Capítulo dieciocho.

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El viaje en autobús fue más incómodo para Connor que para Dante

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El viaje en autobús fue más incómodo para Connor que para Dante. Sentados uno al lado del otro, Connor dudaba en hablar. Miraba repetidamente a Dante y luego al suelo.

—¿Qué? —preguntó Dante con tono irritado.

—Es que... —Connor miró a Dante—, ¿por qué no podíamos subirnos a ese Bentley?

La pregunta dejó a Dante en silencio. Lo miró y, tras unos segundos, se echó a reír.

—¿De verdad solo querías subirte a un Bentley?

—Claro que sí —dijo Connor, ofendido—. No todos tenemos el privilegio de rechazar un aventón en un auto así.

Dante sonrió y miró a su amigo.

—Connor, créeme, no vale la pena subirse a ese Bentley —dijo Dante, empujando a Connor con el hombro—. ¿Por qué no te compras uno tú mismo?

—¿Y por qué no tú? ¿No eres el hijo de un político? —Connor devolvió el empujón.

—Como si él fuera a pagarme el... —Dante se quedó en silencio.

—¿Qué? —Connor lo miró, confundido.

Dante sonrió y miró a Connor.

—De hecho, sí puede pagarme un auto —dijo Dante, esbozando una sonrisa mientras Connor levantaba una ceja—. Me debe... algunos favores. Un auto no es nada comparado con lo que gasta en su campaña.

La expresión de confusión de Connor se transformó en una sonrisa.

—Mm, eso me gusta —dijo Connor, acomodándose en el asiento.

Ambos se miraron con una sonrisa cómplice.

Si Vince quiere la herencia y la casa que su madre le dejó, tendrá que hacerle algunos favores a su hijo.

ᴄᴇʀᴠᴀᴛɪʟʟᴏ ↩︎ᴴᴸ


No fue hasta el mediodía, mientras almorzaba con Connor en la cafetería de la oficina, que Dante recibió un mensaje.

"¿Podemos hablar?" Era Hannibal.

Dante no pudo evitar sentir una punzada de deseo por aceptar, pero su orgullo y la sensación de haber sido utilizado lo detuvieron. Decidió no responder.

—Entonces —Connor miró fijamente la mesa—. Tu padre te debe algunos favores. ¿Qué clase de favores son esos para que te compre un auto? —preguntó, observando a Dante mientras mordía su sándwich.

—Un favor muy grande —respondió Dante antes de tomar una mordida—. ¿Puedo? —extendió la mano hacia las papas fritas de Connor y tomó una.

—Claro —Connor se echó hacia atrás en su silla, riendo—. Estás loco, hombre. Ya quisiera yo poder exigirle un auto a mi papá.

CERVATILLO ━❝ Hannibal LecterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora