Flechazo por equivocación

➶28➴

—¿Amalia que hacemos aquí? Hay reunión en la hoguera y nos la vamos a perder —la regañé por tercera vez —al menos dime qué hacemos aquí
El atardecer estaba a punto de ponerse y después de haber tenido un día de lectura de la biblia y oraciones era nuestro momento libre antes de la hoguera
—Tranquilo James si ya hemos llegado ¡Mira! —estiro sus brazos en lo alto de la montaña, Amalia preparó un mantel en el suelo con dos vasos de fresas con leche y una cesta en la que estoy seguro qué lleva agua
—¿Qué es todo esto?— pregunté con una sonrisa, no me enfada, en absoluto, pero solía ser yo el que preparaba las citas
Amalia cambió su expresión a una más triste y eso me confundió
—Vamos a sentarnos James, vamos ven — me ofreció un sitio a su lado y me pasó un vaso —¿No sabes que día es?
—¿Cumplimos algún mes o algo?— encendí el móvil y me fijé en la fecha
28 de Marzo
28 de Marzo
28 de Marzo
28...de...Marzo
—Es...es...el aniversario de mamá...
—Antes de comenzar la relación falsa me dijiste que dentro de poco sería su aniversario... le pregunté a Isabela cuando era para poder prepárate algo bonito para recordarla
—no lo recordaba Amalia... soy un mal hijo me estoy olvidando de ella..
—Nada de eso James — agarró mi cara obligándome a no agacharla — la estás superando, estás sanando, James ¿Acaso te has olvidado de ella?— negué con la cabeza
—No podría olvidarla —dije con la voz rota
—La estás superando y eso conlleva olvidarse de los días de dolor...
—La sigo echando de menos, ya son nueve años...
—Y su recuerdo vivirá eternamente en nosotros ¿Si?— asentí y me dejé caer en su hombro mientras ella me rodeaba por detrás...

El atardecer llenaba el lugar con tonos naranjas y amarillos cristalinos que se clavaban en mi alma, como su sonrisa cada vez que se reía, cuando papá hacia alguna tontería, cuando intento montar la cuna de Anto, la primera vez que hicimos surf en la playa y ella me llevaba en su tabla, aún recordaba la mirada de papá al verla reír, mamá era aquello que nos unía a todos. Cuando ella se fue ya no quedaba una familia... Solo éramos papá, Anto y... yo no estaba, no estuve con ninguno de ellos, me encerré tanto en mi dolor que no pensé en Papá, su mujer, la mujer con la que esperaba pasar el resto de sus vidas ya no estaba y para colmo tenía que aguantar a un niño que le recordase diariamente que ella ya no estaba, ahora me doy cuenta de lo mal que me he comportado todos estos años...

—Cuando volvamos a casa hay mucha cosas que quiero cambiar
—Está bien te ayud...
—No, es algo que debo hacer yo solo, me he portado muy mal con mi padre todos estos años al creer que remplazo a mamá por Isabela
—Que bien que te des cuenta
—Si, también tengo que disculparme con ella, la he tratado fatal cuando lo único que a hecho es restaurar la familia que creía rota...
—Espero que recuperes tu hogar James, y sepas aprovecharlo, porque es magnífico, es increíble la familia que tienes en serio... Hay gente que ni siquiera tiene la mitad que tú, no pienses que te lo quiero echar en cara o...
—Lo se Amalia, y deberías saber que quiero ser tu familia quiero que dejes a tu familia y te vengas conmigo completamente
—No puedo abandonar a mi familia...
—Ellos no son tú familia, Amalia no les debes nada, que te hayan dado la vida y un hogar no justifica lo que hacen. Es hora de que les dejes y dejar ir no es olvidar ¿Recuerdas?
—¿Y qué voy a hacer si no tengo familia? — preguntó preocupada
—Ser la mía Amalia, te estoy pidiendo que seas mi presente y mi futuro, que seas tú la mujer con la que veo los atardeceres, la mujer que me espera sentada en mi ventana y compartimos nuestro día

Amalia estaba en shock. Lentamente asintió con la cabeza, incapaz de articular palabra alguna
Y las lágrimas no tardaron en  comenzar a brotar de sus ojos

Mis labios se acercaron lentamente a los tuyos, sintiendo la suavidad de tu piel y el latir acelerado de su corazón, cerré los ojos y dejé que el sabor a fresa invadiera mi boca al fundirse en un beso profundo y apasionado.