NUEVOS ENCUENTROS

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MERA

Llegué al depa y al abrir la puerta vi a Andrea, pensé que estaba en su casa. Mamá y Mérida le hacían compañía en la sala. Ya estaba más animada. Mi hermana corrió a darme un beso cuando me vio entrar por la puerta. Es muy cariñosa, este año le había prometido ir a la playa y no la había llevado, cuando acabe el invierno la llevaré, así sea lo último que haga. 

  -!Andrea! !Qué sorpresa! Pensé que estabas en tu casa.

  -Ella pasó a verte porque se sentía sola -habla mamá.

  -Es que no tengo a dónde más ir, no tengo amigos.

  -Claro boba, me tienes a mí -le dije tomando asiento al lado de mamá.

  -Y a mí -habla mi hermana. Andrea sonríe más animada.

  -Hija, ¿por qué esta noche no salen a dar una vuelta? Así se distraen un poco, invitan a Mitzy y a Tim -vaya mamá, qué buenas opciones.

  -!Buena idea! -solté, necesitaba olvidarme de Brandon un poco. -Voy a llamar a Mitzy -cojo el teléfono y la llamo, al rato cuelgo con una sonrisa. -Dice que se apuntan.

  -!Fiesta fiesta! -grita mi hermana, las tres la miramos y es mamá quien habla.

  -Jovencita no se embulle que usted no va.

  -¿Cuándo podré salir mamá? Ya voy a cumplir 11 años.

  -Pero aún está muy pequeña para ir a discotecas, además te prepararé tu plato favorito... -ya la compró.

  -¿Espaguetis? -mi madre asiente y ella aplaude -Pero que conste que cuando tenga 15 años, saldré -nos advierte con el dedo y reímos.

Me doy un baño con agua caliente y me lavo el cabello. Papá me prestó el coche, al menos no iremos en bus. Salgo envuelta en una toalla y me seco el cabello delante del espejo, pongo una canción mía de fondo y abro mi armario. Guardaba mucha ropa fina y nueva, escogería para la ocasión un top blanco de mangas cortas que me llegaba por encima del ombligo, una pantaloneta azul celeste, mi color favorito, que marcaba mis curvas y se ensanchaba debajo, era larga lo que gracias a los tacones plateados con perlas, no me tapaba los pies y el bolso sería de color azul como la pantaloneta con un lazo blanco en la parte de agarrar. Mitzy entra por la puerta, soltando un pronunciado !guao! No es por creerme pero me veía fenomenal.

  -¿Estabas esperándome? 

  -¿Qué crees? -le digo mostrando mi cabello.

Lo onduló y me lo arregló, también me maquilló dejándome guapa y esplendorosa. Ella se veía guapísima con el cabello recogido y abultado y dos tirabuzones en la frente, un vestido largo y de mangas, con un bolso negro brillante. Al salir ya nos esperaba Andrea con el cabello suelto y un juego de falda negro con chaqueta y unas botas altas del mismo color. Tenía mucho arte para vestir y combinar ropa. No podía regresar tarde porque al otro día trabajaba, pero me divertiría seguramente. Conduzco hasta un club VIP, donde lo visitan muchos famosos, los que no pertenecieran a ese ambiente, debían pagar una suma carísima de dinero para entrar. Yo había ido con Brandon muchas veces y ya me conocían. Dejamos el coche en el aparcadero y corrimos para que no nos viesen bajando de él. No es por nada pero era el más malito de todos. Al entrar ni me cobraron la entrada, el guardia de seguridad era fans mío y hasta un autógrafo le firmé. Lo mejor de ese lugar es que nade se te tira encima a pedir fotos o algo así, todos eran de la alta sociedad. Fuimos a la barra, de inmediato pedimos vino y el bartender nos dio una ronda gratis, si, otro fans.

Habían muchas personas bailando al ritmo de Maroon 5, la sala VIP estaba cubierta por lo que nos sentamos en la barra a admirar el paisaje. Andrea y Mitzy reían, bueno, al menos algo de felicidad, o no...

Mientras quede una esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora