Flechazo por equivocación

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Hoy era el día de la excursión al acuario, mi pensamiento era ir con Amalia en el autobús y estar con ella toda la excursión pero...

—parece ser que mí escena del otro día la enfado un poco —le conté a Liam que estaba sentado a mi lado
—Y con razón -me respondió
—Pero no puede culparme solo a mi ¡Fue Alex quien me mandó a orar!
—Pero no hacía falta que reaccionases así tío, haberte negado y ya, lo hubiesen entendido
Bufé —aunque quizás eso hubiese sido mejor —admití
—Quizás estaría mejor que hables con Amalia—me aconsejo
—¿Para qué? No creo que me perdone tan fácil
—Digo, para que le expliques por qué reaccionaste de esa manera...
—No puedo contarle a Amalia algo tan personal Liam
—¿No dices que ella iba a contarte algo personal a ti, al salir de la reunión?—es verdad, después de todo ese lío al final no hablé con Amalia —me parece que ya habéis entrado en la fase de amigos, toca conoceros a fondo, aunque sea un poquito...
—Antes jugábamos a conocernos a través de hacernos preguntas y funcionaba bien, pero eran preguntas superficiales, color favorito, estación favorita...
—Pues haz preguntas verdaderas ahora, hazlo por ella, deja que ella te entienda a ti y sobre todo entiéndela tú a ella, si no vais a estar discutiendo siempre...

Suspiré y me recosté en mi asiento, Miré a Amalia sentada atrás del todo al lado de una ventana, sola, Hoy vestía con una malla negra y una camiseta de lana beige que le llegaba hasta los muslos, hoy no llevaba lazos, no llevaba faldas, no llevaba bolsas grandes... Amalia estaba triste y siento que yo tengo la culpa de eso

.....

—Este es igual que tu
cabezón —bromeo Arct
—ballena beluga —Liam comenzó a leer—Características y curiosidades de las Belugas
tienen una gran capacidad de comunicarse mediante diversos sonidos, llegando a imitar la voz del hombre
—Oh eso es interesante —dije sorprendido
—Las belugas o ballenas blancas están comprendidas dentro del orden de los cetáceos. Son mamíferos acuáticos que viven generalmente en el Ártico y se distinguen, claramente, por el color blanco de su piel, valla es un animal interesante
—¡Puede comunicarse con los humanos!— grito cabezón llamando la atención de todos el acuario
—Pero no grites cabezón, que manía más tonta—Arct le dio un zape
—Si si lo que tú digas, pero este maldito animal puede comunicarse con nosotros ¡Holaa!—pego su cabeza al cristal
—Es como ver a los cavernícolas descubriendo el fuego— bromeó Liam
—Hoooolaaaa

Deje de escuchar su conversación cuando sentí a Amalia pasar por detrás de nosotros, su odioso olor a fresa ¿Lo hacía aposta o era su olor personal? Quizás sea por qué no para de comer fresas

Amalia se alejó sin darse de cuenta que estaba y a su lado, eso me enfureció más de lo que quería, yo sentí su olor ¿Ella no sintió ni mi presencia?

—Ahora vuelvo chicos — anuncie a mis amigos
—¿Dónde vas James?—pregunto Arct pero ya era tarde para responderle, cuando camine detrás de Amalia.
La seguí sin parar puerta tras puerta chocando con la gente, sin duda Amalia algo buscaba. Al final lleguemos a un puente por debajo del agua

Vi como Amalia se quedó sorprendida de lo que estaba viendo, si estaba buscando algo esto no era a decir por su expresión, en su cara se podía ver el asombro y la felicidad.

Me giré yo también para observar los animales que nos rodeaban, tortugas marinas, manta rallas, peces pequeños, de colores, tiburones de todo tipo...y todos ellos convivían en paz y sin problemas, a pesar de no ser iguales

—Es precioso —susurré
Amalia se giró para mirarme con el ceño fruncido y se volvió a marchar
—Amalia por favor — volví a ir tras ella —¿No crees que ya hemos dado muchas vueltas? —abrió una puerta gigante haciendo que él frío se hiciera presente con
intensidad —¡No sabía que tu manera de arreglar las cosas fuese la ley de hielo, no te creía de esas!
—¡Tú no crees en nada!—exclamó de lejos
—Ohh ya lo entiendo ¡¿Estás así por qué no creo en Dios?!—Amalia se quedó quieta mirando el nuevo recinto Pingüinos —es legal tener pingüinos aquí ¿No hace mucho calor?
—No lo sé James Moore no soy zoóloga —dijo con sarcasmo.
Suspiré frustrado —podrías no tratarme así, no lo merezco
—Tú me has tratado peor a mí—declaró
—¿Yo?—¿En qué momento la había tratado mal? —te aseguro que no me atrevería a hacerte daño Amalia