Los días pasaron volando y por fin se estaba cumpliendo una semana desde que Chifuyu había sido rescatado de ese horrible lugar. En esa semana no recibió más que atenciones, comida caliente, una cama donde dormir, agua caliente para ducharse y lo mas importante, la amistad y apoyo de Keisuke, sin embargo, aunque Chifuyu estaba sanando físicamente, por dentro sus heridas seguían intactas, pero no podía decir lo mismo de ese sueño que en su momento fue su meta más grande cuando niño, formar una familia, aún así se estaba esforzado por mejorar y por estar feliz en todo momento, pero la vida no es fácil y todo lo que había pasado por años estaba dejándole secuelas de las que recién estaba siendo consciente... Tenía una adicción.
Una adicción que venía acompañada del dolor de los recuerdos, era algo que simplemente no podía contarle a Baji por el temor, no quería que el alfa lo echara a la calle apenas se enterará de eso, ¿Pensaría mal de el? ¿Pensaría qué era un simplemente indigente sin la más mínima voluntad por mejorar? ¿Dejaría de ser su amigo?¿Pero qué podía hacer? No sabía cómo curarse, mucho menos a quien pedirle ayuda con ello, lo único que podía hacer era guardar el secreto.
Por la mañana el despertador sonó indicando que eran las ocho en punto, era hora de levantarse, sin embargo el rubio ya estaba desde hace varios minutos en el baño, sentía muchas náuseas, pero no era algo que llegara a preocuparle, sabía que era el resultado de la dosis de escape que había tomado por la noche, pues ya había pasado por eso muchas veces, entre mareos, náuseas y la visión borrosa, Chifuyu ya sabía que solo era el resultado de sus acciones. Le tomo un momento más reponerse, por lo que cuando estuvo listo bajó la palanca del baño y regreso a la cama.
—¿Te sientes contento? Le estás mintiendo a Keisuke.
Chifuyu cerró los ojos con fuerza, estaba por responderle a esos pensamientos cuando la puerta sonó, sabía que era el azabache por lo que se levantó y se sentó en la orilla de la cama para demostrar que ya se había despertado desde hace unos minutos.—Pasa, Baji-san.
Una sonrisa se formó en su rostro cuando el de cabello largo abrió la puerta y entro en la habitación, su aroma era indescriptible, era fuerte pero agradable y tenía toques suaves al final, algo que ponía a su omega muy inquieto cada vez que lo tenía cerca y por lo mismo solía dormir abrazado de aquella chaqueta todas las noches.
Baji suspiró de alegría al ver al rubio, se veía tan adorable ahí sentado, de solo verlo sentía calma y tranquilidad, una que nunca antes habia sentido.—Venía a decirte que quiero presentarte a unos amigos.
Su sonrisa se borró al escuchar eso, tenía malos recuerdos con esa palabras, de inmediato cambio su expresión a una más seria y no tardó en levantarse.
—Oh, lo siento, no quería que pensaras mal, cuando digo eso es porque de verdad son personas de confianza.—Se acercó al rubiecito con los brazos extendidos, el menor simplemente lo vio sin borrar esa expresión de su rostro.—Nunca traería a nadie que pudiera hacerte daño, menos ahora que te has vuelto alguien especial para mí.—Lo abrazó sin esperar ser correspondido y así fue, el rubio simplemente se quedó quieto, disfrutando del aroma ajeno.
—¿Especial?
Baji sintió un escalofrío recorrer su cuerpo ya que no esperaba ser cuestionado.—Si, ahora somos amigos, ¿No es así?—Preguntó esperando que Chifuyu se conformara con su respuesta.
—Si, es verdad... Se que con Baji-san no puede pasarme nada.—Se alejó un poco y colocó sus manos detrás suyo.—¿Cuántos de tus amigos vendrán?
—Serán cinco, dos parejas y un soltero.—Respondió con gracia.—La noche que te traje iba de camino a una reunión con algunos de ellos, pero bueno, al final creo que ya sabes cómo terminó todo, la mayoría son amigos de cuando era un adolescente... Y creo que en especial te llevarás muy bien con uno de ellos.
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Vagabundo - BajiFuyu (Omegaverse)
FanfictionChifuyu Matsuno no recordaba la última vez que había disfrutado de una comida, desayuno o cena, la última vez que había festejado su cumpleaños, la última vez que había dormido en una cama, que había sentido el calor de una familia, la seguridad de...