LUCIFER || Mafia "Tom Kaulitz"...

I don't want you far away

One month later

Pov's de Tom.

"Me pregunto muchas cosas entre ellas ¿en que me e convertido? ¿Por que lo e hecho? ¿Eras tu?...quien me insisto a ser más de lo que ya era capaz...un mounstro, quien era ella de aquel día, basta de preguntas".

Volví a ese callejón dando derecho, dispuesto a hablar con Bill a joderlo y volver a su maldito trauma.

Tan lento y tranquilo iba, a medida que me acercaba a la puerta donde estaba Bill me ganaba el odio y enojo por matarlo. Saber que alguien tocó lo mio.

Entre; Bill estaba pálido, recostado en la camilla con un aparato neonatal.

—Marica —dije cerrando la puerta.

—Mhh...eres una verga Tom, ¿por que no me matas? —menciono tranquilo con seguridad.

Aumentaba mis ganas de torturarlo aunque fuera mi propia mitad de espermatozoide.

—Maldito cerdo, lo haría pero sabes lo complicado que es asesinarte.

—Desconecta todo de mi si no eres una niña.

—No Bill, yo no lo soy, pero tú deberías de dejar de quejarte por todo y ser un hombre —di un quejido burlon—. Mírate estas acabado ¿y quieres qué yo siga?.

Bill soltó una carcajada.

—Hazlo...niña.

—Soy capaz. ¿Recuerdas aquel día, en el bosque los gays qué te acosaba?.

Bill miró serio, se contenía las ganas de cerrarme el hocico de un balazo pero era incapaz.

—Sabes que no me gusta ese tema —miro serio.

—¿Sabes por que ese día no deje muerto?.

—Lo se...así que esa es tu razón.

—Entiendes a la perfección.

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April 12, 2002

—Hu...¡¡suélteme!!.

—Un emo repungante, ¿sabes? los emos no tienen consciencia de la vida. No entiendo, se supone que quieres acabar con tu vida, mujer.

—Franco tiene razón Bill.

Franco, Dominic, Manuel y Rubén.
Todos esos cabrones; me golpeaban a menudo, hacían bromas molestas, rayaban mi casillero con cosas repugnantes, no había día donde eso no pasará.

Este día diría que fueron más allá del limite.

Todos ellos organizaron una salida finjiendo ser una chica encontrándonos en un bosque lejano.
Al fin y al cabo las chicas siempre fueron un desperdicio para mi.

Es por eso que estoy aquí empapado de lluvia y semen de estos cerdos.

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—Dios Franco lo has llenado de semen, creo que así no entenderá que es un varón.

—Cállate Dominic.

—¿Que pasa niña? ¿Tienes miedo?.
—se rió Franco.

—No, no, no, claro que no. Déjenme ir
—rogué temblando.

—Aún no acabamos, es solo el comienzo —Dominic se rió entre dientes—. ¡Franco! La navaja. —Menciono Dominic con una risa macabra extendiendo su mano a la de Franco.