𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 4 - 𝐿𝑖𝑏𝑟𝑒

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El coche de Baji se detuvo frente al departamento del peliteñido, estando ahí, Kazutora le pidió a su amigo que bajara ya que quería hablar con el, Keisuke obedeció y lo acompaño hasta la entrada del edificio.

—¿Qué harás con ese chico?

—¿Qué más? Voy a ayudarlo, se nota qué no a tenido una vida fácil.

—Eso mismo es lo que me sorprende, no es muy propio de ti ayudar así de la nada, hasta pagaste no se cuanto por ayudarlo.

—Ahg, callate, escuché algunas cosas de el y eso me hizo querer ayudarlo, además de lo que ví.—Keisuke cerró los ojos mientras llevaba una de sus manos detrás de su nuca.

Kazutora desvío la mirada para observar el coche de Baji, sabía que debía haber una buena razón para que su amigo hiciera todo eso por lo que solo alzó los hombros, dió media vuelta y comenzo a caminar.—Bien, si necesitas ayuda ya sabes que puedes llamarme, buenas noches.

Keisuke había notado la molestia de su amigo por reservarse tanto con respecto al tema, pero no podía contar nada más ya que no era nadie para hablar de la vida de chifuyu sin su consentimiento.

Al regresar al coche se tomó unos segundos para observar al rubio dormir, mientras soltaba un pequeño suspiro sacó su teléfono para llamar al doctor que solía atender a su familia, luego encendió el coche nuevamente para retomar su camino hasta su departamento.

Tan solo minutos después Baji estacionó su coche y luego de bajar abrió la puerta del asiento trasero y cargó a Chifuyu con mucho cuidado, para su sorpresa el rubio no despertó, sin duda estaba teniendo el sueño pesado.

Al llegar al departamento se encargó de llevarlo a la habitación de visitas, luego lo recostó y le quitó la sabana, sin embargo había olvidalo la desnudez que se ocultaba debajo de esta y de inmediato regresó la sabana al cuerpo del rubio sintiéndose como un niño apenado.

Se acercó al armario donde sacó sabanas y un par de mantas que le daría a Chifuyu, puso todas a un costado de la cama y luego se acercó al menor para poder apartar la chaqueta que le había prestado hace rato, sin embargo, a epenas trató de jalarla el rubio se aferró con fuerza a ella provocando que Baji alejara sus manos y soltara una pequeña risa.

—Esta bien, puedes quedartela.

A los pocos segundos el timbre sonó, imaginaba que era el doctor por lo que se apresuró a abrir la puerta y así era, ahí se encontraba un omega no tan mayor.

—Gracias por venir, es por aquí.

Llevó al doctor con Chifuyu y luego fue a preparar un café para él por lo que los había dejado solos por unos minutos. El mayor se encargó de dejar sus cosas en una pequeña mesita y luego empezó a mover con cuidado a Chifuyu para que despertara, su rostro golpeado le indicaba desde ya que el omega había pasado por algo grave.

Chifuyu abrió los ojos a los pocos segundos, pero se alteró al ver al doctor frente a el por lo que se enderezó con rapidez ignorando el dolor que eso pudiera causarle y retrocedió en la cama.—¿Qué quieres? ¿D-Donde está el alfa qué me trajo?—

Preguntó nervioso mientras miraba a todos lados buscando a Baji, el doctor observo a Chifuyu con sorpresa, al principio debido a su repentina reacción, pero luego no tardó mucho en entenderlo.—Tranquilo, Chifuyu, ¿cierto? Soy el doctor Arata y soy un omega igual que tú.

—¿Y eso qué? ¿Creé que no me hicieron estar ya con un omega? Son igual de asquerosos.—Fruncio el ceño queriendo una explicación de lo que estaba pasando, no estaba acostumbrado a recibir atención de ningún tipo y cualquier contacto lo hacía sentir incómodo.

Vagabundo - BajiFuyu (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora