Mon estaba considerando seriamente tirarse del segundo piso.
Desde que Tee llamó para avisar que Luna había nacido, Sam estaba como loca por toda la casa, además, trataba de acabar todo el trabajo para no recargarle a sus empleados y poder viajar a Tailandia tranquila.
― ¿Crees que deberíamos elegir este o este? ―
― Por milésima vez, Sam, no vas a regalarle un helicóptero. ―
― Pero es para su transporte. ―
― ¿Por qué no le das un biberón? O pañales, ropa, baberos, servilletas, pañaleras. No sé. Algo que sí vaya a usar. ―
― ¡Tienes razón! ― Mon respiró tranquila.
Al fin podría tomar una siesta y su esposa no pondría la vida de su ahijada en peligro.
― ¿Te parece bien un avión o una cuatri moto? ―
― Señor dame paciencia porque si me das fuerza te la regreso. ― Continuó murmurando mientras Sam, ajena a sus ganas de darle pastillas para dormir, seguía teniendo un problema; no sabía si podría agregarle algún accesorio de Gucci o de Chanel.
― ¿O debería ser de Dior? ―
― ¡Estamos en- ¡Auch! ― Sam comenzó a sobar su cabeza otra vez.
Ya había perdido la cuenta de las veces que Mon le había tirado algo en la cabeza durante su viaje.
― Es un hospital. No grites. ―
― Aaaah, sí, sí, ya entendí. ―
― Bien, vamos a tocar la puerta y luego... ¿Ahora qué haces? ―
― ¿No deberíamos ser sigilosas? ―
― Sí, pero caminar como la pantera Rosa no nos ayudará mucho. ―
― Que poco sentido del humor tienes. ― Giró un poco para hacerle entender a Mon que la había ofendido, hasta que su mirada chocó con la de un niño.
Su rostro se calentó rápidamente cuando notó que la miraba como si fuera de otro mundo.
― Uh... ―
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¡𝗞𝗵𝗎m 𝗦𝖺𝗆!
Fanfiction― ¡¿Esto lo firmó Cleopatra o porque es tan caro?! ― Si no puedes pagarlo entonces aléjate de mi hija. ― ¡Khum Sam!