9-Futuro incierto.

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Min Jung-Li

Suelto un suspiro al verme en el espejo, Alexander lleva más de 10 minutos esperando por mi en la sala de la mansión y yo no soy capaz de escoger que zapatos utilizar. En mi mente se repite sus palabras al decirme que saldríamos a cenar.

Me es imposible no ilusionarme, nos hemos besado en dos ocasiones en este día y aunque no lo hemos hablado, esta bien así, no quiero arruinarlo al preguntar el porqué de su resiente cercania.

Me decido por los tacones de punta con un hermoso color rojo, sonrío al verme en el espejo, no suelo utilizar este tipo de ropa, pero me siento bonita.

Tomo mi bolsa y bajo las escaleras con un cuidado gigante, no quiero romperme el tobillo por no fijarme dónde pondré el pie.

Al llegar abajo, veo que él está sentado en el sofá de espaldas a mi, pensé que estaría hablando con Edgar pero recordé que dijo que saldría de copas. Me acerco a mi esposo y toco su hombro con suavidad.

—Estoy lista. —murmuro cuando voltea a verme.

Me escanea con la mirada y después de unos cuantos segundos, se levanta del asiento y toma mi mano, mis mejillas están rojas por la mirada que me esta brindando, sus ojos brillan con un brillo inusual, se acerca por completo a mi cuerpo y pasa sus manos por mi cintura, nuestros rostros están tan cerca que puedo sentir el calor aumentar todavía más, si es que eso se puede.

Cierro los ojos y poco despues siento sus labios en los míos, me es imposible descifrar lo que sus besos me hacen sentir, es cómo si mis labios pícara por más contacto y mi cuerpo buscará algo mas que un beso, mientras mis sentimientos están hechos un lío por sentirse correspondido, cosa que claramente no es verdad.

Nuestro contacto se torna un poco apasionado, como siempre él es el que guía mis movimientos mientras yo solo intento no quedarme sin aire, mi pecho sube y bajo mientras sus manos están cerradas mi cintura.

El beso se corta lentamente, mis ojos siguen cerrados y mi respiración irregular, siento su frente pegada a la mía y abro los ojos lentamente, me sonrojo al ver sus labios manchados de labial. Ahora no quiero saber como están mis labios.

Una de sus manos se aleja de mi cintura y va hacía la bolsa de su saco, toma el pañuelo blanco y lo guía a mis labios, limpia con suavidad éstos sin dejar de verlos, al terminar me lo entrega y yo hago lo mismo con los suyos, un pequeña risa se escapa de mis labios al verlo lleno de labial, él sonríe y a mi se me detiene el corazón, podría jurar que en verdad lo hizo, pero se que solo es la sensación de calidez qué su sonrisa me trasmite.

—Tu risa es adorable— escucho su voz ronca y sonrio aun mas.

Aparto la vista de sus labios y la subo a sus ojos. El toma mi mano suave y se separa un poco de mi cuerpo. Caminamos a la puerta, al salir de la mansión siento un poco de frío, pero le resto importancia y sigo mi trayecto a el coche.

Él abre mi puerta y después de entrar deja otro pequeño beso en mis labios, es solo un pequeño contacto, pero siento que mi pulso se acelera igual que con los anteriores.

Se sube a el asiento de copiloto y enciende el coche, en todo el camino su mano estuvo en mi muslo, no se porque eso me genera alegría y entusiasmo.

Al llegar se repite lo mismo de siempre, él baja, abre mi puerta y luego me ayuda a salir. Sonrío tomando su mano y ingresamos al restaurante, al entrar esta vacío lo que me sorprende un poco, nos llevan hacia una mesa que está decorada con un hermoso jarrón de porcelana.

Andrew me ayuda con el asiento y me doy cuenta del enorme ramo de rosas rosadas que están encima de él. Las tomo y me siento con cuidado, el repite mi acción en el lugar frente a mi.

Siempre serás tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora