Frank caminaba por los pasillos del hospital buscando a Flammy, llegó al módulo de información y preguntó por ella.
—No joven, la enfermera Flammy no se ha marchado, de hecho debió hacerlo por la mañana pero no vino una compañera y está cubriendo medio turno, pero ahora es su hora del lunch porque no la buscas en los jardines suele ir ahí —le guiñó el ojo un señor ya mayor de edad que atendía en recepción.
Salió a los jardines y la miró sentada en una de las bancas, mientras se acercaba observó que limpiaba unas lágrimas de su rostro con su mano.
—Flammy, ¿Estás bien? Te pido una disculpa en nombre de esos dos tontos, te hicieron sentir mal y la petición de Candy fue incorrecta, te tomó por sorpresa.
—No te preocupes es solo que... —pensó si debía decirle—. Es solo que cuando preguntaste por mi familia yo... No importa lo que haga o la decisión que tome, no tengo familia, mi padre era un alcohólico y una noche el.. —no sabía si debía continuar. —Puedes confiar en mi Flammy, si así tú lo quieres. —Ella decidió proseguir
—El trato de abusar de mi, mi madre escucho mis gritos, se levantó y al ver todo empezaron con una fuerte discusión que terminó en golpes hasta que mi madre lo golpeó en la cabeza provocando su muerte, ella fue declarada culpable de asesinato aunque me defendió; dos años más tarde se suicido en prisión, nunca me permitieron visitarla. Perdona si mis emociones salieron a flote con la pregunta de Candy, ellos dos pelean cuando y es más claro que el agua que se aman, tienen un hijo, es un lazo inquebrantable entre ambos pase lo que pase. Son una familia y aún no se dan cuenta. Tienen todo para ser felices; aveces dejamos que la herida que alguien nos causó no sea solo eso, se convierte en rencor y resentimiento por no hablar y aclarar las cosas, no se muy bien la historia entre ambos, Candy me ha contado algunas cosas pero los ojos de ambos no mienten, se aman, solo espero que por Liam, logren por lo menos ser amigos algún día.
—Entonces, no hay otra cosa que te detenga aquí para no ir a Estados Unidos, ¿un novio tal vez? —inquirió un poco nervioso, no quería ser tan obvio, era algo que ansiaba saber desde que la conoció.
Ella sin pensarlo soltó una carcajada —Bueno solo Leo, si deja de verme supongo que sufrirá por mi.
—Leo, ¿así se llama tu novio? —No es mi perro, es un doodle café, todo un Leoncito.
—Me alegra que tengas un perro y no un novio, —mencionó sin pensar.
Esa palabras la hicieron mirarlo detenidamente, sin duda era un joven muy apuesto, pero hacía mucho tiempo había dejado de tener interés por querer llamar la atención de alguien del sexo opuesto. La persona a la que le había entregado su corazón solo la había utilizado para estafarla con todos sus ahorros, las palabras que le dijera la última vez que lo vio la hirieron tanto que se prometió jamás volver a enamorarse de alguien. "Eres tan poca cosa, acaso no te haz visto en un espejo, el dinero que me llevo es el pago por el cual te tuve que soportar todo este tiempo" recordó mientras miraba a Frank. Por unos segundos tal vez imaginó que esa pregunta era por algún interés personal hacia ella.
"No soy una tonta" El joven sentado a su lado jamás se fijaría de ese modo en ella pensó por un segundo. Se puso de pie y le mencionó: —Debo volver a trabajo, estoy cubriendo a una compañera medio turno y supongo debo alistar todo para ir con ustedes; ah eso sí, sin Leo no voy a ningún lado le diré a Candy.
Frank esbozó una sonrisa genuina. No desaprovecharia la oportunidad de conocerla.
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—Candy todo estará bien —Mencionaba el doctor Michael a las afueras del hospital. Mientras Terry observaba todo desde una camioneta en la que se encontraba con su hermano—. Liam es un bebé muy fuerte, no tiene muestras de rechazo de médula y van a un gran lugar donde él se recuperará completamente, la que me preocupa eres tú, estás muy delgada debes comer bien por tu hijo, él necesita una madre fuerte.
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AL LIMITE
FanfictionLa muerte de su madre lo marcó, las exigencias de su padre lo hicieron duro. Lo único que lo hacía sentir vivo era la adrenalina y la emoción correr a más de 330K/h. Al posar sus manos sobre el volante ahuyentaba los demonios y así sentía poder mant...