Penúltimo Mes

46 7 0
                                    


El cuarto mes en Corea del Sur trajo consigo un cambio notable en la vida de Sunoo. Mientras su amistad con Jay se volvía cada vez más tensa debido a los sentimientos no correspondidos, su relación con Sunghoon florecía de una manera que no había experimentado antes.

Las semanas pasaron y Sunoo trató de mantener una amistad con Jay, pero cada encuentro estaba marcado por la incomodidad y la tensión. Jay seguía mostrando signos de afecto hacia Sunoo, pero este último lo recibía con amabilidad pero sin la misma cercanía de antes. Sunoo sabía que debía aclarar las cosas con Jay, pero aún no encontraba el momento adecuado.

Por otro lado, Sunghoon y Sunoo compartían momentos cada vez más íntimos. Habían tenido citas memorables, llenas de risas, conversaciones profundas y gestos de cariño. Cada día, Sunghoon se esforzaba por mostrarle a Sunoo cuánto significaba para él y lo especial que era su conexión.

Una tarde, después de una caminata por el parque, Sunghoon reunió valor y decidió abrir su corazón por completo.

—Sunoo, hay algo importante que quiero decirte —dijo Sunghoon con seriedad, mientras caminaban juntos.

Sunoo lo miró, notando la determinación en su mirada.

—¿Qué pasa, Sunghoon? —preguntó Sunoo, sintiendo un nudo en la garganta.

—Quiero estar contigo, oficialmente. Quiero que seamos novios —dijo Sunghoon, con voz suave pero firme.

Sunoo detuvo su paso, sorprendido por la declaración. Sabía que este momento llegaría eventualmente, pero aún no se sentía completamente seguro.

—Sunghoon, eres increíble y todo lo que hemos compartido ha sido maravilloso. Pero necesito más tiempo —respondió Sunoo sinceramente.

—Lo entiendo, Sunoo. Tomaremos el tiempo que necesites. Lo importante es que seguimos juntos y eso es lo que más importa para mí —dijo Sunghoon, tratando de ocultar su decepción detrás de una sonrisa reconfortante.

En los días siguientes, Sunghoon redobló sus esfuerzos para mostrarle a Sunoo cuánto significaba para él. Cada gesto, cada palabra, estaba impregnada de amor y dedicación. Se aseguró de que cada día juntos fuera una oportunidad para fortalecer su vínculo y hacer que Sunoo se sintiera especial.

Juntos exploraron más lugares de Corea, compartieron más risas y momentos memorables. Sunghoon estaba decidido a conquistar el corazón de Sunoo, paso a paso, sin importar cuánto tiempo le llevara.

Una noche, mientras observaban las estrellas desde el balcón de Sunghoon, Sunoo tomó la mano de Sunghoon y lo miró profundamente.

—Gracias por ser paciente conmigo, Sunghoon. No sé qué haría sin ti aquí —dijo Sunoo, con gratitud en su voz.

Sunghoon sonrió, acariciando suavemente la mano de Sunoo.

—Te amo, Sunoo. Y haré todo lo posible para demostrarte que soy digno de tu amor. Juntos podemos enfrentar cualquier cosa —respondió Sunghoon, con los ojos brillando de determinación.

Sunoo asintió, sintiendo que el futuro no parecía tan incierto cuando estaba con Sunghoon.

—Juntos, Sunghoon. Siempre juntos —dijo Sunoo, sellando su promesa con un tierno beso en los labios de Sunghoon.

Así, mientras el cuarto mes llegaba a su fin, Sunoo y Sunghoon continuaron su viaje hacia un futuro donde el amor, la paciencia y la comprensión los guiaban, construyendo un camino hacia una relación sólida y llena de promesas.

A medida que el cuarto mes llegaba a su fin, Sunghoon comenzó a sentir la sombra de la inevitable partida de Sunoo. Sabía que su madre y él estaban en Corea temporalmente, y pronto tendrían que regresar a Estados Unidos. La idea de separarse de Sunoo le pesaba en el corazón, y empezó a pensar en maneras de prolongar su tiempo juntos.

