𝐍𝐔𝐍𝐂𝐀 𝐋𝐎 𝐇𝐀𝐆𝐀𝐒.

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Ashley.

- Es eso o nada... ya estamos bien, y no creo que quiera arruinarlo.

- Te estás aprovechando de la situación, ¿Eres consciente de ello?

- Claro que sí. Pero algo tengo que hacer..., no puedo vivir siempre bajo su sombra.

- Mi hermano querrá matarte. La mansión le queda cerca, pero en cambio, si te mudas llegará a tu apartamento de mal humor por el tráfico todos los días.

- ¿Qué más da? Ni que fuera novedad el que es un amargado...

Mascullo por lo bajo y Khate sonríe divertida. Estamos en mi habitación, se ha colado en el coche de Max al venir y ahora me ayuda a buscar un outfit para la fiesta a la que nos han invitado.

- ¿Estás segura de que tú amigo querrá que vaya? - Pregunto por enécima vez y suspira pesadamente, cerrando la puerta del armario y yendo a medirse una minifalda frente al espejo.

- Te he dicho que es una fiesta de la fraternidad. Están todos invitados, él sólo se ha querido dárselas de lindo.

Suelto una pequeña carcajada y me dejo caer sobre la cama.

- ¿Contigo? ¿Dices que gusta de tí?

- ¿Qué dices? - Se molesta. Tiene poca paciencia al igual que su hermano - Te he dicho que somos amigos.

- Ya... Además, tienes novio, ¿No es así? - Recuerdo la primera vez que la ví. Estaba en la universidad por él...

- No - Su respuesta y falta de interés me pillan por sorpresa y la miro con el entrecejo fruncido.

Ella sigue como si nada, admirando su reflejo.

- ¿No? ¿Ya no están juntos? - Me mira y entiendo que no quiere hablar del tema. Hemos estado mucho tiempo juntas y ya conozco sus expresiones - Vale, es sólo que ni siquiera lo he conocido y ya han terminado.

Me encojo de hombros y sonrío levemente divertida al ver que pone una mueca de asco.

- Y espero que nunca lo hagas.

- ¿Tan malo fue? - Me siento y balanceo mis pies, los cuales no llegan al suelo.

Se mantiene en silencio y no insisto. En cambio, la ayudo con la blusa negra que se está probando.

- ¿Por qué nunca muestras tus brazos? ¿Tienes alguna inseguridad con ellos...?

Me mira un poco incomoda y me avergüenzo por no saber controlar mi bocota.

- Lo siento..., no quería...

- Tranquila. Es porque... bueno, tengo marcas.

Alzo mis cejas sorprendida e intento sonar desinteresada mientras acomodo mi falda.

- ¿Marcas...?

- Sí... de inyecciones y cortes.

Me detengo en seco. Sabía sobre eso..., las inyecciones. Lo intuje en un momento al recordar mi conversación con Einstein, pero..., ¿Cortes? ¿Por qué se cortaría?

- ¿Puedo... saber por qué te cortabas? - Me siento junto a ella en la cama.

- ¿En serio? - Me mira incredula y divertida a la vez. Pero su sonrisa se desvanece lentamente al notar mi seriedad - Mayormente preguntan por qué las inyecciones...

Asiento, comprendiendo, pero mantengo mi postura.

- ¿Te molesta que ahora sea diferente?

La veo pasar saliva y sonrío levemente mientras ella se encoje de hombros.

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