𝐔𝐍 𝐃𝐄𝐒𝐀𝐒𝐓𝐑𝐄.

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Ashley.

Los últimos catorce días, han sido una verdadera tortura. Me la pasé incomunicada, viendo a mi abuela constantemente amar más a mi gato que a mí, a Margareth sufrir del vomito y mareos a causa del embarazo y sufriendo la ansiedad de no saber con exactitud lo que está sucediendo a mi alrededor.

Las cosas parecen empeorar más y más, y yo no puedo hacer otra cosa que no sea sobrepensar, sufrir de insomnio y ser constantemente obligada a comer.

- Deja de ser tan infantil y come ésa sopa. Ahora.

- Abuela...

- Niña, sabes que debo cuidarte.

- Pero es que no tengo hambre - Suspiro frustrada y me recuesto en la silla - No puedo comer en éstas circunstancias. Han pasado dos semanas y no sé nada de...

- Lo sé, lo sé. No te tortures. Están haciendo todo lo posible para encontrarlos.

- Tengo miedo de que ese día nunca llegue - Me sincero y ella suelta un suspiro, levantándose y viniendo a mí para abrazarme.

- Ashley, ya hablamos de ésto. Ser pesimista no ayuda en nada, cariño.

- No soy pesimista, abuela. Sólo expreso mis miedos para que no me carcoman desde adentro.

- Otra vez ese móvil tuyo - Se molesta cuando el que se encuentra en la esquina de la mesa comienza a sonar - Ya atiende, y luego no te salvas de terminar la sopa.

Me apresuro a tomarlo, debido a que necesito noticias, actualizaciónes de lo que sea.

Ser un cero a la izquierda no me gusta para nada ahora.

- ¿Hola? - Me sujeto del borde de la madera torpemente cuando siento caer al suelo.

- Respira, Madison - Dice Max.

- ¿Que respire? ¿Sólo eso tienes para decir?

- Mira, sé que estás preocupada y eso te altera, pero no hay necesidad de alzar la voz...

- ¡Ya dime lo que tengas que decir! - Me exaspera - Me han tenido incomunicada desde hace semanas, Reymond.

- ¿Ya te he dicho lo Bien que suena mi apellido con tu voz?

- Max...

- Ya, ya... relájate o te saldrán más canas que a tu padre - Puedo notar el intento de burla en su voz y entiendo que intenta evitar decirme algo.

- Habla. Ahora.

Suspira y tras unos segundos donde lo siento dudar, dice en voz casi neutra - Los han encontrado.

El corazón me da un vuelco, y por un momento temo a que esté jugando conmigo.

«Bien merecido lo tendría»

- Dime por favor que no estás bromeando, Max...

- Hey, ¿En verdad crees que yo sería capaz de algo así?

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