Una tarde, mientras caminaban por un parque tranquilo, Sunghoon tomó la mano de Sunoo y le dio una mirada seria.

—Sunoo, hay algo que necesito decirte —dijo, buscando las palabras adecuadas.

Sunoo lo miró con atención, notando la seriedad en su expresión.

—¿Qué pasa, Sunghoon? —preguntó Sunoo, preocupado por la expresión en el rostro de Sunghoon.

—Quiero estar contigo, Sunoo. Quiero que estemos juntos, aquí en Corea y donde sea que vayamos —dijo Sunghoon sinceramente.

Sunoo se sintió abrumado por la declaración. Sabía que Sunghoon quería estar con él, pero también entendía las complicaciones de su situación.

—Sunghoon, lo que tenemos es increíble, pero sabes que mi familia y yo tenemos que regresar a Estados Unidos eventualmente —respondió Sunoo, con pesar en su voz.

Sunghoon asintió, sintiendo un nudo en la garganta. Sabía que la distancia sería un obstáculo, pero no quería perder a Sunoo.

—Lo sé, Sunoo. Pero no quiero pensar en la despedida todavía. Quiero aprovechar cada momento que tenemos juntos —dijo Sunghoon, decidido.

En los días siguientes, Sunghoon hizo todo lo posible por demostrarle a Sunoo cuánto significaba para él. Le llevaba pequeños regalos, organizaba citas especiales y se aseguraba de estar presente en cada paso del camino de Sunoo.

Una tarde, llevó a Sunoo a un café acogedor que habían descubierto juntos. Mientras disfrutaban de sus bebidas, Sunghoon sacó una pequeña caja envuelta en papel brillante.

—Es para ti, Sunoo. Para recordarte este momento especial —dijo Sunghoon, entregándole la caja.

Sunoo abrió el regalo con cuidado y encontró un pequeño colgante con forma de estrella.

—Es hermoso, Sunghoon. Gracias —dijo Sunoo, emocionado por el gesto.

Sunghoon sonrió, feliz de ver la alegría en el rostro de Sunoo.

Una noche, mientras observaban las estrellas desde el balcón de Sunghoon, Sunghoon tomó la mano de Sunoo con firmeza.

—Sunoo, quiero decirte algo importante —dijo Sunghoon, mirándolo directamente a los ojos.

Sunoo lo miró expectante, sintiendo que algo importante estaba por venir.

—Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para estar contigo, Sunoo. Incluso si eso significa ir a Estados Unidos y construir una vida allí contigo —declaró Sunghoon, con determinación en su voz.

Sunoo quedó sorprendido por la declaración. No esperaba que Sunghoon considerara una mudanza por él.

—Sunghoon, eso es... increíble. Pero no quiero que tomes decisiones tan grandes solo por mí —respondió Sunoo, sintiéndose abrumado por el gesto de Sunghoon.

Sunghoon apretó suavemente la mano de Sunoo.

—Lo hago porque te amo, Sunoo. Quiero estar contigo, sin importar dónde estemos. Pero entiendo si necesitas tiempo para pensar en todo esto —dijo Sunghoon sinceramente.

Sunoo miró a Sunghoon con una mezcla de gratitud y amor. Sabía que Sunghoon estaba dispuesto a ir más allá por su relación, y eso significaba mucho para él.

—Gracias, Sunghoon. Tomaré el tiempo que necesite para pensar en esto. Pero por ahora, quiero disfrutar cada momento que tenemos juntos aquí en Corea —dijo Sunoo, sonriendo cálidamente.

Sunghoon asintió, sintiendo alivio y renovada esperanza en su corazón.

—Juntos, por ahora y siempre —dijo Sunghoon, sellando su promesa con un tierno beso en la frente de Sunoo.

Así, mientras el cuarto mes llegaba a su fin, Sunoo y Sunghoon continuaron fortaleciendo su vínculo y enfrentando juntos los desafíos que el futuro les deparaba. Con el amor como guía y la determinación como fuerza motriz, estaban listos para cualquier cosa que el destino les presentara.

El Reencuentro Que Cambio Mi Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora