03/02

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- Muy bien, Chiara, has avanzado mucho desde las últimas dos sesiones, para la siguiente quiero que sigas así, lo estás haciendo genial - dijo la psicóloga

- Gracias... - dijo sin saber como contestar - nos vemos entonces la semana que viene no?

- Claro, mi secretaria te pegará un toque el día de antes - dijo mientras la acompañaba a la puerta - nos vemos 

Esa habría sido la sesión número 35 de Chiara, muchos cambios había vivido desde hace un año, pero gracias a ayuda profesional y al apoyo de sus amigos de siempre podía sobrellevar los días. 

Su relación más larga, y la única, la había dejado en un pozo de tristeza, sin saber quien era, le tocaba reinventarse, con 13 años conoció a Violeta, que tenía un año y medio más, fue cuestión de tiempo que empezaran a quedar, y de ahí a salir las dos solas, tras un par de besos tontos formalizaron su relación, aunque para Violeta nunca dejó de ser un juego de niñas, no se lo tomaba en serio, mientras que Chiara en cambio se imaginaba una vida a su lado. 

Era dos de febrero, a menos de 24 horas del día en el que se despidieron, Chiara se fue de Madrid a Menorca, mientras que Violeta de Madrid a Motril de nuevo, sus caminos se separaban para siempre. 

Chiara se sentó delante del piano, vaciándose por completo, cada vez las sesiones eran más difíciles, pero necesarias. 

El tres de febrero solo pensaré en ti, llego a su cabeza, sería el estribillo de su nueva canción, quién diría que una estrella de pop a sus 22 años estaría todavía colada por su amiga de los 13, era absurdo, tenía proposiciones de varias chicas diariamente, pero ella solo estaba fijada en una, que tenía su vida hecha y no pensaba en ella. 

Automáticamente sus piernas la llevaron hasta el desván de su casa, allí encontró la cajita que guardaba todos los recuerdos de Violeta, sus cartas, algunos coleteros, aquel perfume... hoy se permitió olerlo de nuevo, también estaba intacto el peluche que ganó en la feria, un dinosaurio rosa, como no, también había varios colgantes. 

No pudo evitar echar una lágrima, era abrumador como en casi 10 años no se había olvidado de una persona en concreto. 

Solo hoy se permitió ser débil, la fecha llegaba todos los años como un tsunami para la menorquina, todos los días tenía que despertarse temprano para ir al estudio, con su mejor sonrisa y llevar ese tres de febrero como si fuera un día más, como si algo no la carcomiera por dentro. 

Pero este tres de febrero era diferente, tenía vacaciones, había planeado volver a Menorca y disfrutar de la playa, pero por tormentas se veía retenida en Madrid... lo último que necesitaba, odiaba esa ciudad, sin playa, el ambiente era nefasto,  Chiara era isleña. 

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Tres horas pudo dormir, no quería que ese día se volviera un remember de su relación así que aunque lloviera y tronara saldría a alguna cafetería, escribiría un poco en su famosa libreta rosa y bebería toneladas de chocolate caliente, era lo único que podía servirle. 

Se puso unos pantalones de nike a juego con la sudadera, unas botas de agua y el abrigo, se fue hasta la primera cafetería en la que vio enchufes y el cartel de wifi gratis. 

Nada más llegar se sentó, lamentándose no haber cogido un paraguas, pues se había calado el chaquetón entero, gracias a la madre naturaleza la sudadera y pantalones solo estaban un poco húmedas. 

Se acercó a la barra tras dejar sus cosas en una mesa que daba hacia el exterior, una chica rubia con gafas la atendió, pidió un chocolate caliente grande, con nata y nubes, además de dos galletas de chocolate, se sabía cual era su comida favorita. 

KIVI -one shotsWhere stories live. Discover now