𝐂: | ❝¿Qué juego perverso juegas para hacerme sentir de esta manera?
Un cervatillo desamparado, postrado a los pies de un lobo voraz, es simplemente un bocado para el depredador que lo contempla con ojos hambrientos.
Dante se encuentra con Hanniba...
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—Por tu cara, puedo decir que no te fue tan bien —comentó Abigail, bajando su libro y observando a Will, que acababa de entrar a la casa dando pisotones.
—No, no me fue bien —Will respondió mientras quitaba la correa de Winston y se sentaba en el borde de su cama. Pasó sus manos por su cara con frustración.
—¿Qué es lo que sucede, Will? —preguntó Abigail, cerrando el libro y acomodándose en el sillón para ver mejor a Will.
—Dante está aferrado a estar con... —Will se detuvo, sin querer revelar demasiado a Abigail.
—¿Con quién? —Abigail alzó una ceja, inquisitiva.
—Con alguien que no me agrada mucho —suspiró Will—. He tratado de hacerle entender por qué es mejor alejarse, pero él parece evadir mis advertencias.
—¿Cuántos años tiene? — preguntó Abigail.
—Veintidós.
—Ay Dios —se mofó Abigail—. Creí que era de mi edad o menor, no un adulto.
Will miró a Abigail sin entender la burla.
—Will, ese chico es un adulto. Independientemente de lo que me has contado sobre su estado mental, sabe lo que hace, las consecuencias y si está bien o mal —dijo Abigail, observando a Will, que recargaba su cara en su mano—. No es un bebé para seguir pisándole los talones y decirle qué hacer. Él sabe lo que hace.
Will miró a Abigail, odiando admitir que tenía razón.
—El problema está en que —tomó aire—, esta persona ha sabido mover ciertos hilos en Dante...
Will se levantó de la cama y comenzó a dar vueltas por la habitación.
—Es Hannibal, ¿no? —preguntó Abigail. Will se quedó quieto—. Hannibal me contó de él. No quise decirte nada, pero creo que es mejor que Dante arregle sus asuntos. Tú eres el único que saldrá perdiendo aquí.
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Hannibal había movido más que unos simples hilos; había manejado a la gente. Necesitaba una vacante en esa noche de ópera para acercarse al hombre que le interesaba.
