NUEVO EMPLEO

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MERA

La noticia nos tomó de impacto a todos. Mike era buen abogado, lo contraté para que checara mis cuentas a la par de Henry y para cualquier situación legal que se nos presentara. Ha ganado muchos juicios pero de ahí a que la parte contraria quiera asesinarlo es algo totalmente diferente. Andrea se presentó en nuestro departamento asustada, estimaba al abogado y estaba en shock, el entierro era dentro de dos horas, no tenía mucha familia pero sí muchos conocidos, estaría también la prensa que se estaban alimentando de cada noticia que aparecía. Con el dolor de mi corazón le pedí a Andrea que me diese un tinte castaño claro para tapar algo de mi llamativo color de cabello. Mientras más pasara desapercibida, mejor. Me quedó bonito y las mechas rubias seguían dándole vida pero al menos no llamaba tanto la atención. Me vestí de negro, un vestido holgado por encima de las rodillas, con un escote discreto, mangas a mediación de brazos, un cinto del mismo color adornaba mi cintura, utilicé unos tacones negros de tiras recorriendo mi tobillo, el cabello suelto ondulado a un lado de mi hombro y un maquillaje suave y delicado, para concluir el complemento que falta, unas gafas de sol oscuras. Me veía sexy y guapa, pues no quería demostrar que Mera Queen estaba derrotada.

August nos llevó en su coche, íbamos mi padre delante, Mitzy, Andrea y yo detrás. Mamá no pudo ir porque debía quedarse con Mérida. Al llegar había un cordón de seguridad por la cantidad de reporteros y periodistas que se adueñaban del lugar, al vernos intentaron acercarse pero August hizo una maniobra espléndida y entramos sin que nos interceptaran. Habían muchas personas frente al féretro. Bajé con delicadeza como toda una reina, con mis lentes puestos y la atención pasó del fallecido a mí. Estaban mis antiguos compañeros, algunos políticos y sus familias. Estaba Jeremy Sanders con Aline, que al verme me sonrió de medio lado y con tristeza, de más está decir que Jeremy ni me miró, de pronto mi corazón dio un salto cuando posé los ojos frente al hombre que amaba...digo, que amo...porque ni su traición han podido arrancar lo que siento por ese maldito. Nuestras miradas chocaron pero gracias a mis lentes no podía percatarse si lo miraba a él o a otra persona, !jugada maestra! Estaba vestido de negro y su cabello rubio bien peinado hacia atrás, me miraba fijamente y me hacía lucir incómoda, bastante miradas tenía encima ya. Mi decepción continuó cuando vi a Alana a su lado como una mosca pegada al pastel, me miraba de arriba a abajo con picardía y malicia. Andrea me acerca una rosa blanca y nos acercamos a ponerla sobre el ataúd brindando nuestro pésame. Había tanto silencio que se podía sentir el paso de las hormigas por el césped. Mientras me dirigía hacia el ataúd, vi de reojo al teniente Morrison y el coronel que me interrogó junto a dos más que no conocía. Morrison levantó la mano sonriente a modo de saludo pero me hice la que no lo vi. No quería roce con nadie, ya no más.

El entierro continuó mientras el sacerdote hablaba. Sentía la mirada de Brandon encima de mí y la de Alana. Mitzy no estaba a mi lado, seguro fue al baño. Andrea lloraba y mi padre tenía la vista baja, aunque me percaté que miraba al padre de Brandon en repetidas ocasiones. Acabó todo y quise marcharme cuando se me acercó una chica morena que estaba junto a Morrison y el coronel.

-Hola, señorita Winter -se presentó. -Soy la agente especial del FBI Grace Moreland, estamos investigando el caso de malversación y otros delitos de Henry y ahora el asesinato del licenciado Depp. ¿Puedo hacerles unas preguntas? Prometo que no será mucho tiempo.

-No hay problema agente. -retiré mis lentes y la miré. Una chica joven, con el cabello oscuro recogido y el uniforme pulcramente planchado

-¿Cómo eran sus relaciones con Henry Calafort y Mike Depp?

-Pues Henry era mi asistente, mi manager y creí que mi amigo. Nunca hizo nada para perjudicarme, aunque últimamente estaba extraño, no participaba con nosotros en los eventos, se planificaba viajes de imprevisto y lo notaba muy callado. En cuanto a Mike, era buena persona, nos veíamos solo cuando necesitaba de su ayuda.

Mientras quede una esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora