Katherine.
Le tuve que contar a Tom que Fred —el tipo que casi lo mata a golpes— era mi jefe y dueño de ese club. Obviamente no le hizo ninguna gracia y tuve que hacer mil estrategias para que lo dejase estar, porque ni me iba a marchar ni iba a hacer lo que él quisiese.
Acordamos que no pondría peros ni le diría a mis padres si accedía a que me recogiera todas las madrugadas.
Era un chantajista de mierda, por lo que se ve.
Tuve que aceptar, al menos, por poco tiempo ya que en nada me iba a marchar de allí.
Los días pasaban, las noches de igual modo. El abuelo iba a visitarnos en una semana y no podía estar más feliz. Hacía mucho no lo veía y lo extrañaba. Ya hacía falta sus buenas vibras en la casa, porque entre el tira y afloja entre madre y tía, la rivalidad incoherente entre Kira y yo, la tensión con Tom...
Todo me estaba superando, incluso la acumulación de tensión sexual que cargaba encima.
Estaba más estresada, más de mal humor y desganada para ir al instituto... Todo eso por la falta de sexo. No quería recurrir a Enoc porque no es para mí un muñeco hinchable, pero de verdad que acabaría subiéndome por las paredes si no descargaba todo lo que tenía dentro.
Por eso mismo, salí mucho antes del instituto inventando una excusa de mierda y, tras asesorarme de que solo se encontraba la señora de la limpieza —Amy—, subí a mi habitación y me tumbé de pleno en la cama boca arriba.
Podía sentir mi parte sagrada palpitar ansiosa por algo de atención. Me mordí el labio mientras buscaba entre los cajones de mi armario a Timothee. Siempre lo escondía entre mi ropa interior porque sabía que nadie rebuscaría allí.
Para los que no sepan, Timothee es un vibrador impermeable que sustituye fácilmente el pene inservible de cualquier hombre inútil. Mi mayor aliado y compañero ante estas situaciones.
Hacía bastante que no lo usaba, hasta me sorprendí de que no tuviese telarañas el pobre.
Me desnudé por completo, caminando con rapidez hasta mi cuarto de baño. La regadera pronto expulsó agua caliente, empapando por completo mi cuerpo expectante.
Encendí el vibrador, el cual era completamente insonoro, solo con sentir sus pulsaciones me estremecí y jadeé. Lo guié suavemente hasta mi entrada y lo introduje poco a poco.
Primero la punta, haciendo círculos tortuosos entre mis pliegues. La sensación era tan abrumadora e intensa que gemí en respuesta.
Apoyé mi mano libre sobre la mampara de cristal para sostener el peso de mi cuerpo. Al introducirlo por completo ahogué un grito, uno que casi me hace abofetearme al pensar erróneamente que estoy sola en la casa.
Comencé a meter y sacar la polla de silicona con delicadeza, luego más fuerte, en círculos y aumentando la potencia de las pulsaciones que me hicieron comenzar a jadear. El vapor pronto hizo su aparición, dificultándome más el poder respirar. La voz casi no la sentía y pronto sucumbí a una nube de placer que hacía bastante no experimentaba.
Mi imaginación dio vueltas y vueltas, hasta no discernir la realidad de lo que mi mente proyectaba.
—¿Necesitas ayuda con eso? —Apareció desnudo junto a mí en la ducha y con esa voz tan gruesa que casi me corro solo de oírla.
Ni siquiera le respondí, solo me acerqué a él y lo besé. Casi pude notar la suavidad de su boca como si fuese real, o incluso cuando me tomó del culo hasta alzarme y enrollas mis piernas en sus caderas.
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Ilícito | tom kaulitz.
FanfictionKatherine Dashkov estuvo toda su niñez enamorada del único chico que jamás podría tener. A pesar de la diferencia de edad, ella decidió ser valiente y confesarle su amor con apenas trece años. ¿El resultado? Rechazada Aquello la cambió drásticament...