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Después de la tensa conversación con mi padre, necesitaba algo de normalidad. Nos vestimos rápidamente y nos dirigimos al comedor del hotel para desayunar con el equipo. La mesa estaba llena de charlas animadas sobre estrategias de carrera, actualizaciones técnicas y rumores del paddock.

Me senté entre Charles y Carlos, tratando de concentrarme en mi desayuno. El aroma del café y los croissants frescos me ayudaron a relajarme un poco. Charles se inclinó hacia mí, susurrando algo sobre la carrera del fin de semana, pero su mirada estaba llena de algo más que preocupación profesional. Apreciaba su apoyo, pero todavía estaba procesando todo lo que había sucedido.

El equipo hablaba de cualquier cosa y todo al mismo tiempo. Algunos comentaban sobre el clima, otros discutían sobre los últimos cambios en las regulaciones de la FIA. Yo intentaba participar, pero mi mente seguía volviendo a la escena en la habitación y la visita inesperada de mi padre.

—Tengo que irme —dijo Charles de repente, levantándose de la mesa—. Nos vemos más tarde.

Le dirigí una breve sonrisa y un asentimiento antes de que se fuera. Seguí comiendo en silencio, disfrutando del café y de la compañía de mi equipo.

El desayuno terminó, y Fred se acercó a nosotros con una expresión seria.

—Carlos, necesito que me acompañes a una sesión de fotos promocional de Audi —dijo, su tono indicando que no era una petición.

Carlos asintió, dándome una rápida mirada de disculpa.

—Nos vemos después, Anaash.

Nos levantamos y salimos del comedor. Carlos y Fred comenzaron a caminar hacia la salida del hotel, y yo los seguí a un ritmo más lento. Al llegar al lugar de la sesión de fotos, nos encontramos con Kimi Antonelli, mi compañero de equipo. Kimi tenía una sonrisa traviesa en su rostro cuando nos vio.

—Anaash, qué sorpresa verte aquí —dijo Kimi, acercándose a mí.

—Hola, Kimi —respondí, tratando de sonar casual.

—Estás más guapa cada día, ¿sabes? —dijo Kimi, ignorando completamente la presencia de Carlos.

Sentí cómo la mirada de Carlos se oscurecía. Pude notar su mandíbula tensarse, pero él mantuvo su compostura.

—Gracias, Kimi —dije, tratando de desviar la conversación—. ¿Listo para la sesión de fotos?

—Siempre listo para cualquier cosa contigo, Anaash —respondió Kimi con una sonrisa coqueta.

Carlos dio un paso adelante, colocándose entre Kimi y yo.

—Es mejor que nos concentremos en el trabajo, Kimi —dijo Carlos, su tono firme.

Kimi levantó las manos en un gesto de rendición, pero su sonrisa no desapareció.

—Tranquilo, Carlos. Solo estoy bromeando.

La sesión de fotos comenzó, y traté de enfocarme en las cámaras y en las instrucciones del fotógrafo. Pero la tensión entre Carlos y Kimi era palpable. Cada vez que Kimi me miraba o me dirigía un comentario, sentía la mirada intensa de Carlos sobre nosotros. Intenté no darle demasiada importancia, pero era difícil ignorar la tensión en el aire.

Cuando finalmente terminamos, Carlos y yo nos dirigimos hacia el auto para regresar al hotel. Él estaba en silencio, sus manos apretadas en el volante.

—Carlos, sabes que Kimi solo está bromeando, ¿verdad? —dije, tratando de aliviar la tensión.

—Lo sé, pero no me gusta cómo te mira —respondió Carlos, su voz más suave ahora—. Solo quiero protegerte, Anaash.

Ride Or Die - Carlo Sainz,Charles Leclerc-+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora