capítulo 14. La pastilla.

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Al salir por aquel agujero, Ainara y yo procedimos a irnos a aquel estanque en donde estaban las plantas que necesitábamos para poder ayudar a Matías.

Al salir intentamos dar la vuelta y acercarnos a nuestra casa a ver si nuestros amigos estaban bien. pero nada más dar la vuelta vimos a Matías fatal en el suelo y nos dijimos de ayudarle, por lo tanto deberíamos saber cómo hacer las pastillas y con qué mezclarlo.
Entramos a la casa y no vimos a nadie ya que todos estaban en las habitaciones.
No subimos a decir nada a nadie sino que agarramos un papel de un cajón y un boli y les dejamos una nota.
-la nota-
Chicos, estamos bien. Hemos visto a un tío que parece ser majo en el suelo convulsionando, y nos vamos a ir a un estanque que no queda lejos de aquí. Cualquier cosa me llamáis. Y si queréis venir y nos ayudáis mejor.
-número de teléfono-
-fin nota-
Al terminar de escribir la nota, la dejé encima de la mesa de la cocina. Y me di cuenta de que el agua se estaba agotando, por lo que me rellené las botellas de agua e intenté pillar alguna pastilla para el camino.

Nos quedamos un rato más y nos pusimos en marcha, pero antes de irnos bajaron todos y la nota no sirvió de mucho. Por lo tanto los esperamos y ya después nos fuimos de casa. Lo que hicimos fue entre varios (Héctor, Paula y yo) agarrar a Matías que como, dijimos antes estaba convulsionando en la calle y queríamos ayudarle. Así que le sentamos en una silla de la cocina y le atamos con una cuerda y luego por si acaso le pusimos precinto.
Después de eso ya nos fuimos hacia el estanque.

Más o menos tardamos media hora/1 hora en llegar, y cuando algunos se fijaron bien, a lo lejos había una casa.
Ahora mismo estábamos en Springfield.
La casa era de una nueva vecina muy maja. Ella se llama Margaret Simpson. Vive en una casa antigua con jardín. En la entrada tiene un caminito de tierra que a los lados tenía pequeñas macetas con flores. Un poco más arriba, casi en la entrada tenía más jardineras con todo tipo de flores. En la parte de atrás tenía un huerto chiquitito, en el cual tenía plantados tomates, calabazas e incluso pepinos. El jardín se sentía muy cómodo y seguro y olía muy bien debidos todas las flores que había en el mismo. Además tenía una mini sección donde tenía plantados varios girasoles, ya que era su flor favorita.
Al entrar en la casa, nos recibió un mastín seguido de tres gatos.
Margaret al oír aquel escándalo salió a ver qué pasaba y nos conoció.
Ella amablemente nos dejó pasar.
Estuvimos con ella una hora, y de mientras estuvimos hablando sobre el estanque que estaba cerca de su casa. Ella me dijo que una vez al pasar cerca de ahí, al sacar a su mastín, una piraña extraña como que saltó y casi le mata.

Al pasar un rato y recuperar fuerzas, proseguimos nuestro camino ya que necesitábamos aquellas plantas que, casualmente Margaret tenía. Obviamente no tenía todas las plantas que necesitábamos, pero unas de ellas sí, por lo que le pedimos por favor si nos dejaba llevarnos unas pocas.
Después de que nos diera aquellas plantas, las guardamos bien y seguimos hacia el estanque, pero antes, Héctor necesitaba ir al baño por lo que le pidió si podía y ella le dijo que sí.
Al salir del baño, nosotros ya estábamos en la misma puerta donde a pocos metros ya se podía ver aquel estanque.
Cuando llegamos, el estanque estaba rodeado por varias piedras, tenía varios juncos y orejas de elefante (son plantas que están en estanques) y las demás plantas eran las que necesitábamos. Así que nos pusimos a recoger todo tipo de plantas posibles.
Héctor como es así de torpe, se tropieza con una piedra y hace que Irache se caiga al estanque, haciéndose una pequeña brecha en la cabeza, ya que se dió con una piedra puntiaguda y acto seguido las pirañas zombies la devoraron. Por lo que nos quedamos sin ella.
Al terminar de coger todas las plantas, volvimos a la casa de Margaret y pasamos ahí lo que quedaba de tarde/noche.

Margaret preguntó por Irache, que en donde estaba, y nosotros le dijimos que murió en el estanque y ella se puso a reír.
Pasamos lo que quedaba de día allí y al día siguiente por la mañana temprano nos pusimos en marcha.

Aquella catástrofe nos unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora