LUCIFER || Mafia "Tom Kaulitz"...

Pupil of Hate

January 1, 2009

El aire era fresco, chocaba en mi rostro perfilado, en un balcón parada mirando las estrellas relucientes junto a la ciudad parecía un paraíso.

Escuche pasos venir (mi puerta rechino).

—Leah nos tenemos que ir
—mencionaba mi amiga a mi espalda.

—Claro —dije dando un suspiro. Bajaba mis escaleras rápido. Mis tacos sonaban como un caballo en carrera.

—Dios baja despacio Leah.

—No me quito la emoción Katina, acabo de cumplir dieciocho y voy por primera vez en mi vida a un club — sostenía las manos de Katina balanceando estas. Miré a la puerta y las solté saliendo de casa directo a mi auto.

—Vamos sube, no seas aburrida.

Ella subío sonriendo y emocionada.

Mi chófer manejo a un club. Escuchaba la música de fondo, mis ansias eran grandes tanto que me movía en mi asiento.

—No vamos a tomar Katina, ¿verdad?.

—Ho no, no lo haremos —lo decía con tanta seguridad que creía en ella.

Quiero decir, si mi padre se entera que he bebido no se de que es capaz. Temo a eso.

Después de un rato mi auto paro. No evite abrir la puerta de golpe, no me percate de aquel hombre de trenzas qué empuje.

—Ha lo siento mucho —no me tome el tiempo de mirar solo seguí. Di vuelta al rededor de mi auto hasta la ventana de Katina—. ¡Vamos! ¿que esperas?, baja —un escalofrío recorrió mi cuerpo ante el viento fuerte, movía mis pies frotando uno con el otro.

—Leah, ¿has visto aquel tipo que chocaste?.

¿Eso que me importaba? Quería disfrutar.

—No, ni me interesa. Vamos baja.

—Esta guapo. Me arruinas la vida, vamos —Katina bajo emocionada.

Las dos entramos a esa fiesta.
El tabaco de todos pasaban por nuestras narices, todos bailando, entre ellos besándose, manoseando, me daba asco, pero era de suponer que sería así.

Una mano cálida tomo la mía, era la de Katina qué con fuerza apretaba mi palma llevándome a los tragos.

—Katina has dicho que no beberíamos.

—Thhs, te lo haz creido, Leah disfruta, días así no se repiten —decía mirándome con la expresión de sus cejas fluncidas y una sonrisa.

—No, paso Katina, no quiero beber
—mis pies pararon agarrando de su mano.

—Deja de ser amargada, brindemos por tu cumpleaños número dieciocho.

Miraba confundida y un poco enojada pero mi expresión cambió al momento de tomar.

—Katina es lo mejor que e probado esta noche, no pararé —mencionaba sonriendo y picada.

—A que si, solo disfruta Leah, ¡¡toma hasta morir!! —dijo con su voz aguda, soltaba una risa en grande parecía llenar todo el club.

Seguí tomando. El ardor del trago pasaba por mi garganta, se sentía genial, como un río lleno de corrientes ácidas qué divagaban por mi cuerpo.

—Leah mira quien viene —miraba alzando sus cejas.

Mire atrás un poco lento y mareada, dos hombres altos de expresión pícara, un rubio y su acompañante pelirrojo.

—Piensas en....no dude más, espere a que hablaran.