PARTE II

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La noche se hacía más espesa y me costaba ver

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La noche se hacía más espesa y me costaba ver. Recordé todo lo que me había pasado antes, el accidente, despedirme de mis padres y a los Denali salvarme. Era todo muy extraño, recordaba las historias que mi padre, John Miller, me contaba sobre este lugar, el pueblo de Forks, un lugar prohibido para mí, el bosque no podría pisarlo.

Según él, había muchos clanes de lobos dentro de esas zonas y era peligroso, pero no para mí, porque entré cuando era pequeña y un lobo pequeño, una cría marrón, me miró y más tarde se fue, parecía que lo conocía, hasta que lo vi en el bosque. Un chico de ojos marrones, de la familia Black, Jacob Black. Nos hicimos amigos cuando éramos pequeños, hasta que me mudé al norte de Forks e inicié mi nueva vida con mis padres allí.

Estaba llegando a la casa de los Denali, cuando vi a dos lobos, uno blanco y otro gris, eran muy grandes y me miraban sin apartar la mirada. Les intenté asustar moviendo las manos pero se acercaron y me alejé, corriendo a la casa. Grité el único nombre que recordaba, al único del que ahora podría confiar.

- ¡Garrett! - grité, viendo como apareció delante de mí, protegiéndome de ellos y manteniéndome detrás, Kate apareció a su lado y ambos se miraron. 

Kate y Garrett intercambiaron una mirada rápida antes de dirigir su atención hacia los lobos que te habían seguido hasta la entrada de la casa de los Denali. Garrett se mantuvo firme frente a ti, como un escudo protector, mientras Kate se acercaba con cautela hacia los lobos.

- Tranquila, no te harán daño. - dijo Kate con voz tranquilizadora mientras extendía la mano hacia los lobos. El lobo blanco, más grande, pareció relajarse un poco al reconocerla, mientras que el gris permanecía alerta pero no mostraba signos de agresión.  

- Son de los Black, es Lia y Seth. - comentó un hombre alto con cabello negro. - Soy Eleazar, el esposo de Carmen. - me miró, yo le asentí mientras seguía detrás de Garrett. Los lobos parecían fascinados por tu presencia, pero bajo la mirada de Garrett y Kate, finalmente retrocedieron lentamente y se adentraron de nuevo en el bosque.

- Dayan. - me presenté, Kate me miró y se acercó, dándome un abrazo. 

- Siento todo lo de antes... pero este idiota se descontroló... - miró a Garrett malhumorada. - Ven dentro, por favor. 

Asentí un poco confusa, pero al entrar, vi a mi padre hablando con Carmen y Tanya. Parecía otro con una ropa diferente y al oír la puerta abrirse, giró su cabeza, viéndome y con la misma velocidad que los Denali, se acercó a abrazarme. 

- Cariño, ¿estás bien? - me agarró la cara y me miró a los ojos. 

- Sí, ellos me salvaron y trajeron aquí... - les miré para volver a ver a mi padre. - ¿Cómo viniste tan rápido? ¿Es verdad que eres uno de ellos? - le pregunté, temiendo la respuesta. 

- Dayan, sí, es cierto. Somos diferentes, somos vampiros. - Respondió mi padre con seriedad pero con ternura en su voz.

Quedé sin habla por un momento, procesando la revelación. Mi mente se llenó de preguntas, pero antes de que pudiera formular alguna, Carmen se acercó y puso una mano reconfortante en mi hombro.

DAYAN DENALIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora