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Capítulo 75: Recuerdos. (4)

El resumen operativo del día fue extraño. Arjen no expresó su descontento explícitamente, pero lo hizo indirectamente con el ceño fruncido.

Recapturar territorio ocupado.

Se había ordenado a los mercenarios que se movieran en unidades separadas, no acompañando a la fuerza principal. Arjen pasó los dedos por las marcas de multiplicación del mapa.

"Entonces, se supone que debemos tomar esta pequeña aldea solos. Además, ¿rescatar a los soldados y aldeanos prisioneros aquí?".

Mientras Arjen hablaba, Carla asintió, comprendiendo su reacción. Charlie gruñó y preparó su equipo.

"Ya veo. No deberíamos tener demasiados problemas para recuperar el pueblo".

"...¿Por qué estamos haciendo rescate de prisioneros?"

No era el trabajo de un mercenario rescatar prisioneros; su trabajo era matar enemigos, no salvar personas. Pero Carla no iba a rechazar esta misión. La noticia de que tenían cautivos incluso a niños pareció conmoverla.

"No importa lo que hagamos, ¿verdad? Nos pagan para hacer lo que nos dicen".

Charlie respondió a las palabras de Arjen mientras envainaba su espada por última vez. Arjen aún parecía agotado, y Carla le puso una mano en la espalda.

"No pasa nada. Estaremos bien. Debemos ir en grupos pequeños para que no nos vean llegar".

La explicación tenía sentido, pero no el suficiente para que Arjen asintiera del todo. Todavía con cara de disgusto, Carla apoyó la barbilla en el brazo de Arjen.

"No te inquietes".

Arjen enarcó una ceja y luego exhaló con una sonrisa amarga. Charlie los miró pero no dijo nada.

"Parece que el nervioso eres tú".

"Estoy bien. Las pesadillas son sólo pesadillas. En realidad no me importan".

Dijo Carla y sonrió. Arjen estudió su cara cuidadosamente, pero no vio el vacío en sus ojos de la noche anterior. Sacudió la cabeza. "Pensar demasiado no tiene cabida en el campo de batalla. Piensa sólo en blandir la espada. Pensar es morir". Arjen volvió a recordar las palabras y levantó una mano hacia la cabeza de Carla.

"No pienses en eso".

Carla pareció sorprendida por las palabras de Arjen, y se quedó con la boca abierta mientras le agarraba la mano por encima de la cabeza. Sin embargo, no parecía muy ofendida.

"Descarada".

Carla escupió y envainó la espada. Arjen la siguió, recogiendo su equipo. Arjen lo sabía. Era ridículo, pero los mercenarios vivían de la confianza. Decir que no podían aceptar este trabajo era una cuestión de confianza, no de dinero.

"Es un milenio demasiado pronto para que te preocupes por mí".

Carla soltó una risita, burlándose de Arjen. Era antes del amanecer. Había un frío en el aire que podría calificarse de finales de otoño o principios de invierno. Charlie siguió a Carla, dejando a Arjen solo en el barracón, mirando el mapa. Clavó su daga en la cruz roja del mapa y, con una mueca, salió del barracón.

"Tengo sueño. Acabemos con esto antes del amanecer".

Dijo Carla mientras desenvainaba su espada, y Charlie bostezó con la boca abierta. Los mercenarios comenzaron a moverse, escudriñando la ciudad en busca de movimiento y señales de vida.

"...Nada."

Dijo Arjen mientras entraban. Estaba vacía. No había prisioneros que les hubieran ordenado rescatar, ni soldados de la nación enemiga custodiando la propia ciudad, que les había sido arrebatada. Caminaron por la ciudad, llamando a las puertas, buscando gente.

Me Convertí En El Héroe Que Desterró Al Protagonista (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora