-¿Eso es lo mejor que puedes hacer?- preguntò Guren Ichinose, derribando a Yuichiro Hyakuya de un solo golpe.
-¡No seas tan malo con el chico!- se quejò Shinya Hiragi, un hombre de la misma edad que Guren. Cabello plateado y el cargo de mayor general en los hombros.
A pesar de donde estaban, a pesar de como hablaban y como vestían ellos seguían teniendo 24 y tenían su propia manera de pensar.
-No seas tonto- les interrumpió Yuu- ¿Crees que yo no puedo ver venir tus movimientos?
El chico estaba cansado pero aun así la salvaje sonrisa que poseía no se iba de su rostro... Personas como Guren, Shinya o Yuu tenían aquella sonrisa, una que no necesitaba de nada mas que sus propios pensamientos para funcionar.
-¿Así?- le preguntò Guren- Me sorprende que tengas poca humildad con la persona que te ha enseñado todo lo que sabes.
-Hay cosas por instinto- le interrumpió, poniendo su espada de entrenamiento al aire, en posición de ataque... Listo para seguir.
Pero todos los movimientos fueron detenidos porque la voz quebrada de cierta muchachita estaba retumbando en los oídos del joven vengativo Yuichiro Hyakuya.
-¿Por que no?- gritò aquella, persiguiendo los pasos decididos de Kureto Hiragi, quien parecía ni siquiera inmutarse de la presencia de Danniel.
-Porque soy yo el que te dice que hacer o no- se girò abruptamente, hasta estar lo suficientemente cerca- Y si sigues dándome molestias volverás a donde te encontrabas hace días ¿Quieres eso?
Ella no tuvo tiempo para decir nada mas, Kureto soltò una risa burlona, una risa cruel para los inocentes y heridos oídos de Danniel Hyakuya.
Danniel estaba a punto de soltar una lagrima, estaba a punto de decir "Claro, señor Hiragi, lo que usted desee" pero ella tenia a cierto ángel guardián desde hace años.
-¿Porque tan cruel con DanDan?- interrumpió Shinya, ni siquiera se molestò en acercarse, era como si quisiera avergonzar a Kureto y su crueldad hablando fuerte y alto.
-Ella necesita madurar- se defendió el mayor de los Hiragi- Necesita aprender que no siempre conseguirá lo que quiere. Si te atreves a concederle lo que pide te ira mal, Shinya.
Kureto revolvió el cabello de la chica con cierto tono de dulzura en sus manos para después suspirar e irse de la misma manera en la que apareció... Misteriosamente.
-Oye, DanDan- le llamò Shinya.
La chica se percatò que su amigo no estaba solo. Se acercò hasta los tres hombres y con mejores ánimos les sonrió.
-¿Que pasa, Shinya?- preguntò con el tono bastante frágil pero sin quitar la sonrisa.
-¿Que es lo que quieres y Kureto se niega?
-Nada- respondió rápidamente- No es algo importante, creo que me tengo que ir ya.
-¡Espera!- Yuu la tomò por la mano- ¿A donde te vas? Ni siquiera se donde estas viviendo o que comes o que demonios haces en una base militar ¿Quien era ese imbécil que se cree tu Dios?
Yuu siempre fue imprudente a la hora de decir las cosas y mas cuando un ideal le cegaba la mente... Èl no sabia que estaba faltando respeto al superior de sus superiores.
-Es mi jefe- contestò ella, deshaciendo el agarre de su amigo.
Era verdad, Danniel estaba feliz de que Yuu siguiese con vida y que tuviese al menos una meta por la cual seguir adelante pero ella también tenia ciertas misiones y cosas que realizar, y le encantaría compartirlas con alguien como Yuu pero no podía.
ESTÁS LEYENDO
Owari no Seraph. "La tercera Hyakuya"
Fiksi Penggemar"Sonrisa misteriosa y coqueta, pero me sigue pareciendo un hombre muy extraño" Fue como describió la tierna, inocente y dulce Danniel Hyakuya cuando vio en persona al Teniente Coronel Guren Ichinose. Como un animal, fue puesta en cautiverio por casi...