Ashley.
El apartamento de Cooper queda en el distrito de Staten Island, un lugar donde sobresale el color verde. El mismo me transmite mucha paz, al contrario de Manhattan, donde lo único que se veía sobresalir era Central Park.El viaje ha sido silencioso y lo agradezco porque lo necesitaba. Necesitaba calmar mi mente y creo que ha funcionado un poco.
- Veo que se han ajustado.
Sonrío a Cooper, quien descansa su hombro en el hombral de la puerta de la habitación.
- Hicimos lo que pudimos. En verdad muchísimas gracias por esto.
- No es nada, pequitas - Me guiña un ojo y Manuel le arroja una almohada.
- ¿Sabes dónde coño hay una tienda? Necesito cosas...
Desconecto un poco y me siento en la cama. No es muy grande que digamos, al igual que la de Manuel. Está en una esquina de la habitación, y tengo mi propio buró al igual que él.
Sobre mi cabeza hay una pequeña estantería que convertí en biblioteca con mis novelas de romance, las cuales ahora que lo pienso, no leo hace tiempo.
Una habitación cuatro por cuatro, in ventana, ya que la pared da al apartamento continúo.«Me recuerda a mi habitación de Madrid»
- ¿Estarás bien...? Lo acompañaré a la tienda.
Me avisa Cooper cuando Manuel ya ha salido y asiento.
- No te preocupes. Estaré bien, gracias.
Y sin más, sale, dejando sola durante uno minutos. No me gusta sentirme así, así que salgo hacia la sala, dónde efectivamente me siento igual.
Aunque Max éste sentado en un taburete, dándome la espalda en tanto yo me siento en el pequeño sofá.En eso consiste el apartamento de mi amigo. Una sala junto en frente de la puerta principal. A la derecha, una barra de desayuno que la separa de la cocina y a la izquierda dos habitaciones y un baño.
Éste último queda más retirado y cerca de una ventana que permanece abierta a pesar del frío.«De todas formas es acogedor» Pequeño y acogedor.
- ¿Estás enfadado? - Pregunto, no hace falta que levante la voz.
No recibo respuesta. Suspiro y miro hacia su dirección. Está tenso, rígido y eso causa que la camisa negra deje notar el contorno de sus músculos.
«¿Ya he mencionado que me encanta su físico?» Es tan... perfecto. Es decir..., es alto, delgado, pero a la vez tan evidente que ha tenido años de ejercicio duro.
Por ejemplo, cuando me abraza, puedo sentirme segura sin necesidad de aferrarme tanto. El recuerdo de sus labios sobre los míos... sus manos en mi cadera y su calor...
«Joder, me tiene mal»
- No hace falta que contestes, total ya me ha quedado claro que te importo poco y nada.
No controlo mis palabras. Necesito que reaccione, que me mire aunque sea.
- ¿No te podías ir a vivir un poco más lejos? - Vuelve a tener ese tono de voz frío y apático.
- ¿Te molesta? Si quieres puedes venir a vivir con...
- Ya basta, Ashley.
Ordena y me detengo. Paso saliva y bajo la mirada a mi regaso. He sido tan estúpidamente impulsiva que me he olvidado de que se suponía que... yo estoy alejándome. Ignorando su presencia. Fingiendo que ese beso nunca pasó.
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ARRIÉSGATE
RomancePor aquello que anhelas, aunque no le encuentres sentido. Arriésgate. ***** Ashley Bennett, una universitaria de diecinueve años con un pasado confuso, un presente caótico y un futuro hipotéticamente complejo, nunca imaginó que su vida cambiaría al...