29. Gianna Di Veneto

6.4K 542 114
                                    

Adrien Bouffart

París, Francia

03 de enero

Estoy en el aeropuerto, el avión sale en unos minutos con destino a Italia.

Tuve que esperar dos semanas para poder tomar este vuelo, la navidad retrasó mi vuelo y con la llegada de mi hermano por igual pero después mi padre enfermo y tuve que pasar una semana en el hospital.

Drystan me bombardeó con preguntas en cuanto no vio a Alessia, le tuve que decir verdades a medias y una que otra mentira, mentira que no le hará daño a nadie. Tampoco quiero que se preocupe de más.

Sobre lo de Bastien fue complicado mantenerlo oculto para mi hermano, no quise mentirle pero era por su propio bien. Fueron días y noches llenas de preocupación, no sabía en qué momento alguien saldría para decirme que mi padre había fallecido. Estuve en constante nerviosismo y miedo.

Ayer por la mañana lo dieron de alta con el mismo diagnóstico que le han dado desde que se supo de su enfermedad. No le queda tiempo y es incierto de alguna manera, solo puede llegar y ya está.

Pase año nuevo en la sala de espera de un hospital mientras Bastien estaba en una camilla recuperándose. Dominique me hizo compañía mientras tanto, me dio un poco de vergüenza que gracias a mí no pudo viajar con su familia.

Le debo más de una, jamás creí que así terminaría mi año, en un hospital con el alma en un hilo.

Ahora estamos listos para ir a otro país, estoy listo para ir por mi esposa.

También le conté a Bastien que Alessia está esperando un bebé, se puso feliz y dijo que fuera por ella pero que antes le pidiera perdón por mis estupideces mal hechas.

Lo último está muy fuera de mi alcanza, aún así no me rendiré hasta lograr que me perdone. Yo quiero pasar el resto de su embarazo a su lado, ya me perdí un tiempo.

—Es hora, vamos —me da un jalón para que lo escuche—, levántate hermano.

Dom está más que decidido a ir por Scarlett, no sé qué pasó por su mente cuando ya ha decidido ir por mi mejor amiga.

Años viéndola desde lejos, coqueteando inocentemente y después pasaron a odiarse y aventarse mierda entre los dos que termine siendo el mediador de ambos.

Ojalá esta vez si logre algo con ella.

—¿Has preparado lo que le dirás a tu esposa? —ya estamos dentro del avión.

—No, solo tengo las ganas de verla y lo demás tendrá que fluir.

Solo pienso lo poco que falta para verla, estoy nervioso y listo para recibir todo lo que quiera decirme así sean las peores palabras por parte de ella, que bien merecidas las tengo.

Son dos horas de viaje a Nápoles, Italia así que tengo pensar bien cómo le daré la cara a mi esposa.

¿Será que ya se le notará el estómago?, la sola idea me llena de felicidad.

¿Podré tener en mis brazos a mi bebé?.

¿Me dejará verlo?.

—Adrien, ponte la pilas no sabes si ya alguien probablemente la esté viendo —se pone su lentes de sol.

—¿Qué intentas decir? —ya me había acomodado en el asiento pero me yergo para verle el rostro despreocupado.

—No te hagas el tonto —se baja un poco las gafas—, sabes lo que digo. Alessia no es fea, es joven y seguro que habrá italianos que se les haga una mujer preciosa.

El heredero Bouffart Donde viven las historias. Descúbrelo ahora