El heredero Bouffart

20. ¿Seguiremos aquí?

Alessia Bouffart

Abro lentamente los ojos, me encuentro en un lugar distinto al que no es mi recámara que suelo compartir con Adrien, estoy en otra casa, otro cuarto y otra cama.

Me remuevo jalando un poco más el edredón, hasta este instante me doy cuenta que no estoy sola en la cama como lo pensé. Me doy vuelta y al hacerlo mi cara choca con un cuerpo que conozco.

Subo mi vista para apreciarlo, está dormido.

¿Que hace aquí?.

Está aún dormido, su respiración es lenta.

¿En qué momento llegó a la casa de Scarlett?. No me di cuenta para nada, no lo sentí.

Me quedé muy dormida anoche, después de llorar todo lo que pude y aún puedo sentir una opresión en mi pecho que ya no sé qué hacer con ella.

Verlo me está recordando lo que sucedió el día de ayer, cómo podré soportarlo.

Me paro de la cama para alejarme un poco.

Me voy al baño a lavarme la cara con agua fría para despertar bien.

Me sostengo en el lavabo mientras me veo fijamente en el espejo. Mis ojos siguen rojos por mis lloriqueos, me mojo bien el rostro para despertar.

Recojo mi cabello en una coleta alta.

Salgo de la recámara dejando a Adrien de ahí, no sé si Scarlett ya se haya levantado. Bajo con cuidado las escaleras par ir a la cocina.

Escucho que hay una televisión prendida en algún lugar, paso por la sala y voy directo a la cocina. Al entrar la veo entretenida en lo que hace en la estufa mientras en la TV se reproduce alguna película que logró distinguir que no es francés ni menos inglés.

—Buenos días —saludó mientras me acerco.

—Lindo día Alessia, estoy preparando el desayuno.

Todo lo veo tan lejano, no me apetece comer, solo quiero dormir o hacerme bolita ene algún lugar donde nadie me encuentre, ¿será eso posible?.

—¿Café?

—No, gracias —niego—, solo tomaré algo de leche.

—Aquí hay un poco de pan. No debes de traer el estómago vacío —su tono va lleno de advertencia sabiendo a qué se refiere.

Me pasa un vaso que ya contiene leche, me acera el pan. A regañadientes tomo uno. Como en silencio, solo el sartén hace ruido bajo el fuego de la estufa.

—Llegó anoche, esta mal, lo está pasando mal —no se gira para verme, solo habla—. Su expresión fue clara, llena de confusión y sobre todo de no saber qué diablos hacer.

Detengo a mitad de camino el pan que estaba por morder.

—Llegó preguntando por ti, subió a dormir contigo. Se nota lo mucho que ha llegado apreciarte y supongo que también a quererte.

Yo también, yo también le he agarrado mucho cariño a Adrien inclusive creo que lo amo.

—Me levanté, no soporte verlo y me dolió. Me dolió como no tienes idea —ahí van de nuevo mis lágrimas—. Tal vez no tenga culpa que esa mujer llegará a la puerta pero hay algo en mí que duele.