13. La sorpresa

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No sabía si avanzar así con la trama, pero me lancé (lo entenderán cuando lo lean). Me convencieron que es un AU, así que puedo hacer lo que se me dé la gana, así que bueno, espero que el último pedacito del cap no les saque ronchas.

¡Espero poder actualizar pronto! (estoy de vacaciones al fin, aunque he dicho esto antes y nunca actualizo seguido, ergo, no me crean).


oOo

–¿Mamá?– repitió Kakyoin– ¿Qué haces aquí?

Pero nadie pudo hablar más porque de la nada aparecieron unas enredaderas moradas apresando al tipo de la izquierda, mientras una especie de relámpago inhabilitaba a la mujer de la derecha. La -aparente- madre de Kakyoin se puso en guardia mirando en su entorno hasta que apareció Suzie Joestar taconeando por la puerta de la sala con aires de grandeza.

–Alto ahí, amiga–dijo en japonés, mientras detrás de ella entraban Caesar Zeppeli y Joseph Joestar muy serios–¡Vas a detener esta boda sobre mi cadáver!

–¿Quién eres tú?– le preguntó la madre de Kakyoin.

Pero Suzie estaba demasiado ocupada mirando a la novia, al igual que sus acompañantes.

–¿Jo-Josephine? ¿Qué rayos haces aquí?– preguntó.

–¿¡Te vas a casar con Josephine!?– exclamó Caesar, sorprendido–. ¿Es una broma?

Jo se escondió detrás del novio, negando con la cabeza mientras sus invitados miraban todo el altercado como si fuera un partido de tenis.

–¡Nosotros queriendo impedir que impidan la boda para que seas feliz y nos sales con que te vas a casar con Jo!– exclamó Joseph.

–¿Impedir... qué? No, esperen...– comenzó a decir Noriaki, pero su madre lo interrumpió fulminando con la mirada al trío Joestar-Zeppeli- Quattro.

–¿Quién carajo son ustedes? ¿Qué tienen que ver con mi hijo?

–No, no, alto– dijo su hijo, interponiéndose en ese duelo de miradas–. Madre, puedo explicarlo, pero no aquí. Si tan solo esperaran a que termine esta ceremonia...

–¡No voy a dejar que te cases con una cualquiera por despecho! ¡Ni siquiera sabía que te gustaran las mujeres!

–¡Madre, por favor!– la reprendió su hijo, tomándola de los hombros–. No aquí. Hablemos después.

–¿Debo recordarles que si hay evidencias que este matrimonio es una farsa para obtener algún beneficio legal, esta unión puede no ser válida?– dijo la jueza. Todos la miraron, expectantes–. Pero no diré nada, siempre quise que pasara algo así en las bodas que oficio. Hagan como que no estoy aquí.

–Señora jueza, nosotros podemos dar fe de que estos dos están muy enamorados, no le crea a la gente ésa– dijo Hol Horse.

Su voz hizo que Joseph pegara un respingo y lo mirara.

–¿Y tú qué mierda haces aquí? Creí que te habíamos dejado tirado en un hospital en Egipto hace años.

–Ahora soy el padrino de bodas, ¿qué le parece?

La madre de Kakyoin, claramente al borde, sacó un tanto del interior de su traje y sin desenvainar apuntó a todas las personas que no conocía, luciendo completamente amenazante.

–Ya basta, nadie se casará ni hará nada hasta que me expliquen qué está pasando.

–Mamá, calma, guarda el cuchillo.

El Secreto de Kakyoin Noriaki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora