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Pac y él habían sido amigos desde la infancia. En algún punto llegó a considerar a Pac su hermano y sabía bien que el chico sentía lo mismo. Aun cuando se distanciaron por años, la conexión volvió de inmediato cuando se reencontraron en la universidad.
Por eso había estado tan conflictuado consigo mismo al principio y por esa misma razón cada vez que miraba a Etoiles luchaba con todas sus fuerzas para no sentirse una mierda de persona, porque Etoiles le parecía la perfección hecha hombre.
Era guapo, y agradable, lo hacía reír hasta que sus ojos se llenaban de lágrimas y era tan atento que fue inevitable que el sentimiento de amistad escalara a un crush. Había llorado noches enteras sintiendo que estaba traicionando a su hermano y trató de suprimir sus sentimientos lo más posible.
Al menos lo intentó hasta que uno de sus amigos en común le envió una foto y, sorpresa, Pac estaba teniendo un amorío con su exnovio más reciente. La ira y la traición lo recorrió con tanta fuerza que decidió todo en ese momento. Estaba cansado de fingir que no quería a Etoiles, y si Pac no lo valoraría, al menos él lo haría.
Esperó pacientemente hasta que planeó una salida con amigos en común, especialmente con Etoiles y Pac, solo para poder tener una excusa de verse a solas con Etoiles. Planeaba hacerlo en mitad del plan, esperar el momento correcto y darle las pruebas a Etoiles.
No espero que alguien golpeara la puerta de su dormitorio horas antes del plan, ni que al abrir la puerta, fuera Etoiles quien estuviera frente a él.
—Quackity, hola, ¿está Pac aquí?
Quackity negó con la cabeza, confundido.
—No, creo que no va a llegar hasta dentro de unas horas. ¿Todo bien?
—Sí, sí, solo… No responde mis llamadas y pensé que estaría contigo —dijo con vergüenza—. Lo siento. Intentaré llamarlo de nuevo. Nos vemos…
Antes de que se fuera, Quackity supo que ese era el momento.
—De hecho, puedes quedarte si quieres. Solo necesito darme una ducha y…, ya que viniste hasta aquí y él no está en su habitación, es mejor si te quedas a esperarlo.
Etoiles pareció complacido con la idea, por lo que Quackity dejó que entrara a su dormitorio y tomara su lugar en uno de los sofás. Quackity sacó su teléfono y buscó en sus contactos.
—Trataré de llamarlo.
Realmente marcó el número de su amigo, mayormente porque quería saber si tenía suficiente tiempo para darle a Etoiles las evidencias, pero nadie respondió. Su estómago se hizo un nudo al creer que probablemente estaba con su exnovio.
—No, me mandó directo al buzón de voz. Lo siento.
—Está bien. Te dije que no respondía mis llamadas.
