¿Qué tan malo puedo yo ser?
Sam no podía sacar esa canción de su cabeza. No después de ir al cine con Mon y ver que a la chica le gustaba esa película.
― Estoy en casa. ― Sacó sus tacones y los dejó en aquella cara zapatera que su padre había decidido instaurar para que sus hijas dejen de ser tan desordenadas.
― ¡Samster! ― Su hermana menor corrió hacia ella. Tal vez ya estaban grandes, pero Song seguía siendo su pequeña hermanita. ― ¿Te fue bien con Kirk? Mamá no ha dejado de presumir que tu boda será en poco tiempo. Papá tampoco deja de firmar nuevos negocios porque todos dicen que seremos mucho más poderoso que antes. ― Su cuerpo se tensó de forma inevitable.
¿Qué pensaría su madre si se entera que presume una fachada? ¿Cómo reaccionaría su padre si se da cuenta que firma tratos en vano?
― Por cierto, Nueng quiere hablar contigo. Te espera arriba.
― Enseguida voy...
Su corazón no dejaba de latir. El miedo estaba comiendo cada poro de su cuerpo, sumándole la culpa que había decidido colgarse en su espalda como una roca.
Sacudió su cabeza y subió a la habitación de su hermana mayor más rápido de lo que esperaba.
Tocó la puerta tres veces. El miedo se había infiltrado en todo su cuerpo para hacerle sentir frío. ― ¿Ning? ¿Puedo pasar?
― Adelante, Sasam. ― Abrió la puerta con mucha lentitud. Su hermana jamás le diría algo malo, pero si se enteraba que había mentido... Las cosas se pondrían pesadas. ― Ven. Siéntate al lado de Ning. ― No necesitó escucharlo dos veces y corrió a acurrucarse con su hermana. ― ¿Te fue bien? ¿Alguna novedad?
― Uh... No. Todo bien. Kirk es muy divertido.
― ¿El chico con el que papá te encontró hablando en la fiesta pasada?
― Ajá. Es lindo, supongo. ― Se encogió de hombros. Si era sincera, no sabía qué decir para no delatarse.
― Que raro.
― ¿Qué es raro?
― Hoy discutí con papá, así que fui al parque a tomar fotografías para distraerme. ― Nueng se lanzó sobre ella para darle un sofocante abrazo. ― Kirk estuvo ayudandome. Fue un increíble modelo. ― Sam sintió que el aire abandonaba sus pulmones, y no necesariamente por el abrazo de su hermana.
Su cuerpo se puso más rígido de lo que ya estaba. El miedo volvió a subir y su corazón volvió a acelerarse por el pánico.
Sintió el pequeño y poco doloroso pellizco en su mejilla. Luego de eso, un pequeño beso en la zona afectada. ― Creí que eramos hermanas, Sasam.
― Lo somos.
― ¿Y cuando ibas a decírmelo? ¡Necesito saber si ella es la indicada para mi hermanita!
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¡𝗞𝗵𝗎m 𝗦𝖺𝗆!
Fanfiction― ¡¿Esto lo firmó Cleopatra o porque es tan caro?! ― Si no puedes pagarlo entonces aléjate de mi hija. ― ¡Khum Sam!