.

Tras tomar el tren de la tarde y llegar a la estación, caminamos hacia su departamento sin mediar palabras.

Cuando abrió la puerta me sorprendí. El lugar era muy amplio y ordenado, diferente a su cuarto en la base. 

Su belleza me recordó a la mansión en la que había crecido, alejando así el amargo sentimiento de haber tenido que pasar a la sede por nuestras pertenencias, soportando las miradas y murmullos de nuestros colegas.

— Siéntete en casa —dijo quitándose  la chaqueta y acomodándose en su sofá mientras yo recorría el lugar. 

Con rapidez pude notar la atención y dedicación que Soshiro había puesto en cada detalle de su hogar.

Una vez terminé de hojear algunos de sus libros, me senté a su lado.

En el instante en que él percibió nuestra cercanía, puso su cabeza en mi regazo, dejando caer parte de su peso sobre mí.

— Lo siento, Ai...

Acaricié su cabello sin contestar. 

Al mismo tiempo que cerraba los ojos para relajarse, este me solicitó.

— ¿Puedes cantar algo para mí?

Sonreí y respondí con una canción para él, para mí, para liberarnos de las emociones que nos estaban lastimando.

— 咲いた野の花よ

Saita no no hana yo

(Oh, silvestre flor)

ああ どうか教えておくれ

Aa douka oshiete o-kure

(Ah, por favor podrías decirme)

人は何故 傷つけあって

Hito wa naze kizutsukeatte

(¿Por qué la gente se hiere...)

争うのでしょう

Arasou no deshou

(...y lucha entre sí?)

凛と咲く花よ

Rin to saku hana yo

(Oh, noble flor)

そこから何が見える

Soko kara nani ga mieru

(¿Qué puedes ver desde ahí?)

人は何故 許しあうこと

Hito wa naze yurushiau koto

(¿Por qué la gente no puede...)

できないのでしょう

Dekinai no deshou

(...perdonarse entre sí?)

Cuando pude observar el llanto de Soshiro, me detuve y me centré en mimarlo. Tras llevar sus manos a su rostro, Hoshina se sentó de nuevo. Iba a disculparse otra vez cuando tomé su cara y me aproximé a él para que nuestros labios se rozaran uno con el otro.

Mientras nos besábamos, Hoshina me abrazó con mucha fuerza. 

Nos quedamos callados por un rato sin separarnos, pudiendo sentir el latido de nuestros corazones y la calidez de nuestro agarre. 

También pude observar en su expresión el amor que sentía por mí. Por ello volví a besarlo, esperando poder demostrar lo mismo.

La intensidad de nuestro acercamiento aumentó con el paso del tiempo. Ninguno de los dos quería alejarse del otro, como si temiéramos que alguno desapareciera luego de entender la fragilidad de la vida.

A pesar de ese temor,  me recosté en el sillón. Allí pude ver su sonrisa traviesa y frente a la tentación de mi mirada, se puso sobre mí.

Cerca uno del otro  comenzamos a besarnos de forma apasionada, tocándonos. 

Poco a poco Soshiro  se acercaba más a mí, lamiendo mi cuello, acariciando mis senos y mi trasero por debajo de la ropa.

Me levanté un poco para cambiar de posiciones, sentándome arriba de él para desabrochar su pantalón y ayudarlo a sacarse su camiseta. 

En ese instante, Soshiro se enderezó para cargarme hacia la habitación. Solté una pequeña risa de alegría y me afirmé de él para tenerlo más cerca.

Al llegar, me acostó en su cama, me despojó de mis pendras y se retiró también las suyas.

Continuó tocándome con el mismo cuidado que en nuestra primera vez, haciendo que gimiera su nombre, apretando las sábanas con mis manos. Cuando estuvo dentro de mí pude escuchar como jadeaba. Por instinto seguí su ritmo con mis caderas mientras que nuestras lenguas escondían algunos de nuestros gemidos.

Era claro que ambos lo estábamos disfrutando. 

Supliqué por más y Hoshina sonrió aumentando la velocidad, entrelazando sus dedos con los míos.

— Soshiro...

Me enrojecí mientras intentaba reprimir las emociones que él provocaba en mí, haciendo durar este momento lo máximo posible, hasta que me fue inevitable no poder gemir al acabar juntos. 

Cuando Hoshina se recostó, nos abrazamos y luego de besarnos, nos cubrimos con el cubrecama hasta que nos quedamos dormidos. 

Gracias al roce de su piel con la mía y a la placentera sensación de descansar a su lado, ese día no tuve pesadillas. Por primera vez soñé con aquello que anhelaba, con una familia y con un deseo para el futuro. 


...



¡Gracias por seguir leyendo!♡♡

Nos vemos en el siguiente capítulo

Xoxo 

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Dreamy Sky StarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora