Charles Loud y su novia Calipatria se conocieron en un soleado día de primavera en un parque local. Desde entonces, se convirtieron en inseparables, explorando juntos la ciudad y disfrutando de sus intereses comunes. Sin embargo, esta historia en particular ocurre un sábado por la tarde en la casa de Calipatria, donde ambos decidieron pasar el día divirtiéndose con juegos de mesa y buenas risas.
La casa de Calipatria era un lugar acogedor, con paredes llenas de arte y una colección de plantas que daban vida a cada rincón. Charles siempre se sentía bienvenido allí. Aquel día, llegaron con bolsas llenas de bocadillos y refrescos, listos para una tarde de diversión.
—Tengo una sorpresa para ti —dijo Calipatria con una sonrisa traviesa mientras sacaba una caja grande del armario.
Charles arqueó una ceja, curioso.
—¿Qué es? —preguntó, acercándose para ver mejor.
—Es un juego de mesa nuevo. Se llama "La Mansión Encantada". Pensé que podríamos probar algo diferente en lugar de nuestro habitual Serpientes y Escaleras.
Charles se rió, recordando las numerosas partidas de ese clásico juego que habían jugado. Aunque siempre había sido divertido, estaba emocionado por probar algo nuevo.
—Me encanta la idea. Vamos a ver de qué se trata.
Calipatria colocó la caja en la mesa de la sala de estar y comenzó a abrirla. Dentro había un tablero grande, figuras detalladas de personajes y un montón de cartas con ilustraciones espeluznantes. El tablero representaba una antigua mansión, con habitaciones conectadas por pasillos oscuros y misteriosos.
—Este juego se ve increíble —comentó Charles, admirando los detalles.
—Lo sé, ¿verdad? Leí que es un juego cooperativo, así que tendremos que trabajar juntos para resolver los misterios de la mansión y escapar de los fantasmas.
Ambos se sentaron en el suelo y comenzaron a leer las instrucciones. El objetivo del juego era explorar las diferentes habitaciones, encontrar pistas y resolver enigmas para descubrir la historia oculta de la mansión. Los jugadores debían cooperar para sobrevivir a los desafíos que surgieran en el camino.
Una vez que entendieron las reglas, eligieron sus personajes. Charles optó por ser un valiente explorador llamado Victor, mientras que Calipatria eligió a una astuta investigadora llamada Elena.
La partida comenzó con Charles y Calipatria entrando en la mansión por la puerta principal. Movieron sus figuras a través del tablero, revelando nuevas habitaciones y recogiendo cartas de evento. Cada carta traía consigo un nuevo reto o pista.
—Encontré una linterna en la biblioteca —dijo Charles, mostrando su carta.
—Eso nos será útil en las habitaciones oscuras —respondió Calipatria, mientras sacaba una carta que revelaba un pasadizo secreto.
La tensión aumentaba a medida que avanzaban por la mansión. Los fantasmas comenzaban a aparecer, y cada vez se sentían más presionados por resolver los enigmas antes de ser atrapados.
—¡Un fantasma en la cocina! —exclamó Calipatria, sacando una carta que mostraba un espectro aterrador.
—Usa la linterna —sugirió Charles rápidamente.
Con cada movimiento, trabajaban juntos para encontrar pistas y evitar los peligros. La música suave que sonaba en el fondo ayudaba a crear una atmósfera inmersiva, casi como si realmente estuvieran dentro de la mansión.
Después de una hora intensa de juego, Charles y Calipatria finalmente llegaron a la última habitación. Allí, encontraron el diario del antiguo dueño de la mansión, que contenía la clave para escapar.
—¡Lo logramos! —gritó Charles con alegría mientras leían la última pista.
—Sí, pero no habría sido posible sin tu linterna y mis habilidades de deducción —respondió Calipatria con una sonrisa.
Ambos se abrazaron, celebrando su victoria. Decidieron hacer una pausa para comer algunos bocadillos y refrescarse antes de elegir otro juego.
—Este fue realmente emocionante. Me alegro de haberlo comprado —dijo Calipatria mientras mordía una galleta.
—Definitivamente fue una buena elección. ¿Qué te parece si probamos otro juego? —sugirió Charles.
—Claro, pero esta vez algo más relajado. ¿Qué tal una partida de "Pictionary"?
Charles asintió, contento con la idea. Sacaron el juego de Pictionary y se prepararon para una ronda de risas y creatividad. Este juego era perfecto para cambiar de ritmo después de la intensa experiencia en "La Mansión Encantada".
Calipatria tomó el primer turno, dibujando una imagen en el tablero mientras Charles intentaba adivinar qué era. Sus intentos de dibujar un elefante resultaron en una serie de garabatos cómicos que hicieron reír a ambos.
—¿Es un… ¿perro con trompa? —intentó adivinar Charles, casi sin aliento de tanto reír.
—¡No! Es un elefante —dijo Calipatria entre risas.
La tarde continuó con más rondas de Pictionary, cada una más divertida que la anterior. Al final del día, Charles y Calipatria estaban agotados pero felices. Habían disfrutado de una tarde llena de risas, desafíos y, sobre todo, de la compañía del otro.
Mientras recogían los juegos y limpiaban la sala, Charles miró a Calipatria con una sonrisa.
—Hoy ha sido uno de los mejores días. Gracias por siempre saber cómo divertirnos.
—El sentimiento es mutuo, Charles. No importa qué juego juguemos, siempre es un buen momento cuando estamos juntos.
Con esa nota, se despidieron de la tarde de juegos, sabiendo que habría muchas más aventuras por delante, tanto dentro como fuera de los tableros de juego.
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The Loud House: Intensidad del caos
FanfictionConozca la historia de Charles, de 11 años, es conocido por ser un joven agradable y siempre tener un plan. Le encanta organizar eventos y ayudar a los demás. Junto a su mejor amigo Kyle para que conozca las nuevas enseñanzas de una intensidad del c...