𝐁𝐎𝐍𝐈𝐓𝐀 𝐏𝐋𝐀𝐍𝐓𝐀.

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Ashley.

- ¿Y hasta ahora me avisan?

- Ha sido espontáneo, no tienes por qué siempre tener todo bajo con...

- Abuela ya, al menos hubiera llegado antes para ducharme o...

- Nuca llegas temprano.

- Sólo, me gusta tener las cosas bajo control...

- Sí, y así terminas estresada, cariño - Toma mis manos y sonríe levemente - Además, nunca llegas a tiempo, no se para qué te preo...


- ¡Abuela! - Chillo por lo bajo, sonrojada, debido a que no puedo alzar la voz estando rodeada de personas - No hace falta que recalques siempre lo mismo.

- Ya..., exageras - Le resta importancia y me abraza, besando suavemente mi sien - Ahora ve con tus primos y socializa.

- Me gustaba más cuando era tu única nieta - Farfullo por lo bajo y la dejo junto a Manuel al lado de la licorera.

Max me ha traído y durante el viaje dijo que tenía visitas. Pero no dijo qué clase de visitas.

Me siento avergonzada, ya que la última vez que estuve con ellos fue hace poco y juro que aún recuerdan el drama que monté sólo por estar sencible.

«Al menos ésta vez no hay mariscos»

- ¡Sobrina! - Mi tío Nate se levanta de su silla, dejándome como un gnomo a su lado - No puedo creer todo lo que haz crecido...

Forzo una sonrisa y recibo su abrazo, seguido del de su esposa Adeline.

- También me alegro de veros..., lamento haberme ido sin despedirme la última vez...

- Oh, no te preocupes cariño. Entendemos que a veces las cosas se nos salen de las manos, y es por eso que decidimos cancelar la fiesta de bienvenida a cambio de ésta cena - Adeline me sonríe amablemente y me siento cómoda por unos segundos.

Todo acaba cuando siento un par de manos en mi cintura y luego esas mismas son reemplazadas por brazos apretujando mi espalda contra un pecho que desconozco.

- Ashley..., primita querida, me alegra mucho volver a verte.

Una voz varonil, grave y suave a la vez habla a mi oído antes de dejarme sentir sus labios en mi mejilla.

De la nada me siento nerviosa y molesta por el echo de sentir el bulto de su pantalón en mi espalda baja. Trago saliva y veo como todos sonríen..., es como si mi cuerpo no pudiera reaccionar y apartarme como quiero.

- ¿No me recuerdas, primita?

Miro por sobre mi hombro y encuentro sus ojos cafés, con matices verdes. Veo sus cejas pobladas y labios sonrientes. Su piel bronceada denota un atractivo de película.

- Luca - Murmuro, intentando no demostrar mi incomodidad.

- Deberíamos presentarnos nuevamente. Tal vez se te es difícil recordarnos a todos ya que somos muchos - Se ofrece una de mis primas y yo lo único que quiero es apartarme del incesto que no deja de acariciar mi cintura con su cabeza sobre mi hombro.

- ¡Se me hace una gran idea! - Chilla Adeline y me esfuerzo por sonreír.

«Max, te necesito...»

- Yo empiezo... - Mi tío Nate me aparta del chico y me guía a la mesa.

Me siento a la mesa y los escucho, sin poder sacar la sensación de asco y ansiedad que surgió de repente. Abuela Carmen y Manuel toman sus asiento y el último en llegar es Benjamin. Por su aspecto diría que no tenía idea de la visita, al igual que yo...

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