― Hola, pequeñita... Soy mamá. ― La recién nacida tenía sus ojitos cerrados.
Hace poco les habían entregado a Luna; su pequeño lirio.
― ¿Por qué tiene tanta hambre? Sí las alimenté bien, ¿No? ― Yuki solo atinó a reír.
Tee estaba siendo tan curiosa con cualquier cosa que Luna hiciera, incluso si solo movía el puñito o respiraba; Tee quería saber porqué y cuánto duraría.
― Eres muy bonita. Saliste a mí. ―
― Tee... ―
― ¿Acaso no soy muy bonita también? ―
― Sí lo eres, cielo, pero te agradecería si nuestra hija no crece con ese egocentrismo que solo tú tienes. ―
― ¿Ahora soy egocéntrica? ―
― Siempre lo fuiste, pero así te amo. ― Yuki tomó su mano y tiró de ella, logrando acercarla un poco más. ― ¿Recuerdas mi lugar favorito de niña? ―
― Yep. Se convirtió en nuestro lugar especial cuando te llevé ahí en nuestra primera cita. ―
― Exacto. Todos los lugares que amo ahora son porque tienen mínimo un recuerdo tuyo. ― Tee sintió que sus mejillas ardían.
¡Yuki siempre era la nerviosa, no ella!
― El amor floreció entre nosotras, y fruto de ello tenemos a Luna... ¿Es adecuado si te digo que incluso con el tiempo sigues siendo esa adolescente que nunca dejó de insistir? Siempre que te miro a los ojos me doy cuenta de que la esperanza se mantiene palpable en ti, y es algo que quiero seguir viendo por mucho, mucho tiempo, Tee. Porque sigues acelerando mi corazón y dándome la oportunidad de que mi alma brille cual diamante al saber que tengo tu amor. ―
― Mi vida. ―
― Toma mi mano todos los días que yo no te soltaré jamás. Prometo quedarme y amarte correctamente, prometo besar tus manos y bajar los planetas a tus pies, porque estás en mi corazón, y sé que te amaré siempre. ― Tee no quería llorar, pero las mujeres que más amaba y estaban frente a ella no cooperaban.
Una acariciaba su rostro con ternura y la otra seguía tratando de saciar su hambre.
― Estás aliviando mi vida, cariño. Estás calmando cada herida que creía que sangrarían siempre... ¿Me abrazarías toda la noche? ¿Volverías a esperarme fuera de la escuela todos los días? ¿Volverías a darme un helado el día de mi cumpleaños? ―
― Lo haría todos los días. Si debo retroceder el tiempo seguiría eligiendo quedarme hasta la madrugada en la salida de tu escuela solo porque no querías verme otra vez. ―
― ¡Hey! ¡Estamos hablando cosas románticas! ― Tee comenzó a reír al ver que Yuki rodaba los ojos antes de darle una pequeña sonrisa. ― Gracias por amarme, cariño. Gracias por lo que hiciste y haces por mí... Gracias por darnos a esta pequeña que sé que alegrará nuestras vidas. ―
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¡𝗞𝗵𝗎m 𝗦𝖺𝗆!
Fiksi Penggemar― ¡¿Esto lo firmó Cleopatra o porque es tan caro?! ― Si no puedes pagarlo entonces aléjate de mi hija. ― ¡Khum Sam!