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—Enamorarse o un millón de dólares
—Un millón de dólares — respondí sincero —¿Y tú?
—Que pregunta más tonta, el
amor— respondió con una sonrisa
—El amor se puede comprar — le pinché
—Lo que puedes comprar ahora mismo es un agua para mí — sonreí y la obedecí, hoy estaba de buen humor ¡Acabábamos de ganar el partido contra Alemania! Esos alemanes fábrican
coches y no pidieron con nosotros, aunque la victoria no fue por mucho, se notaba que todos estábamos más concentrados y conscientes de lo que nos jugábamos, ellos se jugaban 20.000 dólares para el instituto, pero yo me jugaba volver a mi hogar, Arct no jugó otra vez y cabezón permaneció en el banquillo sintiéndose culpable de la derrota del último día, yo intenté sacarle, pero el entrenador nos pilló. 
Ahora se encontraba más calmado que el otro día, Ojalá que a él le vaya mejor que a mí...

La azafata nos mandó a callar por tercera vez en la noche, todos en el avión dormían pero Amalia y yo seguíamos haciéndonos preguntas

—¿Qué es una cosa de la que la gente siempre se equivoca de ti?—susurro pegándose aún más a mí para que nadie nos escuchará
—Todos creen que soy fuerte por qué supere la muerte de mi madre
—Yo creo que eres muy fuerte ¿Por qué dices eso?
—Porque no lo he superado, no me considero fuerte, solo escondo el dolor paso de él, hago como si no existiera
—¿No es más fácil enfrentarte a él?
—¿Alguna vez te has enfrentado a él dolor Amalia?
—Si, varias veces y aunque no consiga ser más fuerte que el siempre consigo que se vaya, no dejaré que me mate lentamente
—¿El dolor mata?— pregunté mirando sus ojos
—Aprisiona. Antes no podías hablar conmigo sin ser sarcástico, ahora me estás contando lo que sientes, yo creo que estás superando el dolor
—Yo creo que solo me estoy acostumbrando al dolor
— Ojalá que nunca te acostumbres a estar con dolor James
— Ojalá que nunca te acostumbres al ruido Amalia
—Yo ya no estoy acostumbrada a eso
—¿De verdad?
—Yo soy merecedora de todo James Moore
sonreí como idiota —me alegro de eso, pero dime ¿En que se suele equivocar la gente contigo?
—Todo el mundo cree que por ser cristiana mi vida es perfecta pero... es peor, porque el enemigo me ataca más, cuando más me acercó a Dios, más me quiere alejar Satanás de Dios
—¿Y como te aleja de Dios? ¿Satanás no puede hacer eso no?
¿Dios no hace nada?
—El enemigo me ataca con dardos, con tentaciones, con problemas para ver si eso me aleja de Dios
—¿Y lo ha conseguido alguna vez contigo?
—A veces... hay días que me puede y  simplemente me recuesto en el suelo del baño a llorar rota
—¿Y Dios? Qué hace— ¿Como podía permitir eso Dios?
—Viene y deja que apoye mi cabeza sobre su regazo para que mi cabeza no toque la basura del suelo, me deja llorar para después levantarme con más fuerza
—¿Y como es eso?
—Solo si te caes lo descubrirás. La cuestión James es... que nadie aquí es Dios para saber quién somos y juzgarnos ¿Verdad?
—Supongo que si
Amalia sonrió —voy a presentar los sueños y dormirme ¿Quieres orar conmigo?— me removí incómodo —¿Qué tal si no lo llamamos orar, eh?
—Que tal si decimos conversación, como le dijiste a Andrew —propuse
—Está bien, repite conmigo;
Gracias señor por este día y la victoria de hoy, mándale consuelo a los que han sido descalificados, quizás el año siguiente será su año, gracias por llevarnos a la victoria, bendice nuestros sueños y líbranos del mal. Amén

 Amén

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Flechazo por equivocación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora