-¿Por que te aventaste de la ventana como un mono? -pregunta serio, cruzándose de brazos ignorando el ardor de su espalda baja observando el cuerpo del menor de ariba a bajo.- ¿ Que acaso no conoces las puertas? -alza una ceja, mientras lo mira a lo...
En el siguiente capítulo se hará mención de contenido sexual +18. Si no gustas de este contenido puedes saltar sin problema el capitulo:).
" Intento de +🔞 más bien🥲"
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El fin de semana tan esperado había llegado.
— ¿Ya puedo abrir lo ojos kookie?
— Si amor
Ambos se encontraban en el bosque muy alejados de la hacienda, frente a Taehyung se encontraba un camino echó de hermosas rosas, mismas que daban vida al los árboles a sus alrededores, los petalos de rosas y las mariposas que se encontraban volando, danzando delicadamente entre el tranquilo viento, le dan una maravillosa visita.
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— Este lugar es muy bello.
— Sígueme.
Caminaron tranquilamente por el lugar, Taehyung permanecía con una sonrisa en todo momento, maravillado con la vista, y Jungkook sonreía pues su pequeño rubio se roba toda su atención. Taehyung admira el lugar y Jungkook admira a su bello Angel. A unos pasos de llegar a su destino el pelinegro se detiene.
— Taehyung, yo quiero ser tuyo en cuerpo y alma, por favor... Déjame hacerte el amor por primera vez, quiero demostrarte el amor, el deseo, el anhelo que mis palabras no pueden expresar, permíteme conocer y admirar cada rincón de tu perfecta piel —un delicado beso fue dejado en el dorso de su mano.
Los brillantes zafiros de Taehyung brillaban intensamente gracias a las pequeñas lágrimas de amor que intentaban rodar por sus mejillas, con un pequeño rubor el rubio sonrió, y sin decir mas Jungkook supo la respuesta.
Avanzaron unos cuantos pasos y el rubio se quedo sin aliento. Frente a el estaba un gran árbol decorado con coloridas flores mismas que se encontraban al rededor, en medio un pequeño estanque que resaltaba en el lugar, pero su vista se enfoco en la cama, la cual se entraba debajo del gran arbol, el techo fue echo a mano y con brillantes flores, cortinas blancas caían delicadamente en los lados con luces iluminando su interior. Sin dudas una visita digna de un cuento de fantasía.
