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—No sabía que te iban los legos
—¿Por qué?
—No te creía el tipo de chico con paciencia para esto

Amalia metió las manos en el pequeño cubo lleno de legos

—No me malentiendas Amalia no tengo paciencia, tardo meses en terminar uno de estos, suelo estar 5 minutos y lo dejo— comenté haciéndola reír.
Estábamos en la mesa de mi comedor montando el castillo de Harry Potter en versión lego, después de que Amalia me regalase ese llavero fui a la tienda a comprar esto y montarlo juntos
—¿Y desde cuándo tienes este?— preguntó Amalia
—Eh...—¡piensa rápido James!— ¿Desde Australia?
—¿Me lo estás preguntando?— elevo una ceja confundida
—No, digo, que lo tengo desde hace mucho ya, ayer recordé que lo tenía así que me pareció buena idea sacarlo
—Oh, vale, la verdad es que si, ha sido buena idea
—Yo solo tengo buenas ideas — le guiñe un ojo. No iba a decirle que me pase toda la mañana de tiendas buscando algo para hacer juntos y que fuera de Harry Potter
—¿Ponemos música mientras lo montamos?
—Podemos poner la película mejor— me levanté del suelo para agarrar el mando
—Está bien — asintió Amalia

Me metí en Netflix y busqué la primera película de Harry Potter

—Yo tenía los libros de pequeña —comento Amalia
—Si yo también, me los compro mi madre, aún los tengo guardados— sonreí con nostalgia— ¿Dónde están los tuyos?—pregunte como un idiota
—El primero y el segundo los rompieron mis hermanos pequeños y los demás los fue rompiendo mi madre...
—¿Por qué hizo eso?—pregunté otra vez como un idiota
—Pasaba demasiado tiempo con ellos — Amalia agarró unas piezas y las empezó a poner poco a poco sin prisa —le molestaba que me distrajera —eso me dolió en el corazón ¿Cómo una madre se molestaba porque su hija se distrajera, por qué fuera feliz? ¿Importaba que su felicidad fuese con un libro?
—Con todo respeto tu madre es una estúpida— Amalia se encogió de hombros sin llevarme la contraria — además ¿se gastó el dinero en comprarlos para luego romperlo? Qué idiota
—Los compré yo, con el poco dinero que me daban para el colegio me los ahorraba para poder comprarlos...
—¿Y no desayunas en el colegio?
Amalia negó —Dalia siempre me compartía su comida, es la única persona a la que le conté lo que ocurría en casa, bueno y
ahora a ti — me miro con una media sonrisa que se convirtió en un hoyuelo
—¿Y Liam, lo sabía?—¿A qué venía que le preguntaste eso?
—La mitad, la verdad nunca me fie de él, era mi amigo pero...no sé no quise contarle nada, se enteró de algunas cosas sin querer — se encogió de hombros—la verdad ahora lo agradezco después de saber lo que iba a hacer...
—A mí me lo has contado, conmigo te has abierto—dije con una sonrisa
—Es que sé que tú no me harás
eso—mi sonrisa se desvaneció un poco pero me recompuse a tiempo antes de que se girase a verme con una sonrisa con hoyuelo.

Poco a poco seguimos colocando piezas consiguiendo completar y a torre, mientras la película sonaba de fondo

...

—¡No puedo más, es el doble de lo que acostumbro a hacer!— exclamé cansado sobre la mesa
—James no llevamos ni la mitad
—Amalia tenemos toda una vida por delante para hacerlo déjame descansar— lloriqueo
—Está bien — dijo rodando los
ojos —dame algo de comer al menos, solo me has ofrecido agua desde que he venido
Me levanté rodando los ojos — y que quiere la señora Amalia para comer —bromeé
—La señorita Amalia
—Oh, disculpe — reí dramáticamente —¿Qué le ofrezco señorita Amalia?
—Pues tengo mucha hambre, demasiada diría yo ¿Qué me puedes ofrecer?
—Unos...¿Espaguetis con nata le parece bien?
Amalia se giró a mirarme rápidamente—Nunca le diría que no a eso — se puso en pie y me acompañó a la cocina
—¿Me vas a ayudar a hacerlos?— pregunté
—No, solamente voy a mirar y hacerte preguntas
—Mmm ¿así que has preparado preguntas para mí?
—Se podría decir que si —sonrió y se puso un mandil dándose la vuelta para que se lo atase
—¿Por qué te lo pones?— pregunté mientras me ayudaba a atárselo
—Para acompañarte en tu trabajo,— sonreí y Amalia se puso en pie—ahora vuelvo, espera —se marchó de vuelta al comedor y cuándo regresó trajo con ella una libreta
Got
is
Goot
all
the time
—¿Dios es bueno todo el tiempo?— pregunté al ver la portada de la libreta
—Y todo el tiempo Dios es bueno— dijo con una sonrisa
—¿Qué?— pregunté confundido
—Es de una película cristiana Dios es bueno todo el tiempo y todo el tiempo Dios es bueno es una frase de dos amigos
—Ahh ya entiendo, entonces yo digo, Dios es bueno todo el tiempo
—Y yo respondo, y todo el tiempo Dios es bueno — respondió Amalia
—¿No tendría más lógica si la frase dijera Dios es bueno todo el tiempo y en todo tiempo Dios es bueno ?
—Ehh — Amalia frunció el ceño confundida — Hay no lo sé, de repetirla tantas veces ahora suena raro —Me reí y me alejé de ella para comenzar a hacer la pasta —Podíamos verla, ya sabes si quieres...—preguntó tímida
—Si claro—Amalia sonrió emocionada — pero después tendrías que ver una que yo quiera y te aseguro que tengo un gusto muy malo para las películas — entonces fue cuando su sonrisa se borró
—Bueno asumiré el riesgo — Abrió si libreta buscando las preguntas
—¿Cuál es tu emoción favorita?
La miré confundió —¿Qué mierda de pregunta es esa?
—Eres un maleducado —dijo ofendida
—Discúlpame Amalia - me reí de ella —pero esa pregunta no ara que nos conozcamos más
—¿Y tú qué sabes?— dijo
enfadada—para tu información la mía es la alegría
rodé los ojos—es algo que ya esperaba la verdad
—¿Y la tuya que mal educado?— dijo picada
Me apoye sobre la encimera cerca de ella — el odio...el rencor
Amalia me miró mal—te pega mucho —Me encogí de hombros volviendo a mi trabajo de preparar la masa — pero algún día cambiarás de opinión —dijo segura
—¿Así por qué?
—Yo te ayudaré con eso— exclamó con una sonrisa
—Si tú lo dices...¿Has traído más preguntas o solo era esa estúpida pregunta?
—mal educado—susurro —¿Alguien a quien extrañes
—A mi madre obviamente — no pensé mucho en la respuesta
—Entiendo...yo...yo no extraño a nadie en particular, nunca he perdido a nadie, pero si hablamos de extrañar supongo que extraño mi vida antes de que mi familia se volviese tan...
—Mala— respondí por ella —idiotas, inútiles
—Si eso— respondió con una sonrisa avergonzada
—Entonces hubo un tiempo en el que todo era normal ¿Qué les hizo cambiar?— pregunté intrigado
—No lo sé, simplemente pasó, a veces siento que...—se mordió el labio — no quiero ser mala persona o egoísta...
— Suéltalo Amalia sabes que no te juzgaré
—Cuando mis hermanos pequeños nacieron, la familia se agrandó y el estrés aumento, cada vez teníamos menos dinero y menos espacio, dejaron de bajar a la iglesia y culpaban a Dios de todo lo malo que ocurría...creo que por esa razón me tratan así
—Eso no es una razón —encendí el grifo para lavarme las manos y poder dejar la masa en la nevera -El maltrato nunca lleva una razón detrás Amalia
—Es mi familia James...
Negué con la cabeza quería gritarle que esa gente no merecía llamarse familia, pero suficiente dolor tendría ya, no quería causarle más dolor
—Te entiendo Amalia, aunque no lo creas entiendo lo que es tener un hogar disfuncional —me senté frente a ella mientras la masa se enfriaba un poco
—¿Crees en las personas buenas James o Crees que todas son malas?
—Creo que...que todos somos buenos pero que en algún momento nos desviamos de ese camino y nos volvemos malos, algunos tienen la suerte de no oscurecerse por completo pero a otros nos atrapa la oscuridad por completo
—¿Así te sientes tú, atrapado?
—Me siento ahogado, pero es así desde hace mucho tiempo, no le doy importancia, me adapto a él
—No deberías acostumbrarte a estar mal, eso no es lo normal James, yo he conseguido liberarme de esa oscuridad ¿Cómo crees que soporto a mi familia? Con Jesús
—Jesús a ti si te escucha, tú tienes luz, yo no
—Dios no vino a llamar a los sanos y seres de luz que proclaman libertad —Amalia posó si mano sobre la mía—vino por los enfermos, destruidos sin esperanza ni voz, la esperanza y la voz que se alcanza con solo escuchar su nombre...
—Yo no creo en su nombre Amalia
—Lo sé, lo entiendo, no es lo tuyo, solamente quería que lo supieras — aparto su mano de mí con una sonrisa—espero no incomodarte con mi Fe
—No me incomoda que hables de lo que te gusta, mientras no trates de obligarme a nada
—Nunca obligaríamos a nadie a creer, muchos se molestan con nosotros, pero no es culpa nuestra la religión ha hecho mucho daño
—¿Acaso lo tuyo no es una religión?
—Es una relación, entre Dios y nosotros, aquí no hay normas, si cambias algo de ti es por qué tú lo decides
Asentí —la verdad es que nunca había escuchado nada igual que eso, pero basta de religión hazme más preguntas
Amiga agarró su libreta con una sonrisa —¿Alguna vez has sido infiel?
—Oh oh tú quieres saber demasiado ya...
—Quiero saber si eres una persona confiable, vamos responde
—Pues no, aunque no lo creas nunca he tenido pareja, solo cosas pasajeras
—Sin etiquetas ¿no?
—Exacto, no ataduras
—Estos jóvenes y sus relaciones sin amor - reí ante su imitación como si fuese una persona mayor— yo tampoco he sido infiel
—Nunca has tenido novio, así que no podrías haberlo sido
—Bueno si lo tuviera no le sería infiel, siguiente pregunta que viene acompañada de la anterior ¿Te quieres casar?
—Eh...bueno...la verdad es que nunca pienso mucho en el futuro pero...supongo que sí encontrase a alguien que valiese la pena si
—¿Valiese la pena? Parece que no crees en el amor
—Es que no creo en el amor— Amalia abrió los ojos como platos —¿cómo no vas a creer en él?
—Creo en el amor de una madre a un hijo, el amor de amistades pero...el amor incondicional hacia otra persona no, creo que me casaré, tampoco quiero acabar solo, pero nada más
—Madre mía James...pues yo si creo en el amor incondicional, todos tenemos a una persona perfecta para nosotros y obviamente si quiero casarme y compartir mi vida con alguien
—¿Y tener muchos hijos no?
—Tres, Sirelle, Eda, y Emery
—Lo tienes todo pensado ¿eh?
—Hay que estar preparada — dijo con una gran sonrisa
Me di la vuelta para comenzar a preparar la nata
—¿Y qué tienes pensado hacer en un futuro?— pregunté —¿Cuál es tu sueño Amalia?
—Quiero montar una floristería pastelería
—¿Floristería pastelería? ¿Qué es eso?—sonreí a su respuesta pero era bastante raro a decir verdad
—Una floristería normal pero con un apartado con mesas para poder desayunar, merendar...lo importante es que todo esté rodeado de plantas — me explico con felicidad —
—Ya entiendo, es una buena idea, te pega mucho trabajar en algo así, no te imagino en una oficina o algo por el estilo
Amalia hizo una mueca con
la nariz — no que horrible, además no creo terminar mis estudios
—¿Y eso, no planeas seguir estudiando?
—Si ósea quiero estudiar, pero quiero trabajar lo antes posible para irme de mi casa
—Apoyo eso— dije con una
sonrisa —¿Pero no hace falta que dejes de estudiar no?
—Haber ya terminé el instituto, ya tengo el graduado y dentro de poco terminaré la FP de administración, trabajaré por el pueblo y cuando te ha dinero ahorrado me iré de aquí y montaré una floristería, es un buen plan ¿No crees?
—Es arriesgado —dije sincero —pero quién soy yo para obligarte a estudiar, prefiero morir antes que trabajar
_¿Entonces no planeas nada para el futuro?
—Absolutamente nada
—James...- dijo en noto de reproche —no puedes decir que te da miedo no tener futuro y no preparate uno, te estás condenando a tu propio miedo
—Lo sé...— no la mire, no levante mi cabeza y me concentre en partir la masa
—¿Y no vas a hacer nada para frenarlo?—pregunto poniéndose de pie a mi lado
—No quiero decepcionarme Amalia
—Tienes miedo James y lo entiendo pero...— antes de que pudiera seguir hablando el timbre de la puerta nos interrumpió —sigue con la cena, abriré yo la puerta
Mientras Amalia se marchaba a abatir la puerta yo seguí con la cena, seguramente sería un repartidor
—¿Amalia?—exclamé después de un rato al ver que no volvía a entrar en la cocina —¿Amalia has abierto la puerta?—dije de lado los tallarines listos para echar la salsa y salí de la cocina —¿Amalia ocurre...
—Hola James cariño— me saludo Isabela sentada al lado de Amalia
—¡James Amalia está aquí!— exclamó Anto sentado en sus piernas
—Si ya me he dado cuenta— susurré, mire a mi padre sentado en el sillón opuesto a ellos... papá miraba fijamente a Amalia, estaba totalmente serio y lo entendía, Amalia hoy vestía con un vestido de vuelo azul claro con una fina rebeca blanca corta, llevaba unas sandalias azules igual que el vestido y en lugar de llevar un lazo llevaba una pinza de mariposa con el pelo medio recogido, no mentía cuando dije que Amalia era igual que mamá.
Isabela paseaba su vista de papá a mí sucesivamente sabiendo que algo pasa, mientras Anto daba conversación a Amalia
—Han cancelado la cena cariño por eso hemos vuelto tan pronto— me explico Isabela —de saber que tenías invitados hubiésemos ido a otro lugar...
—Deberías haber llamado —le corte
Mi padre levantó la vista por primera vez mirándome confundido
—¿Estás cocinando?— pregunto sorprendido
—Eh...—no supe que responder, la última vez que cocine y papá me vio mamá aún estaba...
—Nos ha entrado hambre, espero que no le moleste que usen...
—No no hija no —hablo rápidamente Isabela —por favor aquí todo es de todos
Amalia me miró entre angustiada y feliz, era una situación incómoda lo entendía
—Bueno...—Amalia intento ponerse de pie—quizás debería irme ya, es demasiado tarde
—No no—mi padre se puso de
pie —quédate por favor — Amalia se volvió a sentar mirándome a mí, buscando mi aprobación, a lo que yo asentí — seguro que podemos hacer algo para cenar todos juntos ¿Verdad Isabela?
—Si—exclamó Isabela con una sonrisa — veamos que ha hecho James y que podemos hacer más ¿Si?—ambos se pusieron de pie y me arrastraron a la cocina con ellos
—Bueno Amalia supongo que nosotros pondremos la mesa — exclamó Anto

Flechazo por equivocación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora