Capítulo 9

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Tinta abrió sus ojos ámbar, desconcertada. Observó la guarida de los aprendices. Zarpa de Fresa estaba en la puerta, escrutando la oscuridad, y el único sonido era la respiración pausada de Zarpa de Estepa, que dormía pegada a ella.

- ¿Qué haces despierta? - Tinta se colocó junto a su hermana.

- Espero a que vuelvan - ella dirigió un instante su mirada azul hacia ella antes de volver a desviarla.

- Es muy tarde - hizo notar la gata negra, bostezando -. Duerme, ya los verás mañana. 

- No gracias - Zarpa de Fresa no parecía dispuesta a ceder -. Tú puedes dormir si quieres.

- Te haré compañía - decidió Tinta.

La aprendiza rojiza le dedicó un lametazo en la oreja de agradecimiento. Tinta ronroneó para sus adentros. Nada la alegraba más que sus seres queridos le dedicasen afecto.

Amaba a sus hermanos por encima de todo en el mundo. Eran su vida, su familia, su mundo. No había nada que no hiciese sin comentárselo, y pasaba gran parte del tiempo con ellos. Su presencia la reconfortaba. 

Solamente con ellos se sentía lo suficientemente valiente como para expresar su opinión. Sin embargo, le estaba costando especialmente decirles a Leopardo y Zarpa de Roca que su interés en averiguar quien era su padre la incomodaba. Sabía que Zarpa de Fresa estaba de su parte, y tal vez juntas pudiesen convencerlos a ceñir en su empeño.

Ya tenía decidido pedírselo en cuanto volviesen. Abrió la boca para contarle su plan a Zarpa de Fresa, pero entonces ella se puso en píe, alerta.

- ¡Ya vienen! - maulló emocionada.

En efecto, la patrulla entró por la barrera de frondas. Estrella de Buitre apareció el primero, seguido por su lugarteniente y Chapuzón. Aguilucho trotaba tras su mentor, cansado. 

- ¿Qué hacéis despiertas? - les bufó Parcheada -. ¡Debéis dormir! Sois aprendizas ahora, y necesitáis toda la energía posible para entrenar y...

Las hermanas se encogieron ante la reprimenda.

- Parcheada - Corazón de Zorro intervino -. ¿No ves que solo quieren recibir a sus hermanos? Seguro que se mueren de ganas de saber todo lo que ha pasado.

- ¡Sí! - corroboró Zarpa de Fresa.

- De acuerdo - Parcheada fulminó con la mirada a los tres gatos que tenía delante, antes de propinarles un lametazo en la frente a sus hijas y meterse en la guarida de los guerreros junto con Hoja de Arce.

A Tinta también le encantaba que su madre todavía la tratase como a una cachorrita. La hacía sentirse segura, a salvo. Después de sus hermanos, nadie le importaba más que Parcheada.

Incluso en el caso de que su padre fuese de otro clan.

- ¡Ey! - Leopardo se aproximaba a la carrera, con Zarpa de Roca pisándole los talones.

- ¿Qué tal os ha ido? - fue lo primero que dijo Zarpa de Fresa cuando frenaron junto a ellas.

- ¡Genial! - exclamó Leopardo.

- Zarpa de Estepa aún duerme - lo chistó Tinta.

- Oh, perdona - Leopardo bajó algo la voz.

- Entremos - pidió Zarpa de Fresa.

Tinta coincidió. Con la Estación sin Hojas tan cerca, el frío arreciaba en las noches.

Los hermanos se metieron dentro y se acurrucaron muy pegados en sus lechos, procurando estar a lo suficientemente lejos de Zarpa de Estepa como para no molestarla, pero también poder darle calor.

- Empiezo yo - Leopardo dobló las patas bajo su pecho moteado -. Hemos conocido a varios aprendices de los otros clanes.

- Y a sus líderes y lugartenientes - añadió Zarpa de Roca -. Oh, y a sus curanderos.

- Exacto - Leopardo se dispuso a continuar, pero Zarpa de Fresa lo interrumpió.

- ¿Qué dijeron los líderes?

- Poca cosa - Leopardo comenzó a agitar la punta de la cola, impaciente -. Unos aprendices por allá, un veterano por allí...

- El Clan del Río tuvo que expulsar a un zorro - informó Zarpa de Roca, con sus pupilas dilatadas.

- ¡Sí! - estalló Leopardo. Zarpa de Estepa se removió tras él -. Sí - repitió en voz más baja -. A parte de eso, averiguamos un par de cosillas sobre nuestro supuesto padre...

Él y la atigrada intercambiaron una mirada cómplice.

Tinta vio la oportunidad de expresarse, pero había tanta emoción en sus ojos ámbar que fue incapaz de negarse.

- ¿El qué? - preguntó en un hilo de voz.

- Yo hablé con una aprendiza del Clan de la Sombra llamada Jazmín - explicó el gato -. Era maja, y me dijo que notaba en mí un aroma familiar.

¿El Clan de la Sombra?

- Y yo - la atigrada marrón y gris se inclinó y bajó la voz - con un aprendiz del mismo clan, Zarpa Tiznada, que dijo que me parecía a su mentor, Garra de Roca.

- Que no se parecían tanto - repuso Leopardo -. El gato no tiene ni un pelo marrón.

- Dijo que el parecido estaba en los ojos - Zarpa de Roca tenía la mirada perdida -. Y no solo en el color, si no también en la forma de mirar.

- Uhh - maulló Zarpa de Fresa, pícara -. ¿Se fijó en tu mirada?

Zarpa de Roca respondió a la provocación entornando los ojos, y sus hemanos se rieron.

- ¡Zarpa de Roca tiene pareja! ¡Zarpa de Roca tiene pareja! - coreó Leopardo.

- Sois imbéciles - constató ella, picada.

- ¿Era guapo? - quiso saber Zarpa de Fresa, moviendo sus patas marrones.

- Un poco - admitió la aprendiza con bochorno.

- Uhhh - ahora fueron los tres quienes la abucheron.

- Bueno, ya, durmamos, que es tarde y mañana hay que entrenar - Zarpa de Roca posó la cola en su hocico.

- Verdad - Leopardo se acostó de lado, pegándose a ella.

- Que el Clan Estelar poble vuestros sueños - deseó Tinta, hundiendo la nariz en el pelaje rojizo de su hermana.

Ellos murmuraron una respuesta parecida antes de caer rendidos.

Tinta apartó el tema de su padre a un lado de su mente, y lo cubrió de los recuerdos y las risas con su familia.

Quienquiera que fuese Garra de Roca, no le era relevante. 

Con este pensamiento, se sumió en el mundo de los sueños.




Hellooo

Les habla la autora. Espero realmente que os esté gustando. A mí, sin lugar a dudas, me está encantando escribirlo. Supongo que ya es bastante obvio quién es el padre de los hijos de Parcheada, pero lo seguiré dejando en vilo un rato.

Quiero comunicar que, debido a que viajaré en vacaciones y probablemente no tendré acceso al dispositivo desde el cuál escribo en Wattpad, no podré actualizar hasta finales de agosto. Lamento cualquier disgusto que esto pueda ocasionar.

Igualmente escribiré en físico y lo pasaré a digital en cuanto vuelva.

Un beso.

Byeee

Como el Clan Estelar mandeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora