-Puedes salir de aquí de ahora en adelante- dijo Kureto Hiragi.
-¿En verdad?- le preguntó la chica. Estaba completamente emocionada, desde que había entrado en ese lugar no había tenido la oportunidad de salir a muchas partes.
-Si- le dijo el hombre con simpatía- Pero debes prometerme que te cuidaras de todos, siempre usaras tu uniforme correctamente y dirás que sirves fielmente a Kureto Hiragi.
Ella rió cerrando levemente sus ojos. Eso le gustaba de ella, aquella sonrisa sincera que no podía ser contenida.
-¿No se supone que sirvo a TODA la familia Hiragi?
-¿Quién te ha tratado mejor? ¿Quién te ha enseñado a pelear?- preguntó Kureto, no evitando sonreír un poco.
Sin duda la dulzura que transmitía la chica le parecía muy cálida.
-Shinya- respondió ella, sonriendo y a la vez riendo ligeramente.
Kureto revolvió el cabello de la chica, sabía que ella bromeaba.
-De todas formas ¿Por qué me dejas salir de casa?
-Porque ya has madurado lo suficiente y porque tu espada tiene órdenes estrictas de cuidarte y evitar que hagas algo imprudente.
-Ella ni siquiera me habla- dijo casi en un susurro.
-Tu espada no te habla porque yo se lo he pedido. Certamen sabe mucho sobre la malicia del mundo y ningún humano soportaría a ese demonio pero tu alma es demasiado pura, limpia y bondadosa y es por eso que tu cuerpo ha resistido. Certamen debe mantener su boca callada si quiere seguir en tu cuerpo. Por eso, cualquier cosa que te diga y tú pienses que esta incorrecto debes decírmelo a mí y yo te explicare.
-Kureto, me trajeron aquí cuando tenía 9 años, no se prácticamente nada del mundo ni del mundo que se extinguió... Creo que si no quiero morir tengo que aprender de Certamen y esa "Malicia" que dices que ella posee.
-Tu alma es limpia, eso es lo importante... Solo concéntrate en ello ¿De acuerdo?
(...)
Así fue como Danniel Hyakuya logró tener un poco más de libertad
Llevaba puesto el uniforme oficial, su cabello en media melena de color castaño cobrizo que se repartía generosamente en todo el cráneo.
Danniel era una persona muy dulce con todo quien ella se encontrara, les sonreía y se presentaba como servidora de los Hiragi, nunca decía su nombre.
Pero aquel día, por los pasillos, después de ver a dos figuras caminar en dirección contraria a ella, la sonrisa se formó en su rostro.
-Yuu- gritó Danniel cuando las miradas de ambos se cruzaron.
El joven de ojos verde se quedó completamente en shock pero eso no evitó que Danniel se le abalanzara encima.
-¿Cómo es que estas viva?- le preguntó Yuichiro. Sus ojos estaban casi lagrimeando por la gran sorpresa que se acababa de llevar.
Danniel tampoco se la creía por completo ¡Pero Yuu estaba vivo! Él estaba vivo...
-Pensé que nunca nos volveríamos a ver- le dijo ella separándose de su abrazo.
-¡Te falle!- gritó el muchacho, con unos ojos completamente furiosos- Mika y yo prometimos cuidar a nuestra familia pero no pudimos hacerlo ¡PERDÓNAME! Te lo ruego.
Ella simplemente tuvo ganas de llorar, se sentía derrumbada porque su familia no estaba completa y no lo estaría jamás.
-¿Cuántos de ustedes?- preguntó de repente. No permitiendo que las lágrimas la vencieran.
-Solo yo- agachó la cabeza.
El joven recibió un golpe suave en la cabeza por parte del otro hombre que parecía acompañarlo.
-No te sigas lamentando por ese día.
-¡Tú qué sabes, Idiota Guren!- se quejó Yuu, sobándose la cabeza.
-¿Dónde acabaron tus modales?- le preguntó el hombre alto de cabello negro. Llevaba consigo una sonrisa juguetona y muy peligrosa, pero Danniel no conocía algo como eso, así que le parecía un hombre normal pero un poco extraño.
-Oh, es verdad... Guren, ella es Danniel Hyakuya. Danny, este tonto que vez aquí se llama Guren Ichinose y es un teniente coronel.
-Un placer- saludo ella- Soy fiel servidora de la casa Hiragi.
La sonrisa de Guren se volvió un poco agria y amarga "¿Ella era servidora de la casa Hiragi? ¿Por qué se ve tan amable?... Incluso después de escuchar mi apellido ella sigue actuando con respeto" pensaba el azabache.
-Es hora de comer- dijo Yuichiro interrumpiendo el silencio incomodo que se había formado.- Danny ¿Qué comiste?
Ella desvió la mirada de aquel hombre de sonrisa extraña para fijarla en su antiguo amigo de infancia.
-Lo cierto es que no encuentro el comedor principal- confesó apenada- Es la primera vez que salgo de la casa Hiragi y esta base me es totalmente confusa.
-Claro- dijo Guren pasándose la mano por el cabello- Debes vivir cómodamente en aquella casa, incluso siendo servidora has de tener sirvientes a tu disposición.
Ambos jóvenes se quedaron confundidos por aquel comentario.
-Como sea- bufó- Igual no tengo nada que hacer con dos mocosos como ustedes. Idiota, me voy a perder por ahí, si preguntan por mí, tú no has visto nada ¿De acuerdo?
Pero Yuu fingió no prestarle interés a su superior, tomó la mano de Danniel y se fue corriendo hasta el comedor principal que quedaba a unos metros de ahí.
(...)
-Yuu, todo fue muy confuso, aquel día que me trajeron aquí me sentía fuera de lugar, todas estas personas eran militares como lo son ahora. Eran bastante estrictos con la sangre y las posiciones sociales y para alguien como yo que no tenía ni la menor idea de donde estaban mis padres pues...
-Supongo que ahora que el mundo no existe ya no existen esas reglas- le interrumpió el chico.
Ambos estaban sentados en una mesa del comedor principal, comían y hablaban sobre lo que había pasado.
-No lo sé- le contestó- Los Hiragi no me dejaban salir sola de casa, en realidad puedo contar las veces que estuve en esta base durante todo el tiempo que llevo aquí, debieron ser unas 10 máximo... 10 veces en 10 años... Solo una vez al año.
Si bien, las cosas que Danniel contaba se escuchaban tristes, ella no lucía triste, ella tenía una sonrisa simpática en el rostro que no apartaba en ningún momento.
-Por años pensé que estaba solo- dijo Yuichiro- Pero ahora estas aquí, Danny y aunque todo esto sea confuso me alegra que estés bien y que podamos seguir siendo familia.
Danniel quedó completamente sorprendida por aquellas palabras. ¿Él hablaba en serio? ¿Familia? Este no era el mismo Yuu que ella había conocido, Danniel no sabía si era madurez o una lección aprendida por parte de su compañero.
-Familia- dijo ella, sonriendo como lo había estado haciendo desde hace mucho tiempo.
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En esta historia no pondré el Kun, Sama o todas esas terminaciones japonesas porque en verdad no me las se y me confundo toda. :( Pero espero que eso no te importe mucho.
Gracias por leer. <3 <3
Actualizaciones cada Lunes y Jueves.
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Owari no Seraph. "La tercera Hyakuya"
Fiksi Penggemar"Sonrisa misteriosa y coqueta, pero me sigue pareciendo un hombre muy extraño" Fue como describió la tierna, inocente y dulce Danniel Hyakuya cuando vio en persona al Teniente Coronel Guren Ichinose. Como un animal, fue puesta en cautiverio por casi...