ᝬ 🍼 𖠵 A𝗆i𝗀a𝗌 𓄹

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― ¿Quién es la otra princesita de mamá? Tú, mi amor

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― ¿Quién es la otra princesita de mamá? Tú, mi amor. Por supuesto que tú. ― Earn trataba de no estallar en carcajadas por el tono infantil de su esposa.

Frente a todos era una mujer que emanaba respeto solo con su presencia, pero frente a ella, Alpha y su hija en camino, se volvía una niña que no aprendía a vocalizar bien.

― Cosita preciosa. ― Mordió su lengua cuando Lada comenzó a esparcir besos por todo su vientre. ― ¿Quién será la futura dueña de mi hospital? Tú también, mi amor.

― ¿Y qué hay de Alpha?

― Alpha no parece de hospitales. Se ve más en el puesto de jefa de una empresa. ― Los ojos de Lada brillaron por ello. ― ¡Tendremos una cadena de hospitales! ― Antes de poder tomar a su primogénita entre sus brazos, esta la golpeó bruscamente.

Alejándola de su esposa.

― Hey, yo llegué antes que tú.

― No empieces.

― ¡Yo llegué antes! ¡Dame mi lugar!

― ¡Es una niña, Lada! ― La mencionada le dio una mirada ofendida. Y sí lo estaba.

Amaba tanto a su familia, pero su hija mayor parecía odiarla.
De repente Alpha comenzó a balbuecar y a tomar la mano de Earn para llevarla a su boca.

Le sacó la lengua cuando vio que tenía su mirada en ella.

― Pronuncia bien, demonio de tasma- ¡Tengo una idea!

― No. Tus ideas siempre son malas.

― Si Alpha pronuncia bien mía, entonces dejaré de quejarme de ella por todo un mes.

― ¿Y si no lo hace?

― Volveré a la cama contigo.

― ¿Qué tiene de malo tu nueva cama?

― Earn, cariño, una tabla con una sábana no es una cama. ― Su castaña favorita infló las mejillas en un adorable puchero que no tardó en besar.

Vio y escuchó como su esposa se tomaba el tiempo de explicarle las cosas a su hija, y lo hizo hasta que ella comenzó a aplaudir de felicidad.

― Bien. Alpha está más que lista.

― ¡Me parece perfecto! ― Lada se sentó en el suelo y se acercó más a ellas. ― Ahora pronuncia conmigo, mi amor. ― Con una mano alborotó el inexistente cabello de la menor. ― Mi-a

Wa.

― No como dinosaurio, Alpha. Vocaliza bien.

― ¡Lada!

― ¡Era broma, mi amor! ¡Baja la escoba!

― Quiero pensar que tuviste una pelea en donde eran siete contra ti y no te golpearon por lo gobernada que estás

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― Quiero pensar que tuviste una pelea en donde eran siete contra ti y no te golpearon por lo gobernada que estás.

― ¡Déjame en paz, Nueng! ― Lada había llegado a su estudio con un pequeño raspón en la ceja. Earn sólo quería asustarla, pero Alpha se movió tanto que casi se cae, y su esposa eligió salvar la vida de su hija y que la escoba le cayera en la cabeza.

Alpha no dejaba de reírse cuando la vio tirada en el suelo.

― A-Nueng no fue así cuando estaba embarazada. Era más... Tranquila en ese aspecto.

― Sí me contaste y sí la vi. Además, Charoen te adora.

― Debes estar haciendo algo mal. No es normal que tu propia hija te odie tanto. ― Nueng bajó la cámara que tenía entre las manos y la dejó en una mesita llena de fotografías de A-Nueng y Charoen.

― ¿Y eso?

― ¿Qué cosa?

― Esas fotos, ¿Harás un álbum?

― No. Estas son las fotos que presentaré en la siguiente exhibición.

― ¿A tu esposa y a tu hija? ¿Eso es posible?

― El tema fotografiar algo que sea digno de admirar por todo el mundo. ― La de chaqueta se sentó a su lado. ― Y si ellas son mis musas, entonces el mundo debe saberlo.

― Eso es... Muy romántico viniendo de alguien que cocinar es su única forma de demostrar amor.

― Ahora entiendo porque Alpha te odia. ― Lada sacó su polera y se la lanzó a la cara.

¡Tenía suficiente con Tee burlándose de la hiperactividad de su hija!

Nueng no se quedó atrás, comenzando a lanzarle tinta, demasiado costosa en su opinión, pero como era doctora mejor no opinaba. Siguieron así por unos cuantos minutos hasta que el tono de llamada del celular de Nueng interrumpió su pelea.

― ¿Hola?

Espero que estés lista porque ahora mismo estoy yendo a verte para ir al hospital.

― ¿Chae esta enferma?

Nueng, ¿De qué hablamos antes de que te vayas al estudio?

― Me dijiste que no demore o me sacarías a patada de la casa. También dijiste que me pedirías el divorcio si lo olvidaba.

¿Y qué estás haciendo? ― Se quedó callada un momento. Necesitaba recordar qué olvidaba.

Golpeó el brazo de Lada pidiéndole ayuda, ella le devolvió el golpe y una mirada de muerte. Nuevamente fueron interrumpidas por las constantes notificaciones que Lada estaba recibiendo.

― Es Earn.― Le susurró y comenzó a leer todo.

De repente, ambas sintieron ese airecito helado cuando sabes que la cagaste y solo te queda rezar por tu vida.

― ¡Mis sobrinas!

― ¡Las sobrinas de Tee!

― ¡Las sobrinas de Tee!

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¡𝗞𝗵𝗎m 𝗦𝖺𝗆!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora