Ossian

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Nos quedamos solos ella y yo dejé que solo un músico estuviera ahí presente tocando el violín en un rincón de la sala tomé a mi esposa de la cadera y miré a sus ojos verdes que tanto amo me acerqué a su oído en bajo y suave más de lo inusual.

-¿Me concede está pieza?- sonreí me mostraba vulnerable en estos momentos -sí- dijo en tono suave y audible solo para mí la música sonó mantuve mis movimientos sincronizados al de ella llevándolo a un ritmo profundo y emocional.

Era nuestra noche de bodas dicho caso nuestra luna de miel, me aseguraba que cada detalle lo recuerde siempre, alejé su cuerpo y la acerqué, daba vuelta alrededor de mí  enrollaba su cuerpo sobre mi brazo y girar suave volver a unir nuestros cuerpos y dedos la sostuve de su espalda e inclinar su cuerpo atrás elevarla a qué se enderece, nuestras miradas se cruzan y en un beso nos fundimos pasando mis dedos por su mejilla y colocar el mechón detrás de su oreja dejamos el salón la guíe hasta nuestra habitación.

Entramos, cerré la puerta justo detrás de nosotros, tomé su nuca sosteniendo su cabello entre mis dedos de manera tan brusca. -no puedo resistirme a ti- dije con deseo llevando mis manos a sus pechos, ella gime en bajo liberaba su cuerpo de su pesado vestido la levanté de sus muslos y sus piernas sobre mis caderas besaba su cuello dejando con ligeras marcas de chupetes y mordidas.

-Arturo- súplica -te deseo- confiesa me ayudaba a desvestirme quedando los dos desnudos la acosté con delicadeza a la cama, mis labios recorren cada rincón y centímetro de su piel, están suaves y delicada no me canso de tenerla así en mi cama en mi cuerpo y brazos.

-eres tan hermosa- mis ojos brillaban con deseo y determinación -hermosa para mis ojos y mi alma- ella gime -Arturo- repetía mi nombre una y otra vez el que diga mi nombre salir de sus labios me excitaba aún más, que deslicé mi falo en su centro y llegar a lo profundo de su interior, me complacía, llenaba cada centímetro de ella están estrecha, cálida y queda perfectamente bien coloqué mis manos al lado de sus hombros sin dejar de mirarla y admirarla.

-¡Ah!- vuelve a gemir, con cada embestidas que le daba, miraba sus senos que rebotan con cada movimiento de mis caderas soltaba gruñidos y gemidos guturales que se pierden con las de ella, me araña la espalda mantiene presos sus senos en mi torso, sus pezones duros y erectos los sentía en mi piel, la abracé con fuerza mientras aumentaba cada cogida, cada follada a un ritmo profundo y bestial -joder- estaba complacido por este cuerpo que deseo desde la primera vez que la vi.

-¡A-aaah!- contrae sus paredes vaginales alrededor de mi miembro sentí sus jugos femeninos derramarse sobre mí me fascinaba que se entregará así de esta manera tan lasciva -me encanta- me enrolla sus piernas sobre mis muslos incluso los llevaba a mi cintura.

Nos entregamos del uno al otro sin descanso hasta el siguiente día, me levanté dejé a mi esposa dormir después de este encuentro intenso, me dispuse a encargarme de mis deberes reales ahora que lo pienso Ernesto y Hanna no son nada sin la ayuda de Humberto, solo son dos parásitos que no saben actuar por sí mismos.

Días después me enteré que mi hermana y Ernesto se casaron con el reino liones y el reino desierto para ser sinceros aún desconozco su nombre real el único que queda bajo mi cuidado es Raymond junto con Antoine que aún están en proceso de crecimiento, María me acompaña al pueblo y atender algunas embarcaciones que llegaban de otros países en este caso era aportación de París hasta Luxemburgo hablamos por un buen rato ya que llegaron en carruaje.

Los invité a pasar el rato y más que nada a qué puedan descansar Pero se negaron debían marcharse rápido ya que los necesitaba.

Los acompañamos hasta un cierto límite los perdimos de vista entre las pequeñas colinas que se forman a la lejanía esos caminos que al acercarse son rectos y con algunas curvas, volvimos al palacio, aunque ya tenía una hija no era suficiente para mi iba a besar su cuello cuando el consejero real me llamo.

El origenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora