10. La amistad

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Este capítulo va de dedicado a  @zacanica  por haber leido en tiempo record y en horas insanas mis fics. Y también a RataRavel porque acaba de terminar de traducir al inglés los capítulos que tenía pendientes (eran como 4) y ahora tendrá que traducir este, jajsja.


Las versiones únicas y oficiales en inglés las encuentran en AO3 bajo el nombre de "Joseph Joestar's Secret" y "Kakyoin Noriaki's Secret". Todavía no me decido a subirlas acá la verdad.

En fin, disfruten la lectura.

oOo


Ehi, fa attenzione!– exclamó una voz femenina irritada.

Kakyoin pegó un respingo y miró a la mujer rubia y mayor frente a él mirarlo con rencor mientras se sobaba el brazo. Seguramente la había pasado a llevar con el canasto en el que traía sus compras al pasar por el reducido espacio. El supermercado estaba repleto y la fila de la caja era larguísima.

Scusa, ¿le pegué? Non parlo...eh, italiano, muy bien– murmuró medio en inglés, medio en italiano–. No la vi. Lo lamento, ¿está bien?

Ti senti bene, ragazzo?– preguntó ella con genuina preocupación, mirándolo de cerca.

–¿Eh?

Oh, mi dispiace–se disculpó ella, luego habló en inglés con un marcado acento–. ¿Hablas inglés? ¿Estás bien? Tienes los ojos rojos. Estás llorando.

Demonios. Kakyoin se secó las lágrimas del borde de los ojos y resopló, enojado.

–Estoy bien, se me pasará.

Ella le pasó un pañuelo de papel que Noriaki aceptó y agradeció. La fila avanzó un poco.

–¿Es algo que puedas solucionar?– le preguntó la mujer.

–No en realidad.

–¿Penas de amor?

–Es más complicado que eso–murmuró Kakyoin, preguntándose por qué rayos una desconocida le hablaba en la fila de la caja y por qué él le estaba respondiendo.

Quizá era una forma de mantenerse concentrado en algo y no caer en oscuros pensamientos en la mitad del supermercado.

–No debería ser tan complicado.

–No, no debería, pero lo es– respondió Kakyoin mientras la fila avanzaba otro poco.

–Amas o no amas, así de simple– dijo ella–. Es todo lo demás lo que lo complica, pero el sentimiento no.

¿Amar o no amar? ¿Realmente amaba a Jotaro? Rebuscó en lo más hondo de su corazón y descubrió que sí, pero no era igual de intenso a cuando abrió esa maldita invitación a la boda. Si lo comparara con una llama, era tenue como la de una vela, no brillante como una fogata en la montaña. La noticia del embarazo había sido el último chorro de agua que casi apaga la llama, pero ahí seguía. Persistiendo.

Además, como decía la señora desconocida, había muchas otras cosas que considerar. De la noche a la mañana, él y Jotaro se iban a convertir en padres y esposos e inevitablemente pensó en lo oscuro que era el humor del universo para ponerlos a ambos en la misma situación, pero en caminos separados. Muy separados.

¿Amaba a Kujo Jotaro? Sí, pero era un amor distante y herido, con un océano de distancia entre ambos, figurativa y literalmente. Kakyoin suspiró, sintiendo sus ojos aguarse nuevamente. ¿Podría sobrevivir al desengaño de ese amor? Sí, no era el fin del mundo; racionalmente hablando, pero ¿sobreviviría su amor por él? ¿Y si sobrevivía, qué iba a pasar con ellos? ¿Cómo podrían verse y llevar una relación cordial después de todo lo que había pasado?

El Secreto de Kakyoin Noriaki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora