Decisiones Dolorosas

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Después del devastador encuentro en la casa de Sunghoon, Sunoo había evitado todo contacto con él. Sin embargo, un día, mientras caminaba de regreso a su casa desde la escuela, se encontró con la madre de Sunghoon, quien le hizo una seña para que se detuviera.

—Sunoo, ¿podemos hablar un momento? —preguntó ella, con una sonrisa que intentaba ser amable.

Sunoo asintió, aunque su corazón latía con fuerza. Sabía que esta conversación no sería fácil.

Se sentaron en un banco del parque cercano. La madre de Sunghoon parecía incómoda, pero comenzó a hablar con un tono suave.

—Sunoo, sé que has estado muy cerca de Sunghoon. Y también sé que has estado pasando por momentos difíciles. Quiero que sepas que siempre te he tenido mucha confianza y aprecio.

Sunoo forzó una sonrisa, pero su mente estaba llena de preguntas. ¿Qué quería decirle?

—Pero hay algo que necesito que entiendas —continuó—. He estado planeando una relación para Sunghoon con Wonyoung. Creo que sería lo mejor para él, y nuestra familia lo necesita. Estoy segura de que comprendes lo difícil que es para mí decir esto, pues se que eres el mejor amigo de Sunoo, y siento que serás un impedimento en esa relacion.

Las palabras de ella fueron como dagas en el corazón de Sunoo. Sintió un dolor agudo, pero intentó mantener la compostura. Asintió lentamente, sin poder decir nada.

—Lo siento, Sunoo —dijo ella, tocando suavemente su brazo—. Solo quiero lo mejor para todos.

Sunoo se levantó, sintiendo que ya no podía soportar más. Se despidió rápidamente y se alejó, sus pasos cada vez más rápidos mientras intentaba contener las lágrimas. Al llegar a casa, se derrumbó. Las palabras de la madre de Sunghoon seguían resonando en su mente.

Su madre lo encontró llorando desconsoladamente en su habitación. Sin decir una palabra, lo abrazó con fuerza, dejándole saber que estaba allí para él.

—¿Qué pasó, cariño? —preguntó suavemente, aunque ya tenía una idea.

Sunoo le contó todo, su voz temblando mientras relataba la conversación. Su madre lo escuchó en silencio, dejando que se desahogara.

—Esto no es justo, mamá. No sé qué hacer.

Su madre le acarició el cabello, pensativa.

—Sunoo, he estado pensando en algo. Tal vez necesitamos un cambio de aires, un nuevo comienzo. ¿Qué te parecería irnos a Estados Unidos? Podrías terminar la escuela allí y empezar de nuevo.

Sunoo se quedó en silencio, considerando la idea. Era una decisión enorme, pero la perspectiva de escapar del dolor y los recuerdos le resultaba tentadora.

—Déjame pensarlo —dijo finalmente, con la voz aún temblorosa.

Durante los días siguientes, Sunoo luchó con la decisión. Quería hablar con Sunghoon, buscar una explicación o quizás una reconciliación. Finalmente, se armó de valor y fue a buscarlo. Pero cuando llegó, Sunghoon lo recibió con frialdad.

—Sunghoon, ¿podemos hablar? —preguntó Sunoo, tratando de mantener la calma.

Sunghoon lo miró brevemente, con una expresión de cansancio.

—No tengo tiempo, Sunoo. Estoy ocupado.

Ese rechazo fue la gota que colmó el vaso. Sunoo sintió que su última esperanza se desvanecía. Se dio la vuelta y se fue, sus pasos pesados con el peso de la desilusión.

Esa noche, le dijo a su madre que aceptaba su propuesta de mudarse a Estados Unidos. Era una decisión difícil, pero sabía que era lo mejor para su bienestar.

Mientras hacía las maletas en los días siguientes, Sunoo se dio cuenta de que estaba dejando atrás no solo su hogar, sino también un capítulo de su vida lleno de dolor. Aunque el futuro era incierto, confiaba en que su madre estaría a su lado, apoyándolo en cada paso del camino.

Finalmente, el día de la partida llegó. Mientras el avión despegaba, Sunoo miró por la ventana, viendo cómo su vida en Corea se hacía cada vez más pequeña. Aunque su corazón estaba roto, había una chispa de esperanza en su interior. Sabía que este nuevo comienzo le daría la oportunidad de sanar y encontrar una nueva felicidad.

Sunghoon había notado la ausencia de Sunoo desde hacía varios días. La escuela se sentía extrañamente vacía sin su risa y su presencia. Decidió averiguar qué estaba pasando, así que un día, después de clases, se dirigió a la casa de Sunoo. Fue la hermana mayor de Sunoo quien le abrió la puerta.

—Hola, Hoon —dijo ella con una sonrisa—. ¿Buscas a Sunoo?

—Sí, ¿está en casa? No lo he visto en la escuela últimamente.

La hermana de Sunoo, sin sospechar nada, respondió con sinceridad.

—No, Sunoo y mamá se fueron a Estados Unidos. Decidieron cambiar de aires y empezar de nuevo allí.

Las palabras de la hermana de Sunoo golpearon a Sunghoon como una ola de frío. Sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies.

—¿Se... se fue? —preguntó con la voz temblorosa.

—Sí —respondió ella, con la misma ingenuidad—. Lo siento, pensé que te había dicho algo.

Sunghoon asintió, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar.

—Gracias, tengo que irme.

Con el corazón hecho pedazos, Sunghoon se alejó de la casa, sus ojos llenos de lágrimas. Encontró un lugar apartado en el parque y se dejó caer en un banco, sollozando incontrolablemente. Sabía que amaba a Sunoo, pero había pensado que al distanciarse, lo protegería del dolor y lo ayudaría a seguir adelante.

Recordó todos los momentos que habían compartido, las risas, los secretos, y sobre todo, el amor que sentían el uno por el otro. Pero también recordó la presión constante de su madre para que estuviera con Wonyoung y cómo había dejado que esa presión destruyera lo que tenía con Sunoo.

"¿Qué he hecho?" pensó, sintiéndose más perdido que nunca.

Sunghoon había querido que Sunoo dejara de sentir cosas por él, pensando que así podrían volver a ser amigos, pero su plan había fracasado. En lugar de ayudar, solo había causado más dolor y ahora Sunoo estaba lejos, quizás para siempre.

Los días pasaron y Sunghoon no podía evitar sentirse vacío. Cada rincón de la escuela le recordaba a Sunoo. Sus amigos notaron el cambio en él, pero no sabían cómo ayudarlo. 


El Reencuentro Que Cambio Mi Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora