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—Charles, necesitamos hablar seriamente sobre esto —dije en voz baja, tratando de mantener la calma a pesar de la tormenta emocional que sentía dentro de mí.

Él asintió con solemnidad, sus ojos oscuros reflejando una preocupación genuina por Anaash. Sabía que, a su manera, también se preocupaba por ella, aunque nuestras formas de expresarlo fueran completamente opuestas.

—Sí, Carlos. Estoy consciente de que esta situación se nos está yendo de las manos —respondió con un tono más serio de lo habitual.

—No podemos seguir así. Lo que sea que esté pasando entre nosotros y Anaash, no es justo para ninguno de los tres —comenté, mirando hacia la dirección donde ella se había ido.

Charles se pasó una mano por el cabello, visiblemente agotado. Era evidente que esta situación no estaba alineada con sus expectativas o su naturaleza controladora.

—¿Qué propones entonces? —preguntó, buscando una solución que pudiéramos implementar sin empeorar las cosas.

—Creo que lo mejor es darle espacio por ahora. Mañana podríamos hablar con ella y aclarar las cosas —propuse, intentando pensar con claridad en medio del caos emocional.

Charles pareció considerarlo por un momento antes de asentir con la cabeza.

—De acuerdo. Le daremos espacio y mañana conversaremos. No podemos forzar las cosas, especialmente si esto la está afectando —concluyó con una mirada seria.

Asentí, agradecido de que estuviéramos llegando a un acuerdo. Ambos sabíamos que necesitábamos manejar esto con cuidado para no dañar más a Anaash ni complicar aún más nuestra relación.

—Mañana hablaré con ella primero —añadí, sintiendo la responsabilidad de aclarar las cosas desde mi perspectiva también.

—Está bien. Haré lo mismo —respondió Charles, mostrando una determinación que raramente mostraba en situaciones personales.

Nos separamos en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Sabía que la noche sería larga y llena de reflexiones, pero tenía la esperanza de que al menos podríamos encontrar una manera de resolver esta situación delicada y volver a un lugar de estabilidad, tanto para nosotros como para Anaash.

POV'Anaash

Lo que ocurrió esa tarde me dejó en un estado de ánimo sombrío y confuso. Los mensajes de Charles y Carlos se acumulaban en mi teléfono, pero decidí ignorarlos por el momento. Necesitaba tiempo para procesar todo lo sucedido, para intentar encontrar claridad en medio del torbellino de emociones que me invadían.

Después de colgar el teléfono con Patricio, sentí un alivio momentáneo por haber tomado una decisión que me devolvía el control de mi vida. Rápidamente me dirigí al armario, decidida a encontrar algo que me hiciera sentir segura y hermosa para la cena. Opté por un vestido negro elegante con detalles en rojo, que resaltaban mi figura sin ser demasiado llamativo. Añadí unos pendientes delicados y un collar sencillo para completar el look, sintiéndome lista para la noche.

Cuando escuché un suave golpe en la puerta, supe que era Patricio. Abrí la puerta y allí estaba él, con una sonrisa cálida y un ramo de flores en la mano.

—Anaash, estás deslumbrante —dijo con admiración mientras me entregaba las flores.

—Gracias, Patricio. Tú también te ves muy bien —respondí, sintiéndome halagada por su gesto.

—Espero que te guste el restaurante que tengo en mente. Es un lugar mexicano que he descubierto recientemente y creo que te encantará.

Asentí, emocionada por probar algo nuevo y disfrutar de una noche tranquila lejos de las tensiones del día.

Ride Or Die - Carlo Sainz,Charles Leclerc-+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora