Los demonios no son inherentemente malos. Simplemente están hechos para castigar el pecado, pero pueden hacerlo cuando las almas llegan al infierno. A veces no es así, y por eso Techno está en este bar. Porque tiene que saber si esto es único o si es necesario enviar a alguien a hacer las maletas. Se olvida de eso mientras mira un par de ojos brillantes. Quackity está muy dispuesto a pillar desprevenido a este cazador.
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Esta no era la cacería habitual de Techno. No es que nadie pudiera decir que la cacería que hacía fuera habitual. Su familia siempre había tenido una afinidad con lo sobrenatural, algunos dirían que con lo natural. Con una segadora, una agente de la muerte, como madre, había algunas rarezas durante su infancia. Su padre nunca hablaba mucho de ella, pero eso fue lo que lo llevó a la vida que llevaban ahora, a la cacería que hacían.
Y realmente este no era su tipo de cacería.
No, Wilbur hacía estas escenas en bares o clubes donde la gente estaba muy junta, forzada a enfrentarse entre sí. Techno no lo hacía. Pero Philza, su padre, pensaba que Techno sería más adecuado para esta cacería. Techno no estaba de acuerdo, pero siguió las órdenes.
Un bar pequeño pero animado en las afueras de una gran ciudad. Techno se miró por el espejo retrovisor de su coche durante un momento. Podía hacerlo. Probablemente se trataba de cualquier otra misión. Se aseguró de que su cuchillo de hierro estuviera escondido, así como su pistola. Una placa de oficial falsa por si acaso. Eso siempre ayudaba cuando llevabas un arma. Salir de su coche se sentía como entrar en una realidad diferente.
Necesitaba fingir. A pesar de las miradas que la gente le dirigía mientras caminaba hacia el bar, y las pocas miradas que recibió después de entrar, Techno podía decir que su presencia no había sido demasiado notada. Probablemente los que lo notaron fueron los lugareños o los ignorantes simplemente ofendidos por su camisa rosa debajo de su pesada chaqueta de cuero. El camarero tomó su pedido rápidamente. Miel americana con hielo. El whisky con miel era generalmente lo único que se molestaba en tomar y, dada la misión obligada, lo haría.
La parte de espera fue la más difícil. Tomó dos o tres tragos mientras observaba la sala. Había parejas por todas partes, pero él buscaba señales específicas.
Los ojos de diferente color eran una gran señal. Los demonios casi no podían controlarlo si se les pronunciaba la palabra Dios. Sus ojos destellaban con su color sin alma. Otra señal del demonio en particular que perseguía era la atención que los humanos les prestaban. Era típico de los íncubos y los súcubos. La única diferencia entre los dos era presentarse como hombre o mujer, bueno, esa era la única diferencia conocida.
De todas formas, Techno había llegado a la conclusión de que se trataba de un íncubo después de investigar el caso. La víctima era un homófobo conocido. Cuando lo entrevistaron, los amigos de la víctima dijeron que iba a los bares a ligar con hombres y luego los dejaba a un lado de la carretera o incluso simplemente los golpeaba una vez que estaban en el estacionamiento. Un comportamiento verdaderamente repulsivo y vil, definitivamente algo digno de castigo, y por el cuerpo que Techno había visto, el hombre recibió su merecido castigo.
