18-Somos uno.

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Min Jung-Li

Estoy por levantarme de la cama cuando me llega la respuesta de Nicolle. Sonrío viendo la hermosa foto de su panzita, es sorprendente lo rápido que creció, cuando tenía 3 meses ni se notaba.

Resivo una llamada de ella y rápidamente la contesto.

—Se ve hermoso...—coloco la cámara de forma que se vea mi rostro pero no mi cuerpo, la ropa que llevo deja mucho que ver—. ¿Cómo estás? ¿Todo bien?

—Primero que todo, buen día—reímos a la vez, siempre se me olvida saludar—. Segundo, no, todo mal.

La cara de preocupación y cómo grita contra la almohada me deja ver que es fuerte lo que me contará.

—Dime que tienes, Coll—me hace sentir impotencia no estar ahí con ella ayudándole.

—¿Prometes no enojarte?—sonríe nerviosa, frunzo el ceño y asiento.

—Está bien, lo intentaré—desato mi cabello y vuelvo a hacerme una coleta.

—Bueno... Hace unos meses... Me volví a acostar con Edgar—dice las palabras tan rápido que me cuesta entender.

—¿Qué hiciste qué?—abro los ojos en demasía al entender lo que ha dicho.

—Bueno... Fue un momento de tentación... Él llegó, nos besamos, una cosa llevo a la otra y terminamos en la cama—ahora la entiendo menos que antes.

—¿Por qué en lugar de tener relaciones no le dijiste del embarazo?—intento ponerme en su lugar pero sigo sin entender el porqué hace cosas que no debe.

—¡Claro que no!—niega euforicamente—. En la cama es muy bueno pero..¿como papá? No, prefiero quedarme con la duda.

—Es su hijo también, sea como sea, él merece saber—intento hacerla entrar en razón, no está bien que haga eso.

—No importa, le deje muy claro que solo fue sexo y que él no tiene ningún derecho sobre mi—alza los hombros restandole importancia.

—Es tu decisión pero creo que él deber saber, con razón llego sonriendo después de haber andado enojado casi toda una semana—sonrio, Edgar en verdad está enamorado de Nicoll y ella no está valorando eso.

—Ese es el problema, creo que me ha empezado a gustar, bueno, solo nos besamos un par de veces y él fue el que empezó, pero, ¡Dios! Sus besos son tan apasionados—hago una cara de asco al ver como muerde su labio.

—No me des explicaciones del porqué te gusta, con decirlo es suficiente—río, sus mejillas se han sonrojado lo que es extraño en ella.

—Igual, que me guste y eso no influye en mi decisión, aunque la verdad algo en mi extraña encontrarlo por casualidad—hace comillas con sus manos al decir las últimas palabras—. Ahora que estamos tan lejos es imposible encontrarlo. Pero es lo mejor, mi pancita ya se nota mucho.

Ella sigue contándome sobre lo mucho que extraña la ciudad y a su familia, ha de ser difícil estar lejos de todo a lo que estas acostumbrado de forma permanente.

—Hable con Michael y está dispuesto a que tengamos una relación aún con el bebé en camino, obviamente lo he rechazado, no es justo que esté desarrollando sentimientos por la misma persona que me embarazo y aun así finja sentir cosas por él—niega y suelta un suspiro resignado, su pancita queda a la vista cuando se recuesta en la cama.

—Piensa bien en lo que haces, no vayas a perder a alguien que pudo ser el amor de tu vida—veo como gira los ojos y suspiro—. No lo digo en mal plan, Edgar si te quiere.

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