La casa era de dos pisos y estaba alejada de la ciudad.
Al entrar, el interior revelaba, a la izquierda, un living con unas escaleras curvas que ascendían al segundo piso. Al frente, una mesa redonda junto a los grandes ventanales con vista al jardín.
Ellos caminaron hasta la cocina. Allí, un botón rojo con una caja protectora llamaba la atención, junto a un papel con una lista titulada: "Lista de cosas para hacer en pareja".
—Debe ser una broma —él dijo, luego lo leyó en voz alta.
—Primera cita.
—Ir a un cine.
—Cocinar juntos.
—Salir a dar paseos nocturnos tomados de la mano.
—Hacer un pícnic.
—Ir a una fiesta.
—Ir al supermercado juntos.
—Bailar bajo la lluvia.
—Mirar las estrellas.
—Lluvia de ideas para sus nuevos libros.
—Tener sus comidas siempre juntos.
—Pintar juntos.
—Darle un nombre a su nuevo hijo. —ambos miraron al gato naranja—
—Casarse.
—¿Casarse? —Natasha lo miró confundida—. No creo estar tan mal como para hacer eso.
Jared se rio.
—Creo que se refiere en forma metafórica, casarnos sí, pero de forma falsa.
—Ya lo sabía —murmuró, intentando parecer indiferente. Ella le arrebató el papel de las manos, sin cuidado—. ¿Entonces tenemos que hacer esto para inspirarnos?
—Creo que sí —respondió Jared, mirando de reojo el botón rojo—. Pero por hoy solo descansaremos, no creo tener la energía para esto.
Natasha asintió, dejando el papel donde estaba.
—Mañana será otro día —suspiro, pensando en ataques de defensa, por si acaso.
Ambos se volvieron a mirar, raros. Oliendo el peligro, y la locura que los llevó a aceptar eso. Pero podían sentirlo, aquella emoción: el dinero que obtendrían de esto.
Natasha lo vio subir las escaleras con su maleta y lo llamó.
—Espera, al menos pongamos un nombre al gato.
El gato maulló mientras miraba a Jared, que se dio la vuelta y dijo:
—Gato. —Luego siguió subiendo las escaleras, dejando a Natasha pensando que era un idiota.
Ella bajó la vista al gato, que estaba lamiendo sus patas.
—¿Te gusta el nombre Gato?
El gato volvió a maullar y se estiró, como si estuviera, diciendo: "Me da igual, solo dame comida".
—Supongo que sí.
Ella lo tomó en sus brazos, junto con sus bolsos, y lo llevó hasta arriba. El pasillo era largo y solo había tres puertas. Abrió la primera y lo vio desempacando sus cosas. Jared la miró de reojo, pero ella le cerró la puerta en la cara sin decir una palabra. Abrió la siguiente y se encontró con un baño acogedor. Abrió la última puerta y encontró una habitación vacía, lista para que ella la ocupara.
Se pasaron el día encerrados, arreglando sus cosas, pero alertas. Natasha puso su computadora en el escritorio mientras Gato se relajaba en la cama, ronroneando suavemente. Al mismo tiempo, Jared hizo lo mismo en su habitación, pensando que después de pasar horas con alguien del sexo opuesto, deberían al menos tener una idea.
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Guerra De Palabras /#1/
Humor¿Qué harías si has ignorado toda tu vida el amor y ahora debes enfrentarlo para ganar dinero? Natasha y Jared eran ajenos al amor en la vida real. Pero una cosa los obligó a enfrentarlo: ¡La musa que olía a dinero! Ella, una escritora de romance, qu...