shanghai

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Antes de que los emperadores se marcharan se les ofreció regalos de primera calidad, en ese mismo día por la tarde ya habían partido directo a china me quedé junto con María en las afueras  del reino Arken, y perderlos de vista detrás de las colinas que se formaban a la lejanía miré a la mujer que estaba a mi lado mirando el lugar por dónde se fué el palequín, se veía muy reluciente hermosa, la quiero solo para mí, tengo la extraña sensación que deseo estar con ella.
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tuvimos una muy buena relación con los emperadores- coloco mis manos atrás en mi espalda -parece que les has caído muy bien, y tenemos un buen aliado a nuestro favor- digo mirando el horizonte -Quizás un día de estos podemos ir a Shangai- ella me mira con una ligera sonrisa asintiendo feliz -¿Está seguro de llevarme a china?- me dice tan emocionada -nunca he pisado las tierras asiáticas- mueve su pie ligeramente como una niña pequeña que disfrutaba pequeños detalles como estos  luego bajó ligeramente su mirada un poco melancólica mirándome de lado -¿está seguro de ir conmigo?, no quiero ser una carga para usted. . .  Solo mírame soy solamente una pueblerina - jugaba con sus pequeñas manos y sus dedos algo decepcionada.

-que importa del cómo te vistas. . .  Y de dónde vienes eso no me interesa- paso mis dedos por mi mentón un poco molesto por su comentario la tomo de las muñecas llevándolas sobre su cabeza al colocarla sobre una pared la miré por un momento a los ojos  -te pregunté si ¿Eres pobre? ¿O de familia noble?-  esperaba su respuesta, esperaba a que me mirara a los ojos, el cual ella no se atrevía a mirarme, era claro que estaba muy avergonzada de sus acciones  tomé de su cuello ejerciendo un poco de presión tanto en las mandíbulas y su delicada garganta -¡responde!- exclamé

-No, señor- dice

-¿No qué?- pregunté

-no soy parte de una familia noble, mucho menos si tengo dinero o no, y no importa si soy alguien importante o no- me mira un poco aterrorizada, asentí con una ligera sonrisa -exactamente, no me importa nada en absoluto, eres mía y eso es lo que importa ahora- la suelto -ahora, ven conmigo. . .  Quiero que estés lista para mí-

Ha pasado ya un mes desde que los emperadores se han ido, María se ha ganado el corazón del pueblo se ha desenvuelto se ha dejado llevar por las enseñanzas que le impongo sobre la política las alianzas con los reinos vecinos, a demostrado tener un gran habilidad para comercializar y mantener al resto muy satisfecho, es hermosa y se ve más como una reina digna de gobernar a mi lado, estaba orgulloso de esta mujer.

Ese mismo día por la noche mi hermano vino a verme y me mostraba esa sonrisa llena de felicidad y orgullo -¡Antoine!-  se me acerca -Hermano, que gusto verte- hace reverencia -antes de que preguntes qué hago aquí,  la familia Liú-Heng está aquí, la familia Wáng-Lei ya está por llegar y la familia Zhang-Jeong está en camino - se sienta a mi lado -y ¿Te casarás con ella?- señala a María.

-pero que cosas dices- fruncí el ceño -pronto lo será no es el momento, Pero ¿Qué haces aquí? Se supone que deberías estar con tus hermanos - lo miro

-no es necesario  que un traidor como Antoine esté con nosotros - Raymond habló al momento de entrar parecía ser ya un adulto por su forma de expresarse y hablar incluso para caminar y dirigirse a la persona que estaba al frente en este caso yo, como puede ser que mis demás hermanos hayan influido tanto en Raymond para que odie a un extremo a su propia familia, conmigo era más que suficiente  solo es un niño de cinco años que pronto tendrá los seis.

-¿De qué estás hablando?- me levanté de mi asiento -es verdad - Antoine se levanta -prefiero traicionarlos que ponerme de su lado. . .  Prefiero mantener mi lealtad en mi hermano- levanta la voz -ustedes  solo quieren poder, dominio, y el dinero para mantener el poder absoluto en el reino- no podía creer que mis dos hermanos gemelos se comportasen ya como si fueran dos adultos.

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