Partidas
que no acaban en partidas.
Terrones
que no avivan trazos de espléndidas reminiscencias.
Silencios
que no entierran muertas a las voces del silencio.¿Quién se arroja,
como ramo,
arrimándose hacia tu macilento rostro?
¿Acaso, quién ha de buscar ser acallado?Fantasmagorías son la resonancia de este jardín.
El sepulturero se manifiesta.
Todo llanto ha de actuar, como soslayo,
mientras ella se adueña de las cuerdas,
que tú no volverás a rozar y que siempre aguardo al final oír.Oh, corazón aturdido,
esto no es todo vendimia.
Oh, delicia sangrienta,
esas baladas de olvido en duelo,
jamás serán puertas que no acuden a los umbrales de la primavera.Pañuelos
que no siempre serán consuelos,
donde inmóvil, la nada es conexión también.
Todos se abstraen en la mudez ceremonial,
otros se enjuagan en abrazos fútiles,
ensuciando al aire redentor con las cataratas actorales.Toda esa mirada de estornino encierra el silencio,
silencio de gracia para un péndulo ininterrumpido.
Queda otra intemperie que está llena de agujeros.Ósculo anunciado,
barca paciente.
Uno parece recordar,
otro las guarda.Rito cretino,
desfile pútrido,
no es cierto que la voluntad del olvido es propia del soñador.
Queda otro mareante que eleva su copa,
oh, arrojando tragos de vino amargo para los diablos azules.Abandonaste la clinofilia
que era petricor en tu dicha,
más cuando la deidad fue inalterable visitación en tu morada.
¿Quién serás tú, para sus garras de antaño?Si ya has venido hasta aquí.
¡Llévalo a casa!Es como aquella vez que temiste,
tales amentalios ya no regresan a tí como amentalios,
la radiante ilusión ya no es real.Ay, tú tampoco podrás reservar lo que es real.
Empápate de apariciones,
de fieros retrouvailles,
la radiante ilusión ya no es real.
Ay, tú, ya no eres real.
¿Acaso, quién serás tú, para sus garras de antaño?Se postergó el soliloquio.
Fantasmagorías son los pasos no vistos en este jardín.
¿Quién se arroja,
como ramo,
arrimándose hacia tu inmaculada piel?
¿Acaso, quién ha de anhelar ser verdad?