17-Uniendo(nos)

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Min Jung-Li

Dejo el pincel de lado al ver que el lienzo solo tiene rayones sin mucho sentido, llevo un tiempo sin pintar pero hoy sentí la necesidad de hacerlo y lo único que me sale, son escenas oscuras, basadas específicamente en mis pesadillas.

Ya es tarde, hace rato hable con Nicolle, quien dice estar muy feliz en su "retiro espíritual". En realidad solo se fue a España para esconder el embarazo, el cuál ya se le nota, son 4 meses ya y sorprendente lo grande que está.

Me da tristeza ver el rostro de Edgar cuando le miento diciéndole que se ha ido de viaje por su trabajo, se que él merece saberlo y se lo he dicho a ella, pero está segura que es mejor ocultarlo. Sus papás no se han enterado del embarazo, si lo hacen seguro reaccionan realmente mal.

Siento las manos de Andrew pasar por mi cintura, sonrío recostando mi espalda en su pecho.

—¿Has resuelto el problema?—pregunto acariciando sus dedos que están dibujando círculos en mi cintura.

—Algo así —siento como se aleja de mi cuerpo y estoy por reclamar cuando deja una cajita en la mesa donde están mis materiales de pintura.

Frunzo el ceño y ladeo mi cabeza, me acerco y tomo la cajita entre mis dedos, es roja con pequeños detalles dorados.

—¿Qué es... Es para mí? —lo veo esperando que me dé su aprobación para abrirla.

—Sí, y no agradezcas que me molesta que lo hagas —su rostro fruncido que parece que está enojado, pero sé que no es así.

Sonrío y abro la cajita, cuando veo el hermoso collar que está dentro, mi rostro muestra sorpresa, es realmente bonito y delicado.

—Gr–...está lindo—me corrijo rápidamente y lo abrazo—. No tenías que molestarte...ya son muchos los regalos que me has dado.

Toma el collar entre sus largos dedos y con su otra mano aparta mi cabello, termina de abrochar el collar y deja un beso en mi nuca haciendo que suelto un gemido suave al recordar lo que su cuerpo y manos me hicieron sentir hace unos días.

—Ven... Tengo que mostrarte algo—se aleja de mi cuerpo y toma mi mano guiandome fuera de la recamara.

—¿Qué es... Otra sorpresa?—salimos de la mansión y veo un coche azul marino frente a esta.

Abro mis ojos en demasía cuando Andrew me extiende las llaves, niego y las dejo en sus manos.

—No puedo aceptarlo—alzo la vista y me topo con sus ojos.

—Es tuyo, vamos, sube—me vuelve a entregar las llaves y suspiro.

—Pero yo...solo he conducido pocas veces—volteo a ver el coche.

Sería egoísta de mi parte aceptarlo si no lo utilizaré, sería como si comiera algo aun cuando ya estoy llena solo por no dárselo a alguien más.

—Está bien, entonces este será el nuevo auto en el que te moverás, el chófer se encargar de él, tú no tienes que manejar si no quieres—llevo mis manos a sus hombros cuando siento las suyas en mi cintura atrayendome hacia él.

—No es necesario, de verdad—me pongo de puntillas para alcanzar sus labios.

Escucho el sonido de su risa al notar mi acción y frunzo el ceño, estoy por alejarme pero él me sube al el capó del coche y se mete entre mis piernas.

—¿Estás bien a esa altura, pequeña? —me sonrojo por como me llamo pero finjo enojo.

—No es chistoso—lamo mis labios sin apartar la vista de los suyos.

Siempre serás tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